Atletismo feliz
Alberto Garc¨ªa, que desafi¨® a Gebrselassie, acab¨® segundo - Devers super¨® a Alozie en las vallas - Mayte Mart¨ªnez, bronce en 800 por coraje y una cent¨¦sima - El atletismo espa?ol se va de los Mundiales de Birmingham con seis medallas, la mejor cosecha de su historia
Los atletas espa?oles cumplieron en los Campeonatos del Mundo de pista cubierta de Birmingham, este fin de semana, con las grandes expectativas que se hab¨ªan creado.
Comienza a hacerse norma el ¨¦xito cuando Espa?a hab¨ªa sido tradicionalmente una potencia de tercer orden en el atletismo. Parece que se han conjugado los mejores valores posibles.
Por un lado, la Federaci¨®n Espa?ola ha hecho un excelente trabajo. No se entiende de otra manera tanta eficacia en las grandes competiciones cuando alrededor se perciben signos de decadencia. Es el caso de Italia y Francia, cuyo declive es muy acusado.
Espa?a logr¨® seis medallas (una de oro: Manolo Mart¨ªnez; cuatro de plata: Yago Lamela, Alberto Garc¨ªa, Marta Dom¨ªnguez y Glorie Alozie, y una de bronce: Mayte Mart¨ªnez) y algunos puestos excelentes.
Eso habla de otro factor, de la magn¨ªfica generaci¨®n que ha surgido en los ¨²ltimos a?os. A veces ocurre en el deporte que se dan todas las circunstancias para que aparezca un feliz grupo de campeones, como ocurre en estos d¨ªas.
Despu¨¦s de la impresionante actuaci¨®n en los Campeonatos de Europa al aire libre de M¨²nich, en agosto de 2002, quedaba por saber hasta d¨®nde llegaba el estado de gracia del atletismo espa?ol. Los resultados indican que vive un momento hist¨®rico, lo m¨¢s parecido a la edad de oro.
No son s¨®lo las medallas las que hablan del ¨¦xito. M¨¢s importante es lo que traducen. Espa?a ha conseguido colocar en el caj¨®n a velocistas, saltadores, lanzadores y mediofondistas. Tampoco es desde?able otra lectura: las mujeres y los hombres se han repartido las medallas al cincuenta por ciento. Este porcentaje tiene todav¨ªa m¨¢s valor en un pa¨ªs que orill¨® a sus deportistas a lo largo de muchos a?os.
S¨®lo en los ¨²ltimos 15 a?os se ha producido el cambio, que ha sido espectacular a la vista de lo sucedido desde los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, en 1992.
El papel de las mujeres en el deporte espa?ol ha cobrado una importancia sustancial. Basta remitirse a los resultados, como se ha visto en Birmin-gham, escenario feliz de un nuevo ¨¦xito del atletismo.
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