Un enemigo en el cuartel
El soldado Hasan, que atac¨® a sus compa?eros de la 101 en Kuwait, puede ser condenado a muerte
El sargento Hasan Akbar, soltero y de 31 a?os, un especialista en ingenier¨ªa en la 101 Divisi¨®n Aerotransportada, podr¨ªa ser ejecutado por haber matado a un capit¨¢n, Christopher Seifert, y herido a otros 15 hombres en un ataque con granadas perpetrado en la madrugada del domingo contra sus compa?eros, acuartelados en Kuwait. Los investigadores castrenses tratan de desentra?ar la inesperada actuaci¨®n del suboficial, un musulm¨¢n converso, reacci¨®n que algunos soldados atribuyen a un deseo de venganza. "Ven¨ªs a nuestros pa¨ªses y vais a violar a nuestras mujeres y matar a nuestros ni?os", dicen que declar¨® tras el ataque.
Seg¨²n su madre, Quran Bilal, Akbar se sent¨ªa perseguido por ser musulm¨¢n. Recientemente fue sancionado por insubordinaci¨®n y dejado en retaguardia, mientras parte de la divisi¨®n penetraba en Irak. Los portavoces militares no dan detalles sobre su comportamiento, fuera de un gen¨¦rico "podr¨ªa decirse que ten¨ªa un problema de actitud", en palabras de George Heath, portavoz en Fort Campbell, el acuartalemiento base de la divisi¨®n en Kentucky.
El sargento segu¨ªa detenido ayer en Kuwait, interrogado sobre el mortal incidente del domingo, cuando alrededor de la 1.30 de la madrugada lanz¨® una granada, que no estall¨®, en la tienda de mando de su batall¨®n de ingenier¨ªa y otras dos o tres en sendas tiendas donde dorm¨ªan otros soldados. Un capit¨¢n de 27 a?os perdi¨® la vida y m¨¢s de una docena de militares resultaron heridos, tres de gravedad. Las explosiones hicieron creer a los soldados que eran atacados por los iraqu¨ªes, acci¨®n a la que respondieron con sus armas. A la confusi¨®n se sum¨® la alarma antia¨¦rea del campamento, lo que cre¨® una situaci¨®n ca¨®tica, con las tropas coloc¨¢ndose las m¨¢scaras antigas, mientras se precipitaban a los refugios y buscaban posibles enemigos. Cuando ces¨® la alarma y se pas¨® lista, faltaba Akbar, que fue localizado oculto en un refugio. Estaba herido en una pierna.
Akbar era un especialista en operaciones de desminado y preparaci¨®n del terreno para el despliegue de la artiller¨ªa propia. Nacido Mark Fidel Kools, cambi¨® de nombre a Hasan Akbar de ni?o, cuando la madre se cas¨® por segunda vez. Se alist¨® como Kools en fecha no anunciada y luego volvi¨® a cambiar a Akbar. "Me dijo: 'Mam¨¢, cuando estoy all¨ª tengo la sensaci¨®n de que me van a a arrestar s¨®lo por el nombre que tengo", declar¨® Quran Bilal el domingo a The Tennessean, el peri¨®dico de Nashville en el que tambi¨¦n expres¨® su incredulidad por los hechos imputados a su hijo, acusaciones que atribuy¨® a represalias por su fe isl¨¢mica. Bilal hablaba desde su casa en Baton Rouge (Luisiana), la ciudad donde Mark Fidel pas¨® los primeros a?os de su vida. Su padrastro, William, habl¨® con The New York Times, pero atribuy¨® el malestar del sargento a motivos raciales. "Recuerdo que en las pasadas Navidades se quejaba de la doble vara de medir del Ej¨¦rcito. Me dijo que para un negro era dif¨ªcil ascender y que lo estaba pasando mal".
En Campamento Pensilvania, retaguardia de la 101 en Kuwait, donde se produjo el incidente, los soldados manifestaron al enviado especial de Los Angeles Times integrado con ellos que, tras el ataque, varios le escucharon decir: "Ven¨ªs a a nuestros pa¨ªses y vais a violar a nuestras mujeres y matar a nuestros ni?os".
El sargento se enfrenta ahora a un tribunal de guerra en Fort Campbell, con m¨²ltiples acusaciones, la m¨¢s grave de la cuales es asesinato, que lleva aparejada la pena de muerte.
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