La Generalitat dice estar harta de "apechar" con los despidos del Arzobispado

La Generalitat de Catalu?a le ha dicho a la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, donde acaba de perder otro pleito por despido ilegal de un profesor de catolicismo, que "no tiene por qu¨¦ apechar con las consecuencias de una determinada conducta del Arzobispado de Barcelona". El Supremo ha confirmado una sentencia anterior del Tribunal Superior de Justicia catal¨¢n, de 17 de diciembre de 2001, que anulaba, por inconstitucional, determinadas medidas disciplinarias del Arzobispado y del Departamento de Ense?anza de la Generalitat contra el profesor Francesc Joan Viger Sol¨¦.

Viger Sol¨¦ es desde 1987 profesor de religi¨®n en el instituto Barres i Ones de Badalona, a propuesta del arzobispado, que dirige el cardenal Ricard Maria Carles. Pero el 30 de agosto de 2000 la Generalitat le comunic¨® la rescisi¨®n de la relaci¨®n laboral, por haber recurrido ante la justicia contra recortes de horario y salarial acordados por el prelado eclesi¨¢stico.

"Feudalismo industrial"

La sentencia de primera instancia declar¨® nulo el despido por vulneraci¨®n del derecho a la tutela judicial efectiva, y conden¨® a la Generalitat y al Arzobispado a readmitir a Viger Sol¨¦ en las mismas condiciones, adem¨¢s de al abono de los salarios dejados de percibir. Apoy¨¢ndose en una sentencia del Tribunal Constitucional, el juez habl¨® incluso de "manifestaciones de feudalismo industrial [que] repugnan al Estado social y democr¨¢tico de derecho y a los valores superiores de libertad, justicia e igualdad...".

Recurrida la decisi¨®n ante el Tribunal Superior de Catalu?a, ¨¦ste conden¨® a la Generalitat, pero absolvi¨® al arzobispado con el argumento de que las competencias para despedir y contratar corresponden en exclusiva en la Administraci¨®n, aunque sea cada obispo quien elija e imponga al profesorado.

El Supremo, al que la Generalitat recurri¨® el 7 de febrero de 2002, se?ala en su decisi¨®n que "son claros los indicios" de que la finalizaci¨®n del v¨ªnculo laboral obedeci¨® "no al car¨¢cter temporal de la contrataci¨®n, sino a la actitud de represalia por la reclamaci¨®n del profesor frente a una modificaci¨®n de sus condiciones de trabajo, que hab¨ªa originado una mala relaci¨®n con el Obispado". Es en su escrito de alegaciones donde la Administraci¨®n catalana le dice al Supremo que "no tiene por qu¨¦ apechar con las consecuencias" de lo que decida un arzobispado. La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Arturo Fern¨¢ndez L¨®pez, ignora tal argumentaci¨®n.