EE UU anuncia represalias contra Francia por su oposici¨®n a la guerra en Irak
El secretario de Estado advierte de que su pa¨ªs va a revisar a fondo las relaciones bilaterales
"Reexaminaremos todos los aspectos de nuestras relaciones bilaterales en funci¨®n de lo que ha ocurrido", se limit¨® a explicar el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell. "Ha habido tensiones entre nuestros pa¨ªses. No es ning¨²n misterio. El secretario Powell fue directo y honesto en reconocerlo", coment¨® luego el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, "pero el presidente cree que, gracias a nuestros valores comunes, se mantendr¨¢ la alianza".
?Pero en qu¨¦ terminos? El ambiente es decididamente antifranc¨¦s. El pasado lunes, los halcones del Gobierno, entre ellos Paul Wolfowitz y Richard Armitage, se reunieron en la Casa Blanca, sin la presencia del presidente George W. Bush, para buscar la mejor manera de castigar a Francia. No llegaron a ninguna conclusi¨®n, pero acordaron volver a encontrarse para preparar futuras represalias.
Francia intent¨® minimizar ayer la amplitud del desacuerdo. "Esto no corresponde a la realidad de nuestras actuales relaciones con EE UU", dijo el portavoz de Exteriores galo, Jean-Fran?ois Cope. Par¨ªs "ha actuado contando con el amplio respaldo de la comunidad internacional y de acuerdo con sus convicciones y sus principios", declar¨® en Atenas el jefe de la diplomacia francesa, Dominique de Villepin, "y continuar¨¢ haci¨¦ndolo bajo cualquier circunstancia".
El clima de desconfianza es tal, que la reciente propuesta gala de suspender temporalmente las sanciones contra Irak, mientras la ONU sigue negociando la mejor manera de intervenir en el pa¨ªs, fue acogida con frialdad, por no decir desd¨¦n, en Washington, pese a que Bush pidi¨® hace una semana suspender el embargo contra Bagdad. El portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher, reconoci¨® que la idea francesa "iba en la buena direcci¨®n", pero a?adi¨® que las "recientes diferencias" obligaban a cierta cautela.
Despu¨¦s de dos meses sin contacto directo, el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac mantuvo una conversaci¨®n telef¨®nica con Bush la semana pasada. El tono fue, seg¨²n la Casa Blanca, simplemente "formal", otra manera de decir "no muy bueno".
Francia no ha ocultado su voluntad de mejorar sus relaciones con EE UU. Asegura que ha tomado una posici¨®n "pragm¨¢tica" en el complicado debate que se avecina en el Consejo de Seguridad sobre la reconstrucci¨®n de Irak. El Gobierno estadounidense opina que las motivaciones francesas son exclusivamente oportunistas: Par¨ªs espera conseguir un pedazo del jugoso pastel iraqu¨ª y teme perder relevancia en la escena internacional si la ONU queda relegada a un papel marginal en Irak.
El nivel de enfrentamiento ha llegado a ser personal. Powell se sinti¨® traicionado por De Villepin cuando el pasado enero su colega franc¨¦s aprovech¨® una cumbre antiterrorista en la ONU para arremeter violentamente contra la pol¨ªtica estadounidense y amenazar por primera vez con usar el veto. Aquel episodio marc¨® el inicio del enfrentamiento m¨¢s profundo en la historia reciente de los dos pa¨ªses. Dos meses depu¨¦s, EE UU retiraba su proyecto de segunda resoluci¨®n contra Irak. Pese a estar en absoluta minor¨ªa en el Consejo de Seguridad, Washington acus¨® entonces a Par¨ªs del fracaso de sus gestiones diplom¨¢ticas.
Powell debe, adem¨¢s, librar sus propias batallas en Washington. El pasado martes, la Casa Blanca tuvo que salir a defenderle frente a los ataques de un congresista republicano amigo personal del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
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