Reina, a un suspiro del bronce
El sevillano, cuarto en los 800, y Krumenacker sorprende a Kipketer
La gran competici¨®n impone sus reglas a los atletas inexpertos, o eso pareci¨® en el caso de Antonio Reina, cuarto en la final de 800 metros, a cuatro cent¨¦simas del bronce.
Sin embargo, el mediofondista sevillano nunca dio la sensaci¨®n de estar preparado para una gesta. Se perdi¨® en los problemas t¨¢cticos de una carrera que gan¨® el estadounidense David Krummenacker ante la sorpresa general. "Me ha faltado medio metro para ganar la medalla", dijo Reina.
Qu¨¦ otra cosa se puede pensar cuando Wilson Kipketer est¨¢ en una carrera. Pero a Kipketer comienzan a pesarle los a?os y las enfermedades que ha sufrido. Su ataque tuvo la belleza de siempre, con ese estilo et¨¦reo y la cadencia perfecta. Lo que no tuvo es contundencia. No logr¨® abrir brecha con el estadounidense, que comienza a hacerse un nombre en el 800. El pasado a?o baj¨® de 1,44 minutos y esta temporada de verano tendr¨¢ protagonismo, quiz¨¢s en el Mundial de Par¨ªs. Super¨® a Kipketer sin descomponer la figura y gan¨® con autoridad.
Antonia Reina hab¨ªa pasado un mal trago en las semifinales, de las que extrajo consecuencias. "No quiero correr encerrado. Ir¨¦ por fuera, en la segunda posici¨®n, si puedo", dec¨ªa momentos antes de la prueba. El problema es que todos quer¨ªan esa atalaya privilegiada. El espa?ol intent¨® colocarse donde quer¨ªa, pero no pudo. Se lo impidi¨® Kipketer. Al frente se coloc¨® el keniano Bungei, un atleta compacto que mueve los codos como aspas.
La carrera fue de ritmo medio. Se pas¨® por el 400 en 52,93 segundos. Ni fr¨ªo, ni calor. Reina era el cuarto. Si ten¨ªa que hacer alg¨²n movimiento era la hora, porque Kipketer empezaba a afilarse y no hab¨ªa tiempo para reaccionar.
Cuando se produjo el ataque del dan¨¦s de origen keniano, no hubo otra reacci¨®n que la de Krummenacker. Atleta fuerte, de zancada larga, con una pinta estupenda, el norteamericano no perdi¨® ojo de Kipketer en ning¨²n instante. Le estudi¨® de arriba abajo, mientras Reina no pod¨ªa hacer otra cosa que pelearse con la pista y esperar el pinchazo de Bungei, que casi se produjo. Sin hacer demasiado, el espa?ol estuvo a punto de cazarle. Le faltaron cuatro cent¨¦simas. Estaba en el destino de los atletas espa?oles: ganar o perder por cuestiones infinitesimales. A Reina le toc¨® perder.
"Me qued¨¦ sin fuerzas en el momento de la ruptura", se disculp¨® el sevillano. "Y aunque pude recuperarme en los ¨²ltimos metros, ya era demasiado tarde". "Da rabia tener la medalla tan cerca, pero no pasa nada", a?adi¨®. "Vine aqu¨ª sin haber preparado la pista cubierta y he ido un poco agarrotado. En los Mundiales de Par¨ªs, visto lo que se ha visto aqu¨ª, tengo que ir a por medalla".
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