Triunfo entre l¨¢grimas
Michael Schumacher se estrena en el curso horas despu¨¦s de morir su madre, y Alonso queda el sexto
Cinco de los 20 pilotos que iniciaron la prueba tuvieron que abandonar, ocho vieron c¨®mo les doblaba un cohete pintado de rojo y conducido por Michael Schumacher y s¨®lo seis sobrevivieron a la impresionante exhibici¨®n del alem¨¢n, del ¨²nico campe¨®n que, a d¨ªa de hoy, conoce la f¨®rmula 1. Entre los supervivientes, entre los grandes, aguantando el tir¨®n de los tres mejores equipos, Ferrari, McLaren y Williams; haci¨¦ndose a empujones un hueco en el club de los elegidos, Fernando Alonso con su Renault, tan perfecto en muchos aspectos como inferior a aqu¨¦llos en potencia, 90 o 100 caballos. Dicho de otro modo y con los n¨²meros en la mano: ayer, en Imola, los dos coches que menor velocidad punta alcanzaron fueron el del italiano Jarno Trulli y el de Alonso, ambos de Renault.
Por primera vez en el curso, Michael Schumacher pis¨® su territorio favorito, el caj¨®n m¨¢s alto del podio, ¨¦se que ha visitado 65 veces, una cifra insuperable en decenios. Lo hizo adem¨¢s en unas circunstancias dram¨¢ticas. Horas antes, su madre, Elizabeth, de 55 a?os, muri¨® en el hospital de Colonia en el que hab¨ªa sido ingresada nueve d¨ªas antes en coma. El s¨¢bado, tras los entrenamientos, los hermanos Schumacher, Michael y Ralf, volaron a su lado en el avi¨®n privado del primero. Regresaron justo para la carrera.
Las reglas son tan sagradas que no admiten que un equipo cambie de corredor una vez disputada la ¨²ltima sesi¨®n preparatoria. De ese modo, si Michael o Ralf hubieran optado por no salir a la pista, una decisi¨®n que sus equipos les concedieron, nadie les habr¨ªa sustituido: Ferrari y Williams habr¨ªan competido con un ¨²nico coche. Pero corrieron. Maravillosamente. Gan¨® Michael y Ralf, que no vive su mejor momento, fue el cuarto.
"En cuanto aterricemos en Europa, volver¨¢ la normalidad". As¨ª hablaba Alonso poco despu¨¦s de conseguir el tercer puesto en la anterior prueba, la de Brasil. Y la normalidad ordena que los mejores b¨®lidos est¨¦n delante. Circuitos como el de Interlagos o el de Sepang (Malaisia) permiten las sorpresas y que el orden establecido salte por los aires: que gane, como en la cita suramericana, Giancarlo Fisichella con una m¨¢quina menor, la de Jordan. Pero Europa es otra cosa y el de Imola un circuito r¨¢pido, "divertido" seg¨²n Alonso, pero poco dado a la rebeli¨®n de los modestos. Y m¨¢s si no llueve como ayer pese a que las predicciones auguraban un diluvio.
Alonso arranc¨® en la cuarta fila, en el octavo puesto. Y con la carrera dibujada en la cabeza: "Tengo delante a Villeneuve, al que pasar¨¦ enseguida porque mi coche sale mejor que el suyo. Luego, me topar¨¦ con Webber, al que antes o despu¨¦s rebasar¨¦. Me pondr¨¦ el sexto y... a ver qu¨¦ hacen los grandes. Como falle alguno, me meto". Dicho y hecho. En cuanto se dio la salida, rebas¨® al Honda de Jacques Villeneuve y al Jaguar de Mark Webber. Dos por el precio de uno. Ya estaba el sexto. Durante unos instantes, pocos, pero que quedar¨¢n para la historia, la mejor vuelta fue la suya: la d¨¦cima. Cuatro despu¨¦s entr¨® a repostar. Volvi¨® en el d¨¦cimo lugar. Dominaba Ralf, con su hermano detr¨¢s, acos¨¢ndole, luci¨¦ndose ambos entre l¨¢grimas.
Una vez variaron las posiciones con las entradas en los talleres, Alonso se vio el s¨¦ptimo, en tierra de nadie. El McLaren de David Coulthard, que hab¨ªa arrancado el 12?, impuso su potencia y se coloc¨® el sexto. Los seis grandes, delante, con Michael al mando; despu¨¦s, Alonso, y lejos, los dem¨¢s.
S¨ª, la pel¨ªcula era la esperada por Alonso. Quedaba por ver si las distintas estrategias de los equipos en los repostajes cambiar¨ªan los hechos. Algunos, Ferrari y Williams, decidieron cargar combustible tres veces y otros, McLaren y Renault entre ellos, en dos. Alonso volvi¨® a detenerse en la vuelta 40? y no perdi¨® ning¨²n puesto. Segu¨ªa el s¨¦ptimo. Pero Montoya, que le anteced¨ªa, a?adi¨® una cuarta parada al tener problemas y su Williams regres¨® al asfalto por detr¨¢s. El espa?ol hab¨ªa ganado una plaza, un mundo en d¨ªas como el de ayer.
S¨®lo un hecho inusual pod¨ªa evitar que Ferrari hiciera el doblete. Y lleg¨®. Barrichello, segundo tras Schumi, par¨® y los mec¨¢nicos de Ferrari se enredaron. Catorce inacabables segundos tardaron en echar gasolina. El brasile?o hac¨ªa gestos para que los auxiliares se dieran prisa, pero no hab¨ªa manera. Arranc¨® enfadado, como en otros tiempos, cuando Ferrari no trataba igual a sus dos pilotos. Quedaban 13 vueltas y delante ya estaba, adem¨¢s de Michael Schumacher, el l¨ªder del Campeonato del Mundo, el finland¨¦s Kimi Raikkonen, siempre de tapado, sin meterse en ninguna batalla.
Por detr¨¢s, Alonso, con el carburante justo, aguant¨® los arreones de Montoya, otro inconformista, y finaliz¨® el sexto, un resultado que le sit¨²a el cuarto en la clasificaci¨®n general, entre los mejores, entre gente que maneja las m¨¢s potentes m¨¢quinas. "He corrido mejor que en Malaisia y Brasil", declar¨® antes de tener un recuerdo para los Schumacher, uno de los cuales, Michael, escuchaba en ese momento su himno en lo m¨¢s alto del podio. Y lloraba.
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