Una forma de vivir
El Atl¨¦tico de Madrid fue fundado hace 100 a?os por un grupo de estudiantes vascos residentes en Madrid y ese car¨¢cter se ha transmitido al club. Aquellos chicos imprimieron algunos de los valores caracter¨ªsticos de los j¨®venes, como una cierta dosis de rebeld¨ªa, un deseo de contraponerse a la madurez o a lo que pod¨ªamos denominar deportivamente correcto. Un esp¨ªritu de aventurerismo que se ha ido manteniendo a lo largo de toda la existencia del club y que ha creado esa manera particular de sentirse atl¨¦tico.
Ese sentimiento se ha forjado en las graves dificultades que siempre tuvo que superar el equipo, desde el traslado del Metropolitano al Manzanares, ubicado en una zona popular sin gran valor urban¨ªstico. En el nuevo estadio hubo grandes obst¨¢culos para construir la tribuna superior, y a¨²n recuerdo los a?os en que jug¨¢bamos sin que las obras hubiesen terminado. Los problemas urban¨ªsticos tambi¨¦n impidieron el cierre total del recinto e imposibilitaron que el estadio tuviese una arquitectura m¨¢s est¨¦tica.
Hace 36 a?os que llegu¨¦ al Atl¨¦tico, cuando yo no ten¨ªa m¨¢s que 19. Y desde entonces, todo han sido grandes vaivenes deportivos. Se consiguieron Ligas, Copas, la Recopa o la Intercontinental en momentos claves de la historia. Pero junto a ello se fragu¨® esa forma de sufrir, de palmar. El s¨ªmbolo de todo eso fue aquella Copa de Europa, un trofeo largamente so?ado por los atl¨¦ticos, que se nos escap¨® cuando lo ten¨ªamos en las manos. Recuerdo el sentimiento de un vestuario completamente hundido, a un Adelardo inconsolable, los llantos y la desilusi¨®n que se propag¨® a todos los atl¨¦ticos desde aquel estadio Heysel de Bruselas. Y luego vino el dolor del descenso a Segunda, pero tambi¨¦n la alegr¨ªa de ver la uni¨®n ante la desgracia, la ilusi¨®n y el orgullo de los que siguieron yendo al Calder¨®n, cubriendo su aforo durante tantos partidos a lo largo de una traves¨ªa de dos a?os. Eso es lo que, desde mi punto de vista, caracteriza y engrandece el ser atl¨¦tico.
Creo que el sentimiento atl¨¦tico es una opci¨®n deportiva que se escoge sabiendo que esa elecci¨®n, adem¨¢s del ¨¦xito, conlleva tambi¨¦n la resignaci¨®n ante el fracaso, ante la irregularidad, ante la mala suerte que hizo que Vicente Calder¨®n lo bautizara como El Pupas. Los atl¨¦ticos sufren, aunque saben que siempre se puede esperar un futuro mejor. El sentimiento atl¨¦tico es una forma de vivir, como el nuevo himno de Joaqu¨ªn Sabina nos recuerda.
Javier Irureta, entrenador del Deportivo, jug¨® en el Atl¨¦tico de Madrid durante ocho temporadas.
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