A Ruiz-Gallard¨®n
Asisto estupefacto a su incesante ir y venir de acto en acto, en un frenes¨ª que s¨®lo refleja su actual desasosiego. Tranquilo. Mire, lo primero que tiene que presentar a los vecinos de Madrid es un pu?ado de razones de peso que den sentido a su posici¨®n ante la guerra. Su capacidad de gestor est¨¢ suficientemente acreditada; lo que corresponde en la actual situaci¨®n es que se refiera a sus convicciones y valores m¨¢s profundos.
Se trata de confirmar, a los que le hemos venido votando, que depositamos nuestra confianza en una persona con principios, humana y coherente, para quien el fin no justifica los medios. Para ello, qu¨¦ mejor que contestar p¨²blicamente a preguntas tales como: ?Est¨¢ usted a favor de la pena de muerte?, ?No considera que los seres humanos que pierden la vida en Irak est¨¢n siendo ajusticiados por los delitos de su dictador?, ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la actitud del Papa ante la guerra?
?stas, antes que otras, son las cuestiones que nos interesan de usted en esta campa?a tan especial.
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