El Museo Picasso de Barcelona inaugura su ¨²ltima ampliaci¨®n
La rehabilitaci¨®n ha permitido ordenar la colecci¨®n del centro
La visita del Museo Picasso de Barcelona, situado en cinco antiguos palacios datados entre los siglos XII y XVIII, ha dejado de ser laber¨ªntica. Ayer se inaugur¨® la ¨²ltima ampliaci¨®n del museo, que ha permitido la reordenaci¨®n de toda su colecci¨®n permanente. Las obras se iniciaron en 2001 y han tenido un presupuesto de 5,4 millones de euros, que ha aportado el Ayuntamiento de Barcelona, titular del centro.
Nunca hasta ahora hab¨ªa lucido tanto la colecci¨®n del Museo Picasso de Barcelona, la mejor del mundo en lo que se refiere a los a?os de formaci¨®n y juventud del artista. La rehabilitaci¨®n del museo, a cargo del arquitecto Jordi Garc¨¦s, ha permitido alcanzar los 500 metros lineales de exposici¨®n, pero sobre todo ha conseguido que las obras del artista puedan verse de forma ordenada, c¨®moda y tranquila. La intervenci¨®n en el centro, que en 2002 recibi¨® 1.027.836 visitantes, se ha centrado en esta fase en la adecuaci¨®n de tres de los cinco palacios que configuran el conjunto muse¨ªstico y que est¨¢n interconectados en su interior. Toda la colecci¨®n se ha situado ahora en la segunda planta seg¨²n una distribuci¨®n lineal, por cronolog¨ªa, que sigue un eje longitudinal paralela a la calle de Montcada, a la que dan las fachadas principales de los edificios. Es la misma estructura que se realiz¨® en 1999 en la planta baja cuando se abrieron al p¨²blico las nuevas salas de exposiciones temporales.
La gran novedad de esta presentaci¨®n es la adecuaci¨®n de dos patios interiores en desuso que se han transformado en salas de exposici¨®n. Una de ellas, la m¨¢s grande, acoge el impresionante conjunto de Las Meninas, la serie que Picasso realiz¨® a partir de Vel¨¢zquez y que don¨® al museo barcelon¨¦s en 1968 como homenaje a su amigo y secretario Jaume Sabart¨¦s, que hab¨ªa sido el principal impulsor de este centro que abri¨® sus puertas en marzo de 1963 con el nombre -eran a?os en que pol¨ªticamente no pod¨ªa ponerse el nombre de Picasso a un museo en Espa?a- de Colecci¨®n Sabart¨¦s.
Desde entonces, y exceptuando reformas parciales, las salas de exposici¨®n permanente pr¨¢cticamente no se hab¨ªan renovado y, como explica la directora del museo, Mar¨ªa Teresa Oca?a, "era urgente que se adecuaran a las nuevas necesidades tanto de la museolog¨ªa moderna como de los cada vez m¨¢s numerosos visitantes".
Pese a que la colecci¨®n es pr¨¢cticamente la misma -se exhiben 287 piezas de las que 38 son cer¨¢micas, 2 esculturas, 60 dibujos y el resto pintu-ras-, el impacto de la arquitectura y la reordenaci¨®n de la colecci¨®n hacen que el museo parezca otro. Se han cambiado marcos, colocado cristales antirreflectantes, instalado sofisticadas vitrinas para los dibujos y reordenado el recorrido para que resulte m¨¢s comprensible la evoluci¨®n de la obra del artista. Tambi¨¦n se ha modificado el acceso de los visitantes, con una entrada para grupos y otra para particulares, y ampliado la tienda.
Con esta ¨²ltima intervenci¨®n finalizan las grandes obras del museo a la espera de que a finales de a?o puedan adecuarse la biblioteca y las oficinas del personal. Queda pendiente para los pr¨®ximos a?os el ajardinamiento de la parte posterior del museo.
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