Musicales en Viernes Santo
Cuando Franco viv¨ªa (y no nos dejaba vivir), en Semana Santa se prohib¨ªan en Espa?a los bailes p¨²blicos, la m¨²sica profana y, por supuesto, las pel¨ªculas que no trataran temas religiosos. El llamado S¨¢bado de Gloria regresaban las pel¨ªculas festivas, que entonces se promocionaban como estrenos excepcionales. Hasta ese d¨ªa nos ten¨ªamos que empachar de devoto aburrimiento con El m¨¢rtir del Calvario, Sangre en el Jap¨®n, Reina santa, Molokay, La canci¨®n de Bernardette, las se?oras de F¨¢tima, milagros inveros¨ªmiles, y vidas ejemplares de santos, santas y hasta de santitos como Marcelino. Desempolvaban viejer¨ªas para mantenernos en el camino recto, al menos por esta santa semana.
No se r¨ªan. Aquellos tiempos no han cambiado tanto como parecer¨ªa l¨®gico en un Estado que se dice no confesional. A¨²n colea en las televisiones aquel esp¨ªritu, como se desprende, adem¨¢s de las consabidas procesiones, del aumento de pel¨ªculas p¨ªas, incluso de extravagancias seudoreligiosas que a los programadores les parecen adecuadas para que celebremos todos juntos esta santa pena oficial. Hasta el punto de que algunos canales que suelen emitir cine porno los fines de semana han decidido escamotearlo para no herir susceptibilidades. Por si sigue siendo pecado...
A disposici¨®n de todos nosotros, hoy mismo tenemos inevitablemente Quo Vadis?, que es como el ?Qu¨¦ bello es vivir! de la Navidad, pero en Semana Santa, m¨¢s una biograf¨ªa del papa Juan XXIII, una nueva Virgen de Lourdes en la que interviene el hijo de Vittorio Gassman, la Juana de Arco de toda la vida, un resumen de la Teresa de Jes¨²s de Josefina Molina y Concha Velasco, y, como no pod¨ªa ser menos, La historia m¨¢s grande jam¨¢s contada, esta vez junto a un Arca de No¨¦ que, aunque pertenece al Antiguo Testamento, tambi¨¦n les vale. Se ha vuelto a programar Espartaco, que no tiene que ver con esta religi¨®n, pero, ya que el esclavo rebelde tambi¨¦n muere crucificado...
?C¨®mo no se les habr¨¢ ocurrido emitir religiosidades musicales? El musical est¨¢ de moda (hay un canal que as¨ª lo ha entendido, programando hoy My fair lady). Si tenemos que volver a los viejos tiempos, ah¨ª est¨¢n, para gloria del cine espa?ol, Sor Ye-Y¨¦, con Hilda Aguirre; La hermana Alegr¨ªa, con Lola Flores; La hermana San Sulpicio, con Carmen Sevilla; La novicia rebelde, con Roc¨ªo D¨²rcal; El padre Coplillas, con Juanito Valderrama; El padre Manolo, con Manolo Escobar, o El ¨¢ngel, con Raphael... Es que no tienen ni o¨ªdo.
Aqu¨ª, antes no gustaban las pel¨ªculas musicales (las rechazaban, las cortaban o doblaban las canciones para que se entendieran), pero ya hemos cambiado en eso. El pasado a?o fue el musical El otro lado de la cama la pel¨ªcula espa?ola m¨¢s comercial, y Chicago, con su corrosiva denuncia de qu¨¦ f¨¢cilmente se deja manipular la prensa, ha sido este a?o la pel¨ªcula de los Oscar. Antonio Banderas est¨¢ triunfando en Broadway con la versi¨®n musical de la atormentada 8 1/2 de Fellini, y en Madrid se han hecho colas de hasta cinco mil personas que so?aban con obtener un papelito en el pr¨®ximo montaje teatral de Cabaret. ?La ir¨¢n a representar por la vigencia de su mensaje sobre el nacimiento del nazismo? Y si es as¨ª, ?por qu¨¦ no recuperar tambi¨¦n Siempre hace buen tiempo, el drama musical de tres alegres soldados que regresan victoriosos de la guerra sin sospechar que sus sue?os de futuro se truncar¨¢n en frustraciones? En ese sentido, tambi¨¦n ser¨ªa actual Camelot, con el buen rey Arturo intentando cambiar el esp¨ªritu de venganza por el de justicia... ?Cu¨¢ntos buenos musicales!
La Semana Santa tiene el privilegio de disfrutar de programaciones especiales. Lo peor no es que sean tan polvorientas y huelan a alcanfor revenido, sino que, todos en el mismo barco, tengamos que tragarnos, como en aquellos entonces del invicto caudillo, una retah¨ªla cinematogr¨¢fica de beater¨ªa tridentina, capaz de aburrir a la guardia suiza del mism¨ªsimo Vaticano. Poca imaginaci¨®n. Y poca m¨²sica. ?Pensar que con Franco hasta ve¨ªamos Jesucristo Superstar!
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