"Quiero ser el campe¨®n, no so?ar con serlo"
S¨¢bado 19 de abril: circuito de Imola, en San Marino. Fernando Alonso devora un plato de pasta en las dependencias de su equipo, el Renault, poco antes de conceder esta entrevista. Dos de las cuatro sillas permanecen desocupadas. Un periodista se acerca y pregunta si hay alguien en ellas. "Dos rubias", contesta Alonso, "pero est¨¢n maquill¨¢ndose". Al final, inevitablemente, se forma un corro alrededor del espa?ol, de 21 a?os de edad, que no puede evitarlo. Los responsables de la escuder¨ªa francesa miran la escena con un gesto de incredulidad. La f¨®rmula 1 no est¨¢ acostumbrada a tipos as¨ª. Pero Alonso es hoy, junto al finland¨¦s Kimi Raikkonen, el piloto m¨¢s solicitado del mundo. Convertido en el m¨¢s joven de la historia en conseguir una pole position, el primer puesto en la parrilla de salida -lo consigui¨® en el Gran Premio de Malaisia- y en subirse a un podio -fue el tercero en la carrera asi¨¢tica y en la de Brasil-, Renault, un grande de su deporte, se ha visto obligado a atarle corto. Dif¨ªcil tarea.
"?El nuevo Schumacher? ?El rey Fernando? La gente se ha vuelto loca. Cuando lo haga mal..."
"Hay que tener un buen coche. Pero tambi¨¦n hay que demostrar que vales para un buen equipo"
"De ni?o, admiraba a Indur¨¢in. ?Por espa?ol? No; porque ganaba. Ahora soy de Armstrong"
"Mi mejor virtud es no conformarme nunca con lo que he hecho. ?Mi peor defecto? Eso mismo"
"Mi casa de Oxford es tan peque?a que no necesito limpiadora. El aspirador lo paso yo"
Pregunta. Parece un ministro. Para entrevistarle hay que pedir audiencia.
Respuesta. Igualito que antes, ?eh? Y yo no puedo hacer nada. La f¨®rmula 1 es as¨ª. En Espa?a no ten¨ªamos ni idea de c¨®mo era esto y por eso nos sorprende. Hay que tener en cuenta que nos pasamos 14 horas en el circuito todos los d¨ªas, entren¨¢ndonos, atendiendo a los patrocinadores, y no puedes estar cuatro o cinco horas con reportajes. Si fuera un solo medio de comunicaci¨®n, vale. Pero te ve uno y quiere el otro y el de m¨¢s all¨¢. Los equipos no lo permiten. Lo cortan de ra¨ªz.
P. ?Es consciente de la que est¨¢ montando?
R. Pues... no mucho, porque tampoco es que pase demasiados d¨ªas en Espa?a. ?Qu¨¦ m¨¢s quisiera! Estoy en Inglaterra o en las carreras y tampoco me da tiempo a hacerme una idea exacta de lo que se comenta all¨ª. Y cuando voy a Espa?a intento desconectar y descansar. Pero no es f¨¢cil.
P. Usted es un loco de internet y habr¨¢ visto lo que se dice.
R. S¨ª. Y s¨¦ que se empieza a hablar de la f¨®rmula 1, que ya el f¨²tbol no lo es todo. El inter¨¦s ha crecido y la gente comienza a conectarse.
P. ?Qu¨¦ le dicen titulares como "Alonso, el nuevo Schumacher" o "el rey Fernando"?
R. Que hay gente que se ha vuelto loca.
P. Habr¨¢ dado usted alg¨²n motivo.
R. Las cosas van bien, s¨ª. Pero esto pasa en todos los deportes. No es algo que me suceda en exclusiva. Quiz¨¢ porque no valgo para nada m¨¢s, me encantan los deportes. Juego al f¨²tbol, al tenis, monto en bicicleta... Cuando miras los peri¨®dicos deportivos, ves que, si un equipo de f¨²tbol ha ganado dos partidos, todo se dispara: va a ser el campe¨®n de la Liga, de la Champions, del mundo mundial... Luego, pierde dos y cambia el entrenador, los jugadores no sirven y se arma una buena. Por eso, cuando leo esos titulares, pienso en lo r¨¢pido que se van a olvidar de m¨ª cuando lo haga mal. Y me r¨ªo con ganas de todo eso.
P. Se le ha comparado con personajes como el tenista Manuel Santana, el motociclista ?ngel Nieto o el golfista Severiano Ballesteros. Ellos fueron pioneros en Espa?a en sus especialidades. Ganaron cuando nadie lo hac¨ªa y consiguieron enganchar a miles de aficionados. ?Se ha planteado que su caso sea similar?
R. ?Qu¨¦ va! Tengo cosas m¨¢s interesantes que hacer que dar vueltas a eso. Es verdad que en Espa?a ning¨²n piloto tuvo nunca oportunidad de estar en un equipo grande y hacer cosas buenas. Yo soy el primero y parece que la gente est¨¢ disfrutando y se lo est¨¢ tomando en serio. Y la f¨®rmula 1 puede ser un deporte grande en Espa?a.
P. Usted lo limita todo a estar en un equipo bueno. ?Tan s¨®lo importa eso? En los ¨²ltimos a?os, en Espa?a han corrido Pedro de la Rosa y Marc Gen¨¦. No ganaron. ?La ¨²nica explicaci¨®n es que les faltaba un buen coche?
R. Qui¨¦n sabe. Yo prefiero no decir nada. Hay que tener una buena m¨¢quina y sacarle todo el partido. Pero tambi¨¦n hay que demostrar que vales para estar en un buen equipo. Yo lo he conseguido. Me he dejado querer por los grandes y han visto que pod¨ªa conducir para ellos.
P. Tanto le han visto que Ferrari intent¨® ficharle en su momento Y usted dijo que nones. ?C¨®mo se le dice que no a Ferrari?
R. No fue f¨¢cil, no. Pero no era Ferrari, Ferrari. Era correr en equipos filiales. Eso significa que, si vales, te cogen. Y, si no, te tiran a la basura. Renault ten¨ªa mucha m¨¢s confianza en m¨ª. Era una apuesta a largo plazo. Ferrari est¨¢ ahora en la cresta de la ola, pero esto va por ciclos. Llevaba 23 a?os sin ganar el Campeonato del Mundo y ahora lleva tres seguidos. Esperemos que sea eso, un ciclo. Y que se acabe y llegue nuestro momento.
P. ?De verdad sue?a con ser el campe¨®n del mundo?
R. Yo no sue?o. Yo quiero ser el campe¨®n del mundo.
P. Si lo consiguiese antes de 2006, ser¨ªa el m¨¢s joven de la historia en lograrlo.
R. Pues... vamos all¨¢.
P. Pero a usted le est¨¢ ganando Kimi Raikkonen. En el fondo, es un fracaso. Porque, cuando ten¨ªan 14 a?os, corr¨ªan juntos y ganaba usted.
R. Sab¨ªa que, antes o despu¨¦s, se descubrir¨ªa. En serio: en aquellos tiempos, posiblemente yo ten¨ªa mejor kart que ¨¦l. Ahora ¨¦l ha tenido la suerte -es un decir, porque yo tambi¨¦n he tenido una suerte inmensa- de llegar a McLaren, que est¨¢ yendo como un tiro. Es un rival muy complicado.
P. ?M¨¢s que Michael Schumacher?
R. Tambi¨¦n lo es Michael, por supuesto. Pero en este deporte no se puede decir: Raikkonen o Schumacher son mis m¨¢ximos adversarios. Porque mi m¨¢ximo adversario es el que tenga la mejor m¨¢quina. Pero hay que estar a tope en todos los sentidos. En el ciclismo, por ejemplo, para llegar al l¨ªmite se requiere una forma f¨ªsica perfecta. Por eso existe el dopaje, algo que no hay en la f¨®rmula 1, aunque tambi¨¦n tengas que estar a tope. Aqu¨ª no puedes ser m¨¢s listo que la m¨¢quina. Si t¨² llevas toda la vida utilizando frenos de hierro, llegas aqu¨ª e intentas seguir con ellos en vez de utilizar los de fibra de carbono, que son m¨¢s ligeros, pues te vas a casa tranquilamente.
P. Usted no tuvo ¨ªdolos de peque?o. Ni siquiera ve¨ªa las carreras por la televisi¨®n. ?Ha admirado a alg¨²n deportista?
R. S¨ª. A Miguel Indur¨¢in. Era mi favorito.
P. ?Porque era espa?ol?
R. No; porque ganaba. Ahora soy de Lance Armstrong. Y de Zidane.
P. Se dice que la clave de su ¨¦xito es que tiene el culo pelado de correr.
R. Y lo tengo. Llevo muchas carreras. He visto cientos de veces la se?al de salida y la bandera de cuadros de la llegada. La gente piensa que soy un novato porque tengo 21 a?os, pero poseo una experiencia tremenda.
P. ?Sabe hacer algo m¨¢s que correr?
R. Poco m¨¢s.
P. ?No teme que se deshinche el globo? Se supone que la l¨®gica deber¨ªa acabar imponi¨¦ndose. Y su lugar no es el podio. Ah¨ª tienen que estar otros.
R. Si la l¨®gica se impone, delante tienen que estar los Ferrari, los McLaren y los Williams. Eso es lo normal. En el motor tenemos una desventaja notoria. Todos lo saben. No es ning¨²n secreto. Pero estamos trabajando en ello para mejorar. Y por eso el objetivo no es ganar el Mundial, se diga lo que se diga, sino rozar la s¨¦ptima o la octava posici¨®n.
P. ?Le asusta tanta euforia?
R. No es mala esa euforia, pero va a bajar por s¨ª sola. Cuando acabe dos o tres carreras el octavo y tenga un par de abandonos, la gente se dar¨¢ cuenta de que ¨¦ste es el deporte m¨¢s dif¨ªcil. Porque dependes de una m¨¢quina que tiene 800 caballos. Lleva un motor que dura 300 kil¨®metros y, si s¨®lo dura 280, no acabas la carrera. Falla cualquier m¨ªnima cosa y... adi¨®s. Por eso s¨¦ que esa euforia desaparecer¨¢ por s¨ª sola.
P. Pero explique a un aficionado que llega de nuevas que ser el octavo es un triunfo.
R. No tendr¨ªa problemas para explicarlo. Nosotros ya hemos hecho bien una cosa: aprovechar nuestras oportunidades. Estar en el sitio justo y en el momento exacto. Si falla Ferrari o Williams o McLaren, ah¨ª estamos nosotros. S¨¦ que habr¨¢ quien diga: "Con lo que promet¨ªa este chico y ha sido octavo". Pero ¨¦se es un triunfo enorme.
P. Se puede pensar que es conformista.
R. ?Todo lo contrario! Yo quiero m¨¢s. Mi mejor virtud es no conformarme nunca con lo que he hecho.
P. ?Y su peor defecto?
R. El mismo.
P. A ra¨ªz de sus ¨¦xitos, todos se han lanzado a hurgar en su pasado. Se ha repetido cien veces que a los tres a?os se mont¨® en un coche construido por su padre, que a los cinco ya ganaba... Son detalles que dan una imagen de ni?o prodigio. ?Cu¨¢nto hay en ello de leyenda?
R. Nada. Todo es verdad. Es as¨ª de simple, pero mucho m¨¢s duro de c¨®mo se pinta. Esto requiere un trabajo brutal.
P. Adem¨¢s, las circunstancias alimentan esa imagen de h¨¦roe. En el pasado y en el presente. Usted era un chico endeble, algo enfermizo, y ahora ha corrido un gran premio con 39 grados de fiebre y en otro ha sufrido un accidente espectacular. Pero en los dos acab¨® el tercero. Con un volante en las manos, parece capaz de todo.
R. Porque soy capaz de todo. He tenido muchos momentos como ¨¦sos que cita. Y llevo 18 a?os corriendo. Siempre he conseguido cosas muy dif¨ªciles en momentos muy dif¨ªciles. Y he ganado. Tengo una confianza total en m¨ª mismo.
P. Quiz¨¢ por eso alguien en el circuito le ha tachado de conductor temerario.
R. ?Qui¨¦n?
P. El canadiense Jacques Villeneuve dijo tras la carrera de Brasil que es usted peligroso.
R. ?Ah, s¨ª! Bueno, no me afecta. Si viniera de otro, de Fisichella, de Trulli, de Schumacher..., me preocupar¨ªa. Viniendo de quien viene, me da lo mismo.
P. ?Cogi¨® miedo tras ese accidente de Brasil?
R. No. Si tuviera miedo, no me meter¨ªa en un coche que se pone a 300 kil¨®metros por hora. Fue duro, s¨ª; el accidente m¨¢s duro que he tenido. Pero tras ¨¦l s¨®lo pensaba en recuperarme para la siguiente carrera.
P. No encaja usted con la imagen de estrella de un deporte de elegidos, del m¨¢s elitista que existe, en el que en el mundo s¨®lo compiten 20 personas. ?Sigue usted limpi¨¢ndose su casa de Oxford?
R. S¨ª, por supuesto.
P. Pero, con el dinero que gana, tampoco pasar¨ªa nada si contratara a alguien para hacerlo.
R. ?Si es muy peque?o! ?Para qu¨¦ va a venir nadie? ?Para que coja el aspirador del armario, lo pase y se vaya? Para eso, me levanto yo, saco el aspirador del armario, lo paso y me vuelvo a sentar.
P. ?Cu¨¢l es el ¨²ltimo chiste que ha mandado por ordenador?
R. Hay uno que es un mensaje que no se acaba nunca. Pasas una p¨¢gina, pasas otra..., esperando que ocurra algo y, cuando te das cuenta, llevas dos horas clavado ante la pantalla, has visto 150 p¨¢ginas y ah¨ª sigues, esperando que llegue el final del chiste.
P. ?Se sigue metiendo en la cama a las diez?
R. S¨ª. No me gusta demasiado salir de noche. Tengo otras formas de divertirme.
P. ?C¨®mo ha llevado que, tras quedar el tercero en Malaisia, hubiera periodistas haciendo guardia en la puerta de su casa de Oviedo como si del mism¨ªsimo conde Lecquio se tratara?
R. Hombre, la verdad es que te sientes un poco agobiado. Pero lo resolv¨ª f¨¢cilmente.
P. ?C¨®mo?
R. No sal¨ª de casa.
P. Pero hechos como ¨¦se pueden salpicar a su familia, convertirla en productos de la prensa del coraz¨®n.
R. No va a ocurrir. A nadie le interesa la vida privada de los m¨ªos.
P. ?Ha aprendido a valorar la comida inglesa?
R. Eso es imposible.
P. ?Por qu¨¦ no dice que es el mejor si lo cree as¨ª?
R. ?C¨®mo que no lo digo? Soy el mejor. Si no pensara eso, ?para qu¨¦ seguir? Y aquel piloto que ve usted all¨ª se siente el mejor, y el otro tambi¨¦n, y el otro... El deportista que no crea que es el mejor tiene un d¨¦ficit tremendo de orgullo.
P. Pero usted era un cr¨ªo y Michael Schumacher ya ganaba. Tendr¨¢ que respetarle, ?no?
R. Y le respeto. Y me cae bien. Pero eso no significa nada. Yo no me siento inferior a nadie.
P. No exagere. El otro d¨ªa, en un partido de f¨²tbol, ¨¦l marc¨® dos goles y usted s¨®lo uno.
R. No se confunda. ?No le han contado que yo le di los dos pases? S¨®lo tuvo que empujarla.
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