Recordando a Chummy

Conoc¨ª a Chummy (Jos¨¦ Mari) Ch¨²mez, a los 16 a?os. ?l acababa el Profesorado Mercantil y yo lo comenzaba. Estudiante activo y brillante, oposit¨® al Instituto Nacional de Previsi¨®n, que entonces se ubicaba en la plaza de Guip¨²zcoa. Era un funcionario at¨ªpico, independiente, culto. Ten¨ªa una gran afici¨®n y facilidad para el dibujo y la pintura. Envi¨® un d¨ªa dibujos a La Codorniz y ?lvaro de la Iglesia, tambi¨¦n donostiarra, se los acept¨®. Ah¨ª comenz¨® su quehacer con el humor. Pidi¨® excedencia y march¨® a Madrid, estudi¨® Bellas Artes y Grabado, viaj¨® y conoci¨® Espa?a en profundidad, Francia, Inglaterra, Am¨¦rica. Fund¨® Hermano lobo, tradujo y escribi¨® novelas, guiones cinematogr¨¢ficos, dirigi¨® pel¨ªculas, fue figura relevante en tertulias radiof¨®nicas. En resumen, un personaje complejo, con m¨²ltiples facetas y un un sentido posesivo de su independencia, que le permiti¨® publicar en medios diferentes, y aun opuestos, con total libertad.

Su sensibilidad creativa le permiti¨® representar una Espa?a real, al margen de t¨®picos, angustiada y sufriente, aparentemente sumisa, con ese toque de genio irrenunciable. En uno de sus art¨ªculos, Francisco Umbral lo sit¨²a entre las citas de Freud y el grafismo de Picasso; yo m¨¢s le veo cercano a Goya y Solana, a quien ¨¦l tanto admir¨®, interesado en la vulgaridad trascendente y en lo cotidiano eterno. "El pintor debe de amar la vida y odiar el arte", era su m¨¢xima.

Chumy, personaje complejo, hipocondr¨ªaco, sociable/insociable, arisco/cari?oso, nunca olvid¨® su familia, sus or¨ªgenes humildes, sus padres artesanos y emigrantes, que con orgullo recordaba. Mezcla de elitista y plebeyo, rastre¨® la tierra dura, el asfalto con baches y los riscos de los suburbios y descampados. Y muri¨® digno con la discreci¨®n y la elegancia de un distante caballero de El Greco.