El d¨®lar sigue en la UVI
La divisa no capitaliza el fin de la guerra y sigue en sus m¨ªnimos de los ¨²ltimos cuatro a?os
El final de la guerra de Irak apenas ha cambiado el rumbo del d¨®lar. El billete verde ha alcanzado sus niveles m¨¢s bajos en cuatro a?os y los mercados vaticinan que su debilidad proseguir¨¢. Los fuertes desequilibrios de la econom¨ªa estadounidense y los crecientes d¨¦ficit por cuenta corriente y presupuestario han acabado con la supremac¨ªa del d¨®lar. El euro asciende a la categor¨ªa de refugio.
El d¨®lar atraviesa su peor racha en 10 a?os. La divisa refugio por excelencia ha cedido el testigo de su hegemon¨ªa al euro. En su nacimiento, la moneda europea lleg¨® a caer hasta m¨ªnimos de 0,83 d¨®lares hace tres a?os. Ahora le toca sufrir al popular billete verde.
Antes y despu¨¦s de la guerra de Irak, la divisa estadounidense se ha depreciado hasta sus m¨ªnimos niveles de los ¨²ltimos cuatro a?os. La m¨ªtica moneda tiene en su contra no s¨®lo a la mayor¨ªa del mercado; la propia econom¨ªa estadounidense tambi¨¦n le perjudica.
Los d¨¦ficit por cuenta corriente y presupuestario de Estados Unidos mantendr¨¢n la debilidad de la divisa
Dos razones justifican la persistente debilidad del d¨®lar: la percepci¨®n bajista que tienen los principales actores del mercado de divisas sobre la cotizaci¨®n futura del billete verde, y los desequilibrios de la econom¨ªa estadounidense.
Percepci¨®n bajista
"Alrededor del 70% de los fondos de inversi¨®n, los de pensiones y los bancos de inversi¨®n tienen una percepci¨®n bajista del d¨®lar en el horizonte de un a?o, seg¨²n la encuesta Consensus Economics", indica Jos¨¦ Manuel Pazos, socio director de Internacional de Gesti¨®n Financiera (IGF). ?ste es un test que goza de gran prestigio entre los cambistas mundiales.
La generaci¨®n de expectativas desfavorables por parte del mercado constituye s¨®lo la consecuencia de una argumentaci¨®n de calado: la situaci¨®n econ¨®mica estadounidense presenta graves irregularidades. M¨¢s lastre sobre la divisa. "Pasada la euforia por el final de la guerra en Irak, la vista se vuelve hacia los datos fundamentales de la econom¨ªa. Los desequilibrios del d¨¦ficit por cuenta corriente y el d¨¦ficit fiscal, que se ha incrementado por los gastos de defensa y las medidas de est¨ªmulo a la econom¨ªa, hacen que Estados Unidos dependa cada vez m¨¢s de la financiaci¨®n exterior", asegura David Cano, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
El mercado camina m¨¢s r¨¢pido de lo que los expertos pueden prever. La banca y los fondos mundiales han visto c¨®mo antes y despu¨¦s de la guerra (el 11 de marzo y el 22 de abril) el billete verde se ha depreciado hasta la cota de 1,10 d¨®lares frente al euro.
Las expectativas no auguran parabienes al d¨®lar. Los mercados barajan niveles habituales para el d¨®lar de hasta 1,12 por euro y estiman que, en situaciones coyunturales, puede llegar a alcanzar la cota de los 1,16.
"La tendencia central a tres a?os del d¨®lar es bajista, pero a corto plazo el d¨®lar podr¨ªa recuperarse hacia la zona de 1,02 o 1,03. El mercado justifica la debilidad del d¨®lar en los malos datos econ¨®micos, pero un repunte en la confianza de los consumidores y las empresas podr¨ªa impulsar un movimiento de apreciaci¨®n de esta naturaleza", asegura Daniel Argumedo, de Finagentes Gesti¨®n.
El euro, refugio y amenaza
El euro se ha convertido en la moneda de referencia de los inversores internacionales, algo que no ocurr¨ªa desde su nacimiento. Sin embargo, esta condici¨®n puede constituir un perjuicio para la reactivaci¨®n en las econom¨ªas centrales de Europa. La divisa cara encarece las exportaciones en esa moneda, provoca una disminuci¨®n de ¨¦stas y reduce la facturaci¨®n de las empresas.
En estos niveles de depreciaci¨®n del d¨®lar exist¨ªa preocupaci¨®n el a?o pasado, por el potencial deterioro que pod¨ªa representar para unas econom¨ªas que no acaban de salir del t¨²nel. Un estado de opini¨®n que no parece que en este momento vaya a movilizar a los bancos centrales.
La doctrina de la Administraci¨®n de Bush es la de dejar que el mercado fije libremente el nivel de las divisas. Es dif¨ªcil que los bancos centrales se unan para intervenir, como hac¨ªan anta?o. Sin embargo, lo hacen casi todos los d¨ªas para moderar tendencias del mercado. Una actuaci¨®n que, aunque s¨®lo se reconoce meses despu¨¦s en los informes globales de estas instituciones, es f¨¢cilmente detectable al realizarse en contra de la tendencia de los precios en ese momento.
"Las econom¨ªas europeas no terminan de despegar, y esa es la raz¨®n por la que el d¨®lar no se ha debilitado m¨¢s. Pero un mayor fortalecimiento del euro pondr¨ªa en serias dificultades a Europa. La empresa Philips ya ha cuantificado en un 11% la ca¨ªda de sus ventas por el impacto del fortalecimiento del euro", indica David Cano, de AFI.
"El consenso de los institutos econ¨®micos alemanes arroja una previsi¨®n de crecimiento del 0,5%, una cifra muy pobre para un pa¨ªs que representa la tercera parte del PIB europeo y cuya econom¨ªa es de las que m¨¢s exportan al ¨¢rea del d¨®lar", precisa Daniel Argumedo, de Finagentes Gesti¨®n.
Los tipos parece que en esta ocasi¨®n no tienen una influencia decisiva en el cambio de la moneda. En Europa se encuentran en el 2,5% y en Estados Unidos, en el 1,25%. Se espera todav¨ªa una bajada de medio punto en Europa, que probablemente se dividir¨ªa en dos tramos, aunque los rendimientos a largo plazo han comenzado a subir y anuncian el final de la etapa bajista. "El euro naci¨® con una carencia de infraestructura institucional que constituy¨® un obst¨¢culo para la moneda. Sin embargo, la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea parece que viene con una serie de reformas, como un sistema de derechos de voto en el Banco Central Europeo m¨¢s acordes a la importancia de los pa¨ªses", subraya Jos¨¦ Manuel Pazos, socio director de IGF.
El euro est¨¢ m¨¢s fuerte incluso que el franco suizo, que otrora fuera tradicional moneda de reserva. Esta divisa no ha podido hacer sombra ni de lejos al euro. En las ¨²ltimas tres semanas, el euro, que costaba 1,45 francos suizos, vale ahora 1,51. Un movimiento de depreciaci¨®n del 4% demasiado intenso para una divisa como la helv¨¦tica.
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