"El comunismo contin¨²a vigente como motivaci¨®n y como utop¨ªa"
Eric Hobsbawm (Alejandr¨ªa, 1917) recorre los momentos m¨¢s importantes del pasado siglo a trav¨¦s de su propia historia en A?os interesantes. Una vida en el siglo XX (Cr¨ªtica). Vivi¨® su ni?ez en Viena; su adolescencia, en Berl¨ªn, donde fue testigo de la llegada de Hitler al poder; su juventud, en Londres, y como profesor ha recorrido diversos pa¨ªses. Defiende el comunismo como ideolog¨ªa y dice que consiste, sobre todo, en defender las causas de los pobres y oprimidos. Cree que el papel de los historiadores es fundamental para evitar que los pol¨ªticos maquillen la realidad,que son la memoria de lo que realmente ocurri¨®.
Pregunta. ?Le ha resultado dif¨ªcil adentrarse en su propia historia para cont¨¢rsela al mundo?
"Debemos impedir a los pol¨ªticos que escriban la historia a su antojo"
Respuesta. Bastante m¨¢s complicado que cuando narras sucesos alejados de tu vida. Est¨¢ el problema del recuerdo, de la memoria. Fue un gran esfuerzo redescubrir el personaje del pasado que ha vivido todas esas cosas. Estoy escribiendo como un viejo y he vivido todo el siglo como un muchacho, como joven, lo que no es f¨¢cil reconstruir. Hay otros problemas bastante grandes que tocan a todo historiador: la relaci¨®n entre la experiencia personal, la personalidad del historiador y el objeto de su ¨¦poca. El problema de los l¨ªmites del entendimiento hist¨®rico. ?Hasta qu¨¦ punto era l¨®gico reconocer a la ¨¦poca cosas que despu¨¦s de muchos a?os yo reconozco?
P. Es un comunista convencido. ?Qu¨¦ significa el comunismo en el siglo XXI?
R. En primer lugar, cr¨ªtica al capitalismo, cr¨ªtica de una sociedad injusta que est¨¢ desarrollando sus contradicciones. El ideal de una sociedad de mayor igualdad, libertad y fraternidad. La pasi¨®n de la acci¨®n pol¨ªtica, el reconocimento de la necesidad de la acci¨®n colectiva. La defensa de la causa de los pobres y los oprimidos. Lo que ya no significa es un orden social como el tipo sovi¨¦tico, un orden econ¨®mico de una planificaci¨®n total y colectiva: me parece que ese experimento ha fallecido. El comunismo como motivaci¨®n contin¨²a vigente; como programa, no.
P. ?Qu¨¦ futuro les espera a los pa¨ªses con r¨¦gimen comunista?
R. Pr¨¢cticamente han desaparecido, ni siquiera los chinos son comunistas en el sentido antiguo. No es imposible que haya uno u otro pa¨ªs que siga si¨¦ndolo, como el r¨¦gimen cubano, pero no se puede ser optimista sobre Cuba, sobre todo cuando muera Fidel.
P. ?Valoraron los historiadores la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica?
R. No. Hay casi una conspiraci¨®n silenciosa para no reconocer la cat¨¢strofe social, econ¨®mica y cultural que ha sido para los pa¨ªses de la vieja Uni¨®n Sovi¨¦tica el fin del comunismo, porque contradice la ret¨®rica posterior a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. El hecho es que desde entonces la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha perdido la mitad de su producto nacional, en gran parte ha sido desindustrializada y la situaci¨®n social es dram¨¢tica. Lo que es muy dif¨ªcil, sobre todo en medios intelectuales, es reconocer que los pasos positivos tienen otra cara. Ahora hay mucha m¨¢s libertad que antes, pero esa libertad ha sido conseguida al precio de una desigualdad, una injusticia social y una ca¨ªda catastr¨®fica de la cohesi¨®n social y las relaciones humanas. Los pensadores de izquierdas no han reconocido el significado de este derrumbamiento. El hecho extraordinario es que el derrumbamiento fue total de un momento para otro. La econom¨ªa sovi¨¦tica se colaps¨®, y eso indica una gran debilidad en la estructura de la econom¨ªa sovi¨¦tica.
P. Ha sido testigo de demasiadas guerras. ?Imaginaba que en este siglo hubiese otra?
R. La creencia de que las guerras podr¨ªan ser erradicadas para siempre es un pensamiento ut¨®pico. No sorprende la caracter¨ªstica de esta guerra, la de una guerra de extensi¨®n del poder. La pretensi¨®n de los invasores es establecer una pol¨ªtica mundial, global. Hay intereses econ¨®micos derivados del ego¨ªsmo. El petr¨®leo no es el motivo principal, aunque no se puede obviar.
P. Vargas Llosa ha afirmado que en el siglo XXI no podr¨ªan existir utop¨ªas sociales.
R. Las utop¨ªas nunca han sido realizables, pero la esperanza y el idealismo seguir¨¢n siempre. Existen utop¨ªas como la de los movimientos antiglobalizaci¨®n. La actual, la m¨¢s fuerte, es la del liberalismo econ¨®mico. La convicci¨®n, la victoria total de un mercado libre es que, con movilidad total, se consigue el ¨®ptimo estado. Utop¨ªas habr¨¢ siempre, buenas y malas. Las malas son las que no tienen conciencia.
P. Es usted un gran amante del jazz. ?Qu¨¦ significado tiene?
R. Es una m¨²sica con una fuerte capacidad de emocionar. Es aplicable a otras experiencias culturales. Me ha abierto un campo de an¨¢lisis hist¨®rico sumamente interesante, sobre todo para el entendimiento del fen¨®meno cultural popular, aunque el jazz no es una m¨²sica popular.
P. Finaliza su libro con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. ?Fue el principio de lo que estamos viviendo?
R. No creo que el hecho en s¨ª de haber atacado las Torres Gemelas haya cambiado la situaci¨®n del mundo. Es un ejemplo de un ataque terrorista, pero no es diferente, en esencia, de otros actos terroristas que han ocurrido tanto en Inglaterra como en Espa?a. Lo que ha cambiado es la pol¨ªtica. Un sector importante reconoci¨® que era el momento de proclamar la supremac¨ªa pol¨ªtica de EE UU y la guerra de Irak es una prueba. Irak no ten¨ªa nada que ver con el ataque a las Torres Gemelas. El ataque a Irak estaba planeado desde hace mucho tiempo por el Gobierno americano.
P. ?Qu¨¦ pueden aportar los historiadores a este siglo?
R. En primer lugar, la memoria. Hoy, la gente olvida con facilidad. En segundo lugar, corregir, porque saben lo que ocurri¨® en el pasado. En este momento vivimos una ¨¦poca en que la historia tiene un papel m¨¢s grande. Estamos viviendo en pa¨ªses con muchos a?os y cada uno tiene la intenci¨®n de reconstruir un pasado que no tiene nada que ver con su verdadera historia. El inter¨¦s p¨²blico sobre el pasado est¨¢ aumentando y por eso tambi¨¦n es muy importante que los historiadores hagan su trabajo, su oficio: recordar lo que ha pasado de verdad. La cr¨ªtica de la ret¨®rica de los mitos hist¨®ricos es una tarea de los historiadores de hoy, sobre todo en casos donde hay nacionalismos. En la preparaci¨®n de esta guerra hubo muchas referencias absurdas al paralelismo entre Hitler y Sadam.
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