Pap¨¢, somos del Atleti porque...

En mi familia somos del Atleti. Mi padre nunca nos explic¨® a mi hermano Carlos, ni a m¨ª, por qu¨¦ ¨ªbamos los domingos a ver ese equipo y nosotros jam¨¢s se lo preguntamos. Se iba al f¨²tbol y se iba al Atleti y, pueden creerme, no sufr¨ªamos. Resulta extra?o como, ya desde peque?o, uno aprende a llevar el paso cambiado con respecto al resto de tus amigos o compa?eros del cole, como, en innumerables ocasiones careces de esos argumentos irrevocables del deporte que son las victorias para enredarte en la dial¨¦ctica, siempre vulgar, de lo futbol¨ªstico.

Conozco perfectamente esa sonrisa maquillada de incomprensi¨®n, fatalidad y leve tristeza que se le dibuja a mi hermano cada vez que encajamos un gol o perdemos un partido que ten¨ªamos que haber ganado, porque la cara de mi hermano debe de ser mi espejo. O al contrario, la intensidad del brinco como un resorte, la emoci¨®n en la voz al cantar un gol y el sosiego placentero tras el pitido que indica el final de un partido ganado. Porque mi hermano y yo no estamos acostumbrados al alir¨®n constante, ni simpatizamos con equipos Disney, ni paseamos orgullosos camisetas blancas con escudo los domingos para ir al cine (que manda huevos) y la ¨²nica novena que conocemos es la que hac¨ªa nuestra abuela en la iglesia de San Sebasti¨¢n, en Carabanchel. Porque somos del Atleti... y nos gusta. Convivimos con lo de estar siempre a punto de algo, acarrear una forzosa humildad, aunque parezca mentira, incluso estamos acostumbrados a aparecer siempre en la d¨¦cima p¨¢gina de los peri¨®dicos deportivos, a hacer fichajes incomprensibles, a ser de barrio, a ganar de vez en cuando, porque tambi¨¦n nos gusta ganar...

Mi hermano y yo criticamos a nuestros jugadores con humor y nos re¨ªmos ante las torpezas a pesar de que nos duelan un poquito. Nuestra madre no. Ella cuando ve el partido por la tele y el Atleti va perdiendo, apaga el aparato y se va a la cama: "Anda y que les zurzan". Pero lo pasa mal, que no es que sufra.

Ahora tengo una maravillosa hijita de tres a?os que sabe tararear tangos de Triana y el himno del Atleti, aunque todav¨ªa no comprende muy bien lo que significa. En mi casa hay dos bandos y ambos intentamos arrastrar hacia nuestro flanco al reto?o, pero, hasta ahora, la ¨²nica que saca beneficios es ella. Cuando quiere chuches o ver una peli o Coca Cola se acerca sigilosa y me susurra al o¨ªdo:

- Pap¨¢, te voy a decir un secreto. Soy del Atleti.

Si no consigue su prop¨®sito, cambia de confidente, se va hasta su madre y emplea la misma estrategia:

- Mam¨¢, soy del Madrid.

Pero yo s¨¦ que mi hija tiene esp¨¬ritu art¨ªstico y que disfruta con peque?os detalles y que, a pesar de ser a¨²n peque?ita, tiene un patente y agudo sentido del humor y que quien la llevar¨¢ al f¨²tbol ser¨¦ yo y no me preguntar¨¢ por qu¨¦ somos de Atleti. Ir¨¢ al estadio con su padre y yo no le explicar¨¦ por qu¨¦ vamos a ese campo y no sufrir¨¢ y de vez en cuando se le dibujar¨¢ esa media sonrisa maquillada de incomprensi¨®n, fatalidad y leve tristeza cuando encajemos un gol. Mi hija no dar¨¢ el ¨¦xito por supuesto y se alegrar¨¢ m¨¢s con las victorias de su equipo, porque sabr¨¢ que a los atl¨¦ticos todo nos cuesta un mundo. Mi hija comprender¨¢ que las cosas que se consiguen con esfuerzo proporcionan una mayor satisfacci¨®n y no necesitar¨¢ acercarse con sigilo hasta mi o¨ªdo para susurrarme "pap¨¢ soy del Atleti", porque yo ya lo sabr¨¦.

Juan Luis Cano es periodista y componente durante 20 a?os del d¨²o humor¨ªstico Gomaespuma.