El antrop¨®logo polaco
Un antrop¨®logo polaco acaba de establecer que la altura de los miembros de una pareja debe guardar una proporci¨®n de 1,09 si aspiran, por lo menos, a la estabilidad heterosexual. Parece una frivolidad dado los tiempos que corren -me refiero a perder el tiempo en semejantes cuchufletas-, pero si se mira de cerca, la regla del antrop¨®logo polaco no s¨®lo no es machista sino que puede generalizarse hasta l¨ªmites insospechados.
Pongamos que una mujer mide 1,65 metros, pues bien, su pr¨ªncipe azul deber¨ªa medir 1,80 a nada que aspire a una felicidad que no se medir¨¢ ya en cent¨ªmetros sino en a?os. Todo lo que se salga de ah¨ª conducir¨¢ al fracaso. Es lo que est¨¢ ocurriendo en Irak. All¨ª si el hecho mide 1,80 resulta que la versi¨®n que se da del mismo sobrepasa el 1,90 y, claro, las cosas no funcionan.
Ya dijo Coluche, aquel gran pol¨ªtico con vocaci¨®n de payaso, que en las guerras modernas est¨¢n m¨¢s seguros los soldados que la poblaci¨®n civil
Lo ha expresado de manera dram¨¢tica un marine herido: "Yo cre¨ªa que quer¨ªan ser liberados, que terminar¨ªamos r¨¢pido nuestro trabajo y que podr¨ªamos volver pronto a casa". Nadie le avis¨® de que los iraqu¨ªes podr¨ªan actuar como el Vietcong, es decir, camufl¨¢ndose entre la poblaci¨®n civil; y como los somal¨ªes, es decir, uni¨¦ndose en una pi?a pegada a cada adoqu¨ªn de cada calle y a cada ladrillo de cada casa. Por eso el Pent¨¢gono y la Casa Blanca tienen que dar versiones 1,65 de hechos 2,10, como los bombardeos de mercados o el ametrallamiento de coches civiles a los que no se les da previamente el alto.
Total, que el n¨²mero de bajas civiles est¨¢ superando con mucho los c¨¢lculos m¨¢s pesimistas y bien podr¨ªa ocurrir que se verificara el axioma establecido por Coluche, aquel gran pol¨ªtico con vocaci¨®n de payaso: a saber, que en las guerras modernas est¨¢n m¨¢s seguros los soldados que la poblaci¨®n civil. Por si acaso, Rumsfeld, ese payaso aburrido con vocaci¨®n de pol¨ªtico, ya est¨¢ hablando de la reconstrucci¨®n del pa¨ªs y metiendo en el gobierno exclusivamente a militares contra la opini¨®n de otros sectores del gobierno que preferir¨ªan que lo constituyeran civiles y la opini¨®n del resto del mundo que entiende que no debe ser s¨®lo cosa de los USA sino de la ONU. Rumsfeld estar¨ªa en este caso dando una versi¨®n 1,50 de hechos 3,15, porque bajo la apariencia de una mayor efectividad y poder disuasorio estar¨ªa ocultando el acceso al petr¨®leo iraqu¨ª mientras los ca?ones le cubren la espalda. Aunque lo que m¨¢s gracia tiene es que la guerra se haya emprendido para suprimir un gobierno paramilitar y se piense reemplazarlo por un gobierno de coroneles, con lo que se estar¨ªa dando una versi¨®n 2,25 de hechos 1,73. En otros t¨¦rminos, se estar¨ªa vendiendo democracia cuando se desea instalar, en realidad, un r¨¦gimen autoritario para dar as¨ª satisfacci¨®n tal vez al alma de extrema derecha -2,20- que se oculta bajo el aspecto de cient¨ªfico despistado -1,80- del augusto Rumsfeld.
Aunque no hay que irse hasta Irak para ilustrarse sobre lo acertado de las proporciones del antrop¨®logo polaco. Dejo a su instinto l¨²dico, querido lector, el estudio de las proporciones entre los hechos Otegi y las versiones Otegi, los hechos Egibar y las versiones Egibar, o los hechos Larreina y las versiones Larreina. Porque ah¨ª est¨¢ la madre del cordero y de todas las batallas.
Rafael Larreina ha ocasionado un terremoto ofreciendo graciosamente sus listas a SA, y hay que decir SA al menos mientras el Gobierno de Ibarretxe est¨¦ haci¨¦ndose el sueco y el polaco acerca de un hecho 1,80, la obligaci¨®n de disolver SA tras la condena de Batasuna, al que opone una versi¨®n 3,1416 o pi, es decir, el considerar que eso s¨®lo sucede en la galaxia del Estado espa?ol y no en la de Gernika.
Dec¨ªa que los asuntos proporcionales andan muy revueltos desde que Rafael Larreina le lanz¨® a Otegi un guante con dos condiciones. La primera dejaba en la mayor indefinici¨®n el sujeto de la conculcaci¨®n de los derechos humanos, a sabiendas de que Otegi concluir¨¢ que s¨®lo los conculca el Estado; la segunda s¨®lo mencionaba a ETA para equipararla a Aznar en un ejercicio de c¨ªnica equidistancia. Larreina deber¨ªa haber le¨ªdo el estudio del antrop¨®logo polaco para haberse rendido as¨ª a la evidencia de que con su altura no puede picar tan alto. Ni caer seguramente tan bajo.
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