La ca¨ªda del m¨¢s grande

La magna obra de Edward Gibbon apareci¨® entre 1776 y 1788 en seis tomos. Los tres primeros analizan la deriva imperial de Trajano a Constantino y luego hasta Heraclio, es decir, de 180 a 641. Los otros tres llegan hasta la toma de Constantinopla en 1453. En total, tres mil p¨¢ginas y doce siglos. La antolog¨ªa de D. A. Saunders resume lo mejor de los primeros libros y ofrece una perspectiva del conjunto. Desde la aparici¨®n del primer tomo, Decline and Fall, suscit¨® una enorme admiraci¨®n en toda la Europa ilustrada. Entusiasmaba tanto por la amplitud de su enfoque y su tem¨¢tica hist¨®rica como por su enorme y amena erudici¨®n y su docto y noble estilo. Gibbon hab¨ªa le¨ªdo a todos los autores antiguos y emulaba en su prosa a los grandes historiadores romanos, a la vez que sab¨ªa dar una personal visi¨®n cr¨ªtica y moderna. Con sus frases lapidarias y sus estupendas an¨¦cdotas, sus reflexiones aguzadas y sus punzantes iron¨ªas, el ilustrado brit¨¢nico, admirador de Voltaire y Bayle, supo acertar con el gusto racionalista de su tiempo. Como apunta A. Momigliano, "los lectores aficionados por Plutarco a esperar nobles gestas y sagaces palabras no quedaron desilusionados... Las ideas de Gibbon satisfac¨ªan a los ilustrados, pero el modo de presentarlas agradaba a las personas cultas en general". M¨¢s de dos siglos despu¨¦s, el apasionante relato mantiene todo su inter¨¦s. Lo m¨¢s sorprendente fue, como vio Gibbon, que el derrumbe del gigantesco imperio se prolongara tanto (y a¨²n diez siglos m¨¢s para Bizancio). A¨²n nos fascina su turbulenta agon¨ªa, resquebrajado por tantas sangrientas guerras y por los caprichos de sus augustos d¨¦spotas, con su caduca econom¨ªa esclavista, saqueado por ej¨¦rcitos volubles y mercenarios, abrumado por la fan¨¢tica pujanza de los cristianos y derruido por la embestida de la avalancha de los b¨¢rbaros. Su ruina final fue "una tragedia de muchas voces" (Mazzarino) y "el triunfo de la religi¨®n y de los b¨¢rbaros" (Gibbon). Hay numerosos estudios de esta historia, pero ninguno discute a Decandencia y ca¨ªda su prestigio de "cl¨¢sico".