?Un Jap¨®n en medio del mundo ¨¢rabe?
Los ex combatientes norteamericanos a¨²n recuerdan las sonrisas con las que fueron acogidos, a principios del oto?o de 1945, por los ciudadanos de un Jap¨®n devastado por la guerra.
El 2 de septiembre de ese a?o, los delegados japoneses firmaron en el acorazado Missouri, fondeado en la bah¨ªa de Tokio, la capitulaci¨®n sin condiciones, y, a partir de entonces, se inici¨®, bajo la autoridad del carism¨¢tico general MacArthur, una espectacular transformaci¨®n de un pa¨ªs feudal y militarizado para convertido hoy en d¨ªa en una sociedad pr¨®spera y democr¨¢tica en la que el Ej¨¦rcito, defensivo, est¨¢ a las ¨®rdenes de los civiles.
Cincuenta y ocho a?os despu¨¦s, EE UU quiere reeditar esta experiencia en Irak. Se est¨¢n estudiando planes que se inspiran en los "diferentes modelos hist¨®ricos, como el de Jap¨®n y Alemania" despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, declaraba, hace ya cinco meses, el secretario de Estado, Colin Powell, a la emisora de radio NPR. Alemania, a diferencia de Jap¨®n, s¨ª tuvo, bajo la Rep¨²blica de Weimar, un breve aprendizaje democr¨¢tico.
Si el ejemplo japon¨¦s es ya dif¨ªcilmente aplicable a un pa¨ªs tan poco homog¨¦neo como Irak, la teor¨ªa del contagio democr¨¢tico al entorno no tiene precedentes
Los planes que tiene en cartera la Administraci¨®n de Bush son los m¨¢s ambiciosos y comprometidos, referidos a un pa¨ªs, desde la II Guerra Mundial
De sus intervenciones, de las de otros muchos responsables norteamericanos, empezando por el propio presidente, George W. Bush, se deduc¨ªa desde hace meses que el principal objetivo de su acoso a Sadam Husein no era su desarme, sino el cambio del r¨¦gimen iraqu¨ª. "Vigilaremos que un dictador brutal no sea sustituido por otro", afirmaba Bush, el 26 de febrero, en el American Enterprise Institute. "Todos los iraqu¨ªes deben estar representados en el nuevo Gobierno, y los derechos de todos los ciudadanos deben ser garantizados", enfatizaba.
"Algunos estiman que Irak no puede convertirse en una democracia", recordaba, el mismo d¨ªa, Zalmay Jalilzad, el emisario norteamericano para Irak, dirigi¨¦ndose a una conferencia de opositores iraqu¨ªes reunida en Salahudin (Kurdist¨¢n). "EE UU no est¨¢ de acuerdo con estas afirmaciones. (...). Creemos que Irak tiene el potencial necesario para lograr su transici¨®n hacia la democracia".
El ejemplo kurdo
"Miren a las gentes del norte de Irak", a?ad¨ªa, hace una semana, el secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, refiri¨¦ndose al Kurdist¨¢n iraqu¨ª gobernado desde 1991 por dos partidos ¨¦tnicos, "han mostrado una impresionante habilidad para superar sus viejas diferencias y desarrollar una sociedad relativamente libre y pr¨®spera". Los valores de la libertad y de la democracia "no son s¨®lo occidentales o europeos; son tambi¨¦n musulmanes y asi¨¢ticos; son universales".
Los planes que tiene en cartera la Administraci¨®n de Bush para un Irak sin Sadam son, desde luego, los m¨¢s ambiciosos y comprometidos para la reconstrucci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica de un pa¨ªs desde la Segunda Guerra Mundial. Desde mediados de febrero han empezado a vislumbrarse, a trav¨¦s de declaraciones o filtraciones a la prensa, las grandes l¨ªneas de lo que ser¨¢ la actuaci¨®n norteamericana.
El MacArthur de Irak se llama Tommy Franks. Este general estar¨¢ al frente de la Administraci¨®n militar que gestionar¨¢ el pa¨ªs invadido. ?Por cu¨¢nto tiempo? El secretario de Estado adjunto, Marc Grossman, declar¨® hace un mes en el Congreso que el Ej¨¦rcito podr¨ªa dirigir Irak durante un par de a?os, un pron¨®stico que a muchos militares les parece optimista. "Mi opini¨®n es que puede durar cinco a?os", repite el general jubilado Barry McCaffrey. MacArthur rein¨® sobre Jap¨®n durante siete a?os, hasta que transfiri¨® el poder a los civiles.
Al lado de Tommy Franks, otro general, Jay Garner, encarnar¨¢ el rostro amable del Ej¨¦rcito coordinando el reparto de una ayuda humanitaria generosa con la que se pretende demostrar a los iraqu¨ªes que vivir¨¢n mejor con la presencia norteamericana. Garner, cuya mano derecha ser¨¢ un general americano de origen liban¨¦s, deber¨ªa ser a su vez sustituido r¨¢pidamente por un civil norteamericano de reconocido prestigio, acaso un antiguo embajador.
A medida que se ha ido acercando el inicio de las hostilidades, los responsables estadounidenses han modificado sus previsiones para otorgar cuanto antes un papel ejecutivo, y no de mera asesor¨ªa, a los adversarios de Sadam. Y eso que Condeleezza Rice, la consejera nacional de seguridad, no les tiene gran aprecio. "El problema con la oposici¨®n iraqu¨ª es que son como los polacos de Londres", suele comentar la consejera, refiri¨¦ndose, seg¨²n The New York Times, al Gobierno polaco en el exilio durante la Segunda Guerra Mundial que apenas ten¨ªa influencia en Polonia.
Ha sido, sin embargo, la propia Rice quien m¨¢s detalles ha dado estos ¨²ltimos d¨ªas sobre c¨®mo ser¨¢ el pos Sadam. "Hay cosas, obviamente, que la coalici¨®n militar tendr¨¢ que hacer", declaraba a la cadena ¨¢rabe Al Yazira, "pero estamos decididos a que, desde un primer momento, los iraqu¨ªes tengan en sus manos su propio futuro". Para eso se crear¨¢, al segundo o tercer mes de la invasi¨®n, una Autoridad Iraqu¨ª Interina que ir¨¢ asumiendo paulatinamente competencias, aunque en cada departamento de la Administraci¨®n iraqu¨ª habr¨¢ un enlace estadounidense como en los protectorados brit¨¢nicos o franceses.
Los norteamericanos "ya no hablan de una Administraci¨®n militar durante dos a?os", se?alaba satisfecho, el lunes, Ahmad Chalabi, el l¨ªder del Congreso Nacional Iraqu¨ª, una coalici¨®n de fuerzas de oposici¨®n respaldada por EE UU. "Washington tiene que traspasar cuanto antes el poder a Naciones Unidas, que, a su vez, deber¨¢ llevar a cabo consultas para designar a una autoridad iraqu¨ª provisional y representativa encargada de convocar elecciones tras un periodo de preparaci¨®n", afirma el ex ministro de Exteriores Adnan Pachachi. El Departamento de Estado quiere confiar a este exiliado un papel relevante en la nueva era.
El proyecto norteamericano no se limita a Irak. En los c¨ªrculos acad¨¦micos conservadores, e incluso en los discursos, el plan es m¨¢s ambicioso. "Un Irak liberado demostrar¨¢ el poder que tiene la libertad de transformar una regi¨®n vital aportando esperanza y progreso en la vida de millones de personas", afirmaba Bush el 26 de febrero.
Si el ejemplo japon¨¦s es ya dif¨ªcilmente aplicable a un pa¨ªs como Irak, mucho menos homog¨¦neo que Jap¨®n, la teor¨ªa del domin¨® o del contagio democr¨¢tico a los dem¨¢s pa¨ªses ¨¢rabes no tiene precedentes. Hubo que esperar medio siglo, despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, para que la democracia se instaurase en otros pa¨ªses de Extremo Oriente como Corea del Sur o Taiwan.
Lo ¨²nico seguro es que un r¨¦gimen proamericano en Bagdad proporciona a Washington un poderoso intrumento de presi¨®n sobre Ir¨¢n y los vecinos ¨¢rabes, algunos de los cuales, como Siria, se encontrar¨¢n en una situaci¨®n delicada atrapados entre Irak, Turqu¨ªa e Israel.
Juzgar al dictador, recuperar a su Ej¨¦rcito
AUNQUE NO LO han dicho expl¨ªcitamente, entre las intenciones de la Administraci¨®n norteamericana figura la de juzgar, si se le coge con vida, a Sadam Husein y a sus m¨¢s ¨ªntimos colaboradores, empezando por sus hijos.
"Ahora que las Naciones Unidas juzgan por cr¨ªmenes de guerra a los responsables de la limpieza ¨¦tnica o del genocidio en la antigua Yugoslavia o en Ruanda, ha llegado la hora de considerar formular acusaciones similares contra Sadam", escrib¨ªa, por ejemplo, Michael Rubin, del Washington Institute, un prestigioso centro de estudios.
A mediados de diciembre se reunieron en Londres, a instancias del Departamento de Estado, 32 intelectuales iraqu¨ªes que elaboraron un documento sobre la vertiente jur¨ªdica de la transici¨®n. Adem¨¢s de la creaci¨®n de un tribunal especial para juzgar a los dignatarios del r¨¦gimen, se menciona tambi¨¦n la puesta en pie de una Comisi¨®n Verdad y Reconciliaci¨®n como la que en Sur¨¢frica analiz¨® los abusos del apartheid.
El plan insiste tambi¨¦n en la necesidad de desbaazeizar Irak como en 1945 se desnazific¨® Alemania. Pero si la erradicaci¨®n del partido Baaz, con una ideolog¨ªa nacionalista te?ida de socialismo, forma parte de las prioridades de EE UU para el pos Sadam, la Administraci¨®n de Bush tiene, en cambio, la intenci¨®n de rescatar a gran parte del Ej¨¦rcito, excepto a la temible Guardia Republicana.
En un documento titulado Estabilizaci¨®n, transici¨®n transformaci¨®n, desvelado en parte por la revista Time, el Pent¨¢gono se plantea qu¨¦ hacer con los 350.000 soldados. En lugar de que deambulen sin rumbo por las ciudades, hay que utilizarles como fuerza auxiliar de polic¨ªa y ponerlos a trabajar en la reconstrucci¨®n.
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