?Cu¨¢ntos a?os tienes? "15 u ocho... no me acuerdo"
El colegio concertado Leo Kanner es uno de los 20 centros espec¨ªficos para ni?os con autismo que existen en Espa?a
En el colegio Leo Kanner todo lo que se ve tiene un cartelito, con una palabra y un dibujo del objeto, para identificar de qu¨¦ se trata. Delante del equipo de m¨²sica hay un nota que indica que es un equipo de m¨²sica. Lo mismo ocurre con la caja de juguetes: hay un cartelito pegado donde aparece la palabra juguete y un dibujo de un juguete. Con la pizarra, igual. Una pizarra donde pone la palabra pizarra y el dibujo de una pizarra. Y as¨ª, con todo.
El hecho de que la realidad en este colegio est¨¦ tan representada tiene una raz¨®n de ser: los ni?os con autismo suelen ser buenos aprendices visuales y se ubican mejor en la realidad con un pictograma delante. El director de este colegio, Juan Martos, lo explica as¨ª: "Se parte de ideas como que un ni?o con autismo precisa de anticipar y de predecir y que entiende mejor la informaci¨®n que les llega de forma visual".
El Leo Kanner es uno de los 20 colegios espec¨ªficos para ni?os con autismo que existe en Espa?a. Las familias de los 28 alumnos que asisten a este centro son socios de la asociaci¨®n de autismo APNA. Es un colegio concertado que escolariza a ni?os de entre 3 a 21 a?os, aunque el nivel no supera el de un colegio de primaria. En cada clase no hay m¨¢s de cinco estudiantes.
All¨ª, todas las ma?anas se repite la misma escena: la profesora, antes de empezar cualquier actividad, trata de situar a sus alumnos en el d¨ªa en el que est¨¢n. A los m¨¢s competentes, lo hace con un calendario, y a los menos, con un c¨®digo visual asociado. Por ejemplo, el lunes se identifica con un cuadrado rojo, y el martes, con una estrella amarilla. Tambi¨¦n les cuenta, a trav¨¦s de dibujos, qu¨¦ comer¨¢n o qu¨¦ tiempo hace. Elabora una agenda, consensuada con sus alumnos, con las actividades que har¨¢n en el d¨ªa, porque los ni?os con autismo no llevan nada bien las sorpresas. "Hoy vamos a trabajar con la carpeta de lectura. Despu¨¦s tocar¨¢ dibujar; y despu¨¦s, el bocadillo; y despu¨¦s, el recreo, y despu¨¦s cantar". Y todo lo va dibujando el profesor en un cuaderno o en la pizarra mediante vi?etas, como si fuese un c¨®mic.Una vez terminada una actividad concreta, tachan la vi?eta correspondiente. En cada explicaci¨®n, la profesora se dirige individualmente a cada uno de sus alumnos y se se?ala los ojos con dos dedos para que el chico le mire y le preste atenci¨®n.
En una de las aulas, cuatro alumnos de entre 8 y 11 a?os, que saben hablar un poco, est¨¢n sentados en sillas en las que pone su nombre en el respaldo, acompa?ado de su fotograf¨ªa. "Ahora vamos a cantar y bailar", avisa uno a uno la profesora. "La canci¨®n que vamos a cantar es nueva, as¨ª que supongo que estaremos m¨¢s despistados que de costumbre". Y despistados s¨ª que parecen, porque mientras uno canturrea en voz baja otro no hace m¨¢s que levantarse e intentar marcharse de la habitaci¨®n. Pero la profesora sutilmente consigue poner orden y empiezan una y otra vez a entonar: "Hola Javi, hola Javi ?C¨®mo est¨¢s? ?C¨®mo est¨¢s? Yo muy bien y gracias, yo muy bien y gracias. Vamos a cantar, vamos a cantar". Dentro del despiste generalizado, parece que se lo est¨¢n pasando en grande.
En otra de las aulas, los alumnos tienen entre cinco y ocho a?os y no hablan nada. Con una maraca en la mano, la profesora explica a sus alumnos que ese d¨ªa toca aprender los conceptos "despacio" y "deprisa". Usa para ello las maracas: cuando les cuenta qu¨¦ significa "despacio" las mueve lentamente, y cuando les explica qu¨¦ es "deprisa", r¨¢pidamente. "No les gusta mucho esto porque es nuevo y no se sienten competentes para hacerlo", advierte la docente. Los ni?os con autismo tienen dificultades para generalizar los conceptos. Una buena t¨¦cnica es darles muchas oportunidades para que pongan en pr¨¢cticas sus habilidades en situaciones reales. Por ejemplo, tiene que utilizar dinero real para ense?arles su manejo. O llevarles a lugares p¨²blicos para que sepan c¨®mo comportarse en estos sitios.
Los padres suelen ser los que ven que algo le pasa a su hijo; sin embargo, muchas veces es el propio maestro el que da la voz de alerta. "Se dan cuenta cuando ven que a un alumno le falta conexi¨®n con el medio, es demasiado inquieto o le falta desarrollo en el lenguaje o en las relaciones sociales", explica la directora del equipo espec¨ªfico de Trastorno General del Desarrollo y Autismo de la Comunidad de Madrid, Juana Hern¨¢ndez.
Cada uno a su aire
En el recreo del Leo Kanner cada uno va a su aire. Es una escena sin orden aparente. Uno se columpia, otro se detiene a mirarse la tripa, otro golpea reiteradamente un martillo de pl¨¢stico mientras repite palabras sin sentido. ?Cu¨¢ntos a?os tienes? "Um... 15 u ocho.... no me acuerdo. Pero s¨¦ que es una cifra muy alta", dice uno de ellos mientras trata de tirarse por el tobog¨¢n. "Llevas gafas azules y un collar naranja", se?ala otro de los chicos y, enseguida aparta la vista a otro lado como si no le interesase m¨¢s la conversaci¨®n. Las profesoras tratan de que los chavales jueguen al corro de la patata. Pero los ni?os est¨¢n como idos. Es muy dif¨ªcil que se miren entre ellos. Aun as¨ª, a veces parece que bajan a la tierra y sonr¨ªen de oreja a oreja.
Ya en clase, en una de las paredes est¨¢ pegada la agenda de una de las alumnas. En la ¨²ltima vi?eta de la agenda aparece la foto de un hombre. ?Y ¨¦ste qui¨¦n es? "Su padre, la persona que hoy toca que venga a recogerla. Tambi¨¦n esto hay que record¨¢rselo", aclara la profesora.
Una formaci¨®n permanente
El principal problema con el que se enfrentan los padres con un hijo con autismo es cuando estos chicos terminan la etapa escolar, se?ala el presidente de la Confederaci¨®n Autismo-Espa?a, C¨¢ndido Vel¨¢zquez-Gaztelu. "Los adultos con autismo tienen unas necesidades educativas especiales que han de ser tenidas en cuenta. Necesitan una formaci¨®n permanente para que lo que han aprendido en la infancia y adolescencia no se pierda", se?ala el presidente de esta confederaci¨®n que re¨²ne a unas 50 asociaciones de autismo. La otra federaci¨®n, FESPAU, integra a 16 asociaciones.
Una de las mejores terapias para estos adultos es el trabajo. "En muchos centros para autistas hay viveros, lavander¨ªas, talleres de cuero. Incluso, algunos trabajan en supermercados colocando cajas bajo la supervisi¨®n de un monitor", explica Vel¨¢zquez- Gaztelu que pide que es "fundamental" que se garanticen los derechos b¨¢sicos de todas las personas minusv¨¢lidas.
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