Error de c¨¢lculo
No es ning¨²n secreto que ERC puede convertirse en el partido indispensable para conformar mayor¨ªas parlamentarias en el hemiciclo catal¨¢n resultante de las elecciones del pr¨®ximo oto?o. La situaci¨®n, ahora mismo, est¨¢ muy abierta y la pol¨ªtica de alianzas es muy variable. Desde un pacto entre grandes, CiU y el PSC, hasta un acuerdo de la izquierda, pasando por un acuerdo entre convergentes e independentistas. Pero hoy por hoy, si atendemos a las encuestas y a las declaraciones de los dirigentes del PSC, el acuerdo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa un gobierno catalanista y de izquierdas; sin embargo, para el partido que preside Pasqual Maragall el escenario se ha vuelto m¨¢s complejo. El calendario electoral catal¨¢n se ha visto interferido por la ca¨ªda en picado de la credibilidad del Gobierno espa?ol, hecho que ha revalorizado las expectativas del candidato socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, al igualar o incluso superar a los populares. Es muy posible que cuando la direcci¨®n del PSC dise?¨® su estrategia para el embate del 2003, no calculase un desgaste tan r¨¢pido del Ejecutivo de Aznar. Quiz¨¢ por eso se opt¨® por un enfoque abiertamente catalanista que pusiera en jaque permanente el acuerdo entre CiU y el PP. Los socialistas catalanes, que desde la misma oposici¨®n antifranquista apostaron por las m¨¢ximas cotas de autogobierno para Catalu?a, eso s¨ª, siempre dentro del ¨¢mbito delimitado por la Constituci¨®n espa?ola, con la llegada de Felipe Gonz¨¢lez a La Moncloa y la desaparici¨®n del grupo parlamentario socialista catal¨¢n en el Congreso abandonaron este discurso para amoldarse a las directrices de Madrid. De esta resultante naci¨® una nueva praxis pol¨ªtica que se basaba en la negativa radical a cualquier mejora del autogobierno -l¨¦ase reforma del Estatut o del modelo de financiaci¨®n- , un atrincheramiento en el discurso metropolitanista, opuesto al resto del pa¨ªs y sobre todo incapaz de poner de manifiesto p¨²blicamente la discriminaci¨®n econ¨®mica que ha padecido y padece Catalu?a. Maragall trastoca estos fundamentos del discurso socialista en Catalu?a y con total desparpajo habla de reformar el Estatut, del agravio que padece Barcelona con relaci¨®n a Madrid, y sobre todo marca distancias con el seguidismo que el nuevo equipo de dirigentes del PSOE hace del PP en el ¨¢mbito de la lucha antiterrorista y sobre todo respecto a c¨®mo en la capital del reino se lidian los problemas que la diversidad plurinacional del Estado comporta. Son muchos los que intentan calibrar si en definitiva es una pura maniobra t¨¢ctica de la direcci¨®n socialista catalana para buscar votos en el mismo vivero del pujolismo y parar una posible sangr¨ªa hacia ERC -de hecho, entre otras cosas, la creaci¨®n de Ciutadans pels Canvi responde a esta l¨ªnea de trabajo- o, por el contrario, detr¨¢s de ese cambio y de esos gestos hay una aut¨¦ntica voluntad de edificar una alternativa de izquierda catalanista.
?Aguantar¨¢ Maragall las presiones que recibir¨¢ desde Madrid? En Esquerra Republicana se duda
El ¨²ltimo supuesto -que es el que todo catalanista deber¨ªa desear-, el de un PSC autocentrado en Catalu?a, hecho que no es contradictorio con mantener una buena relaci¨®n y colaboraci¨®n con el PSOE, presenta cada vez m¨¢s lagunas e incertidumbres. Por una parte, la incapacidad de tener voz propia en el Congreso de los Diputados lleva a que en Barcelona se haga un discurso y en Madrid se acabe votando otra cosa. El ¨²ltimo caso es el denigrante espect¨¢culo de los diputados del PSC ante la negativa de los partidos espa?oles de dotar a la capital catalana de una carta municipal. Parad¨®jicamente, el ¨²nico terreno de juego que tiene el PSC para mostrase con una voz propia es el Senado mediante la Entesa Catalana de Progr¨¦s, que a pesar de unos inicios esperanzadores ha acabado haciendo seguidismo del PSOE y marcando diferencias con los senadores de ERC.
En un segundo orden de cosas, el intento de aguar las propuestas del equipo de Maragall por parte del mismo partido, queriendo reducir la reforma del Estatut a modificaciones leves o la misma revisi¨®n constitucional a una reforma del Senado, pone sobre aviso de que no hay un consenso s¨®lido en el seno de los socialistas catalanes sobre estos ¨¢mbitos.
Las preguntas que muchos nos hacemos desde la izquierda catalanista son tres. Primera: ?es sincero el mensaje maragallista sobre la mejora del autogobierno y la firmeza en reclamar la deuda hist¨®rica que tiene el Estado con Catalu?a?
Segunda: ?est¨¢ el PSC en condiciones de aguantar la presi¨®n que vendr¨¢ desde el PSOE y la prensa de Madrid si en Catalu?a acaba pactando con ERC?
Y tercera: ?qu¨¦ capacidad tiene el sector negocios del PSC para promover un pacto t¨¢cito con CiU?
La respuesta a estas cuestiones s¨®lo reside dos traves¨ªas m¨¢s all¨¢ del mes de noviembre, pasados los comicios catalanes y quiz¨¢ ni as¨ª, y entonces tendremos que esperar a marzo, a las elecciones generales de los espa?oles, pero el acto de retractaci¨®n con prop¨®sito de enmienda que Madrid ha obligado a hacer a Pasqual Maragall en el asunto Egunkaria indica hasta qu¨¦ punto el socio espa?ol le puede llegar a marcar la pauta.
Mientras tanto el presidente de Extremadura, Rodr¨ªguez Ibarra, hace un llamamiento a la involuci¨®n sin ning¨²n tipo de rectificaci¨®n. ?Ser¨¢ esto el federalismo asim¨¦trico?.
Joan Puigcerc¨®s es diputado de ERC en el Congreso
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra
- Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero
- ERC
- Pol¨ªtica nacional
- Pasqual Maragall
- Opini¨®n
- Euskaldunon Egunkaria
- PSC
- Estatutos Autonom¨ªa
- PSOE
- Financiaci¨®n auton¨®mica
- Catalu?a
- Estatutos
- Prensa
- Partidos pol¨ªticos
- Elecciones
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Finanzas p¨²blicas
- Normativa jur¨ªdica
- Legislaci¨®n
- Pol¨ªtica municipal
- Medios comunicaci¨®n
- Espa?a