?Qui¨¦n traduce en EL PA?S?
Muchos excelentes escritores han sido o son tambi¨¦n traductores, Cortazar, Javier Mar¨ªas, Salinas, Octavio Paz, Borges, Jos¨¦ Angel Valente...El nombre de algunos traductores ha sido tan esencial a la hora de darnos a conocer, en todo su valor, a escritores de otras lenguas, que es imposible ya separarlo de los autores originales. Son como parejas de hecho: Joyce-Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde; Proust-Pedro Salinas; Kavafis- Valente; Yourcenar-Cortazar...
En los peri¨®dicos tambi¨¦n se traduce, y mucho, a autores conocidos. Unas veces son famosos novelistas. Otras, historiadores, pol¨ªticos, soci¨®logos, o expertos en diferentes materias que con sus art¨ªculos, generalmente de opini¨®n, aportan un valor singular de an¨¢lisis al acontecimiento de turno. En los libros, aunque la picaresca ha sido abundante, figura ya siempre el nombre del traductor porque as¨ª se estipula en los contratos. En los peri¨®dicos, en su mayor¨ªa, el nombre del traductor s¨®lo figura en contadas ocasiones. EL PA?S no es una excepci¨®n. Cierto que los peri¨®dicos no son libros, y su esencia, al tiempo que su martillo, es la prisa, que impide en muchas ocasiones el reposo que exige, por ejemplo, una buena traducci¨®n literaria. Sin la prisa los peri¨®dicos no ser¨ªan lo que son. Pero, ?es l¨®gico hurtar al lector el nombre del traductor cuando se trata de un art¨ªculo que viene precedido de una conocida firma?
Es muy posible que muchos de ustedes ni siquiera se hayan percatado de esta ausencia. No es el caso de Mar¨ªa Alonso, estudiante de ¨²ltimo curso de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n, quien est¨¢ muy interesada en conocer qui¨¦n se encarga, en general, de traducir los textos de Opini¨®n, y por qu¨¦ no figura en ellos el nombre de los traductores. "?Es por un problema legal o de derechos de autor?", pregunta Alonso. "?No les parece importante, de cara a los lectores, que aparezca la persona o personas responsables de esos textos en castellano, de la misma manera que aparecen los autores de fotos e ilustraciones?", a?ade.
Otra lectora de Madrid, Carmen Franc¨ª, se felicita de que en recientes art¨ªculos de Norman Mailer y Antonio Tabucchi, apareciera el nombre del traductor. "Pero no se ha repetido en el de Ulrich Beck". Y agrega que siempre ha tenido la sensaci¨®n de que EL PA?S oculta una informaci¨®n fundamental. "Un lector despistado podr¨ªa creer que Lula, Andr¨¦ Glucksmann, Frederick Forsyth o Eric Hobsbawm escriben directamente en castellano. Y la duda es irresoluble cuando se trata de autores que podr¨ªan haber escrito el texto original en castellano, pero tambi¨¦n en ingl¨¦s o catal¨¢n, seg¨²n el caso, como Alberto Manguel y Pasqual Maragall, por ejemplo. Conf¨ªo en que el peri¨®dico rectifique y a?ada esta informaci¨®n que a tantos lectores nos parece relevante, especialmente cuando se pretende extraer una cita textual".
Llu¨ªs Bassets, director adjunto del peri¨®dico y responsable de las p¨¢ginas de Opini¨®n, en las que publican numerosos autores extranjeros, admite que, en algunas ocasiones, el propio autor suele contar con un traductor oficial al espa?ol al que quiere someter todos los textos. Es el caso de Antonio Tabucchi, a quien traduce Carlos Gumpert. "En otros somos nosotros mismos quienes encargamos la traducci¨®n a alg¨²n traductor cualificado. El deseo de todos ser¨ªa que todo art¨ªculo con entidad literaria contara con la firma de su traductor. Lo hemos hecho con los textos de John le Carr¨¦, Norman Mailer, o Martin Amis, ¨²ltimamente, y deber¨ªamos hacerlo siempre que fuera posible. Tienen raz¨®n los lectores que piden la extensi¨®n de esta pr¨¢ctica. Puedo decirles que hacemos lo que podemos, que a veces es poco y en cualquier caso seguro que es insuficiente, pero nos esforzamos dentro de los l¨ªmites de tiempo y recursos con que cuenta un peri¨®dico. No ser¨ªa l¨®gico que todos los textos pasaran por traductores-autores, no nos lo podr¨ªamos permitir, ni por el tiempo que tardar¨ªan en hacer su trabajo, ni por el coste que comportar¨ªa este tipo de traducci¨®n. En resumen, podemos mejorar y vamos a mejorar".
Gran n¨²mero de art¨ªculos, como reconoce el propio Bassets, tienen que darse a traducir, debido a las prisas, a alguna agencia. "Con frecuencia son traducciones t¨¦cnicas, que suelen necesitar una peque?a correcci¨®n de estilo, y no tendr¨ªa sentido en estos casos firmar la traducci¨®n". Y no muchos traductores, hay que a?adir, se acomodan a las urgencias que impone un peri¨®dico.
Jos¨¦ Luis L¨®pez Mu?oz, conocido traductor de autores como Faulkner o Virginia Woolf, opina que lo coherente ser¨ªa que en todos los textos de autor conocido figurara el nombre del traductor. "He visto que se hace con algunos escritores como Lobo Antunes, pero no con otros, y no s¨¦ muy bien qu¨¦ criterios se siguen. Lo l¨®gico, es que en cualquier art¨ªculo firmado aparezca el nombre de un traductor que se responsabilice de su trabajo, y al que se pueda pedir cuentas si la traducci¨®n no es buena, o felicitar en caso contrario".
EL PA?S realiza un gran n¨²mero de traducciones para Domingo, EPS, Babelia, y las diferentes secciones, que en algunos casos suelen firmarse. Al margen de ¨¦stas, y s¨®lo en las p¨¢ginas de Opini¨®n, ha publicado, en lo que va de a?o, 28 art¨ªculos traducidos. Si tenemos en cuenta que pasamos por una etapa de gran presencia de art¨ªculos con firmas extranjeras, debido a la anunciada guerra contra Irak, origen de una gran pol¨¦mica internacional, podemos deducir que la media general no es tan elevada. ?De verdad que EL PA?S, prisas aparte, no puede permitirse traductores-autores al menos para estos se?alados art¨ªculos? Ser¨ªa de desear, como apunta el director adjunto, que pudi¨¦ramos extender esta pr¨¢ctica, si no a todos los art¨ªculos, al menos a los de Opini¨®n, como suele ser habitual en algunos colegas como Le Monde.
Sexo y lenguaje
Es sabido que los temas relacionados con el sexo despiertan furores, y no me entiendan mal. Tambi¨¦n los despiertan los relacionados con el lenguaje. Y cuando se juntan los dos, como pas¨® la pasada semana en esta columna al tratar el lenguaje sexista, las pasiones se desatan. Son bastantes los lectores que han escrito para felicitar, criticar, sugerir, o quejarse. En unos casos, el planteamiento se les quedaba corto. En otros, era excesivamente feminista.
Una sola aclaraci¨®n. Para aquellos que est¨¢n preocupados por el uso que hizo esta Defensora de la barra (/) y la doble terminaci¨®n masculino-femenino: no voy a seguir utiliz¨¢ndola en todas las columnas. Y no existe intenci¨®n alguna de hacerla extensiva al resto del diario. El resultado ser¨ªa un peri¨®dico ilegible.
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensora@elpais.es) o telefonearle al n¨²mero 91 337 7836.
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