La lenta asfixia de un barrio
La frontera del distrito de Retiro y el Puente de Vallecas lleva 18 a?os esperando a ser remodelada
Un rinc¨®n olvidado del distrito de Retiro parece el lejano Oeste. Los vecinos llaman a estos 67.500 metros cuadrados Las Californias. Para la Gerencia de Urbanismo es s¨®lo la "expropiaci¨®n de Adelfas". Desde 1985 se prev¨¦ la reforma del barrio, que ya es propiedad del Ayuntamiento. Pero all¨ª nada se construye.
Al final de la calle de Seco, el asfalto cambia y empiezan los baches. Baja desde la amplia avenida de Ciudad de Barcelona y muere en las v¨ªas del tren. Su ¨²ltimo tramo incluye apenas cuatro manzanas, pero es otro mundo. Los pisos con piscina de la parte alta se convierten en solares, ventanas tapiadas y casas bajas que luchan por mantenerse en pie. Cinco calles (Seco, Barrilero, California, Cerro Negro y Luis Peidr¨®) en las que los abuelos sacan las sillas en verano, las gitanas con ni?os en la cadera charlan en las aceras, y alg¨²n yonqui se pincha todav¨ªa al resguardo de un garaje. Un lugar donde los vecinos se respetan, pero van a lo suyo. Y el forastero siempre est¨¢ de paso.
"Si estoy vivo cuando construyan lo nuevo, me van a meter en una jaula", dice uno de los vecinos m¨¢s antiguos
"Esto antes era un barrio, una familia. Pero llevan toda la vida dejando que se muera". Francisco naci¨® hace 83 a?os en su casa. Est¨¢ expropiada, como el resto de las de las 88 familias del vecindario. "Si estoy vivo para cuando construyan lo nuevo, me van a meter en una jaula", dice.
El Ayuntamiento ha previsto construir en este extremo del barrio de Adelfas un edificio de protecci¨®n oficial para los 75 vecinos que no han querido ser realojados en otro lugar. El resto del suelo urbanizable ser¨¢ de promoci¨®n privada.
Isabel vive aqu¨ª desde hace 18 a?os. Le han dado 40.000 euros (6.700.000 pesetas) por su casa, y la posibilidad de comprar un piso de 50 metros, como el suyo, en el edificio de realojo por unos 48.000 euros (8 millones de pesetas). "Esto ha sido una guerra de desgaste. Los vecinos mayores se han ido muriendo. Y luego la droga ha echado a mucha gente". Hace dos a?os, cuando se cerraron los supermercados de droga de La Celsa y La Rosilla, el barrio se convirti¨® en una ciudad sin ley. De aquella ¨¦poca se conservan fotos con pintadas como "Aqu¨ª se vende droga con el consentimiento de la polic¨ªa".
El problema remiti¨® con el derribo de varios edificios que ahora permanecen como caries entre las casas que han resistido. La ocupaci¨®n es, sin embargo, moneda corriente en Las Californias. Sara se mud¨® aqu¨ª cuando se cas¨® con 13 a?os, hace siete. "Se la compramos por muy poco a otros gitanos que se hab¨ªan metido de una patada". Ni Sara ni su corrillo de vecinas saben cu¨¢ndo ser¨¢n desalojadas sus familias. "Ojal¨¢ sea pronto. Eso, que nos pongan con todos los ni?os ah¨ª en el descampado, como los indios", ironiza, porque no se f¨ªa, aunque la asistente social les ha prometido que ser¨¢n realojados.
Casi puerta con puerta con las infraviviendas, otras casas resisten sanas a base de la fuerza de voluntad de sus due?os. Salvador y Dori muestran orgullosos la casa que compraron hace 20 a?os. "Tras cinco a?os de noviazgo entre contenedores, y un dineral", la pareja consigui¨® su sue?o: dos plantas, un patio con higuera, una chimenea. "Nos amenazaron para que acept¨¢semos 20 millones. Fue como ponernos una pistola en la cabeza". La pareja est¨¢ en los tribunales para reclamar "por lo menos el doble". Ellos tampoco saben cu¨¢ndo se remodelar¨¢ el barrio. Calculan tres a?os m¨¢s. Hace unos meses, su hijo de nueve a?os dijo que a ¨¦l no le echaban de su casa y que se iba a encadenar a los barrotes de la ventana. "Desde entonces intentamos no hablar del tema".
A unos 200 metros de su casa, en la primera fase de remodelaci¨®n, los pisos de siete alturas, se est¨¢n vendiendo ya por m¨¢s de 240.000 euros (40 millones de pesetas). De uno de ellos sale una pareja: "Estamos encantados de que tiren lo de ah¨ª abajo, all¨ª no vive gente, s¨®lo hay okupas".
Los miembros del centro social okupado Seco, el m¨¢s antiguo de Madrid, est¨¢n debatiendo un plan de urbanismo alternativo. En corrillos de sillas en las aceras discuten ante la indiferencia de los gitanos y el laconismo de los ancianos. Francisco les mira medio convencido: "Si no est¨¢n estos chicos, ya no hay nadie, pero les tengo dicho que pongan un par de luces bien fuertes, que traigan alegr¨ªa y juventud, que es lo que prometen: barrio". Anochece a trav¨¦s de las ventanas del AVE que pasa por las v¨ªas frente a Las Californias. Al otro lado, El Corte Ingl¨¦s de M¨¦ndez ?lvaro y los multicines UGC Cine Cit¨¦ prenden sus potentes luminosos cuyo reflejo se multiplica sobre sus fachadas de acero y cristal.
Cine y paella contra el desalojo
Para llamar la atenci¨®n sobre los problemas de Las Californias, el centro social ocupado Seco, el m¨¢s antiguo de Madrid, celebra en el puente de mayo un festival de cine. Ayer era la presentaci¨®n, pero la polic¨ªa les agu¨® la fiesta.
Seg¨²n los organizadores "los municipales vinieron de parte de la concejal [Mar¨ªa Dolores Navarro] a decirnos que desmont¨¢semos la carpa donde se iban a hacer las proyecciones". Pero el festival va a salir adelante "con carpa o sin ella". El plato fuerte, una multitudinaria paella, se sirve hoy. Los despedidos de La Naval, en los que Leon de Aranoa inspir¨® Los Lunes al Sol, los maquis del documental de Javier Corcuera, Guerrilleros de la Memoria y los empleados de Sintel de El efecto Iguaz¨² en una misma mesa, celebrando el D¨ªa del Trabajador. "No s¨¦ como puede acabar esto", bromea Leon de Aranoa ante la perspectiva de juntar ante una paella a tanto elemento subversivo.
Detr¨¢s de este festival est¨¢ Nacho. Ocup¨® su colegio cuando estaba en el instituto hace 12 a?os. "Somos los herederos del movimiento vecinal de nuestros padres, tomamos el testigo del barrio", afirma.
Los del Seco piden seguir "haciendo barrio" siendo realojados en el Solar del Baron, finca casi en ruinas, protegida por Patrimonio, en la que viven 10 familias gitanas, y que Gerencia tiene reservada como equipamiento p¨²blico. Adem¨¢s han presentado un proyecto alternativo para Las Californias en el que se incluye un edificio de protecci¨®n para j¨®venes. La concejal del distrito no se pronuncia al respecto. Pero el Seco no se rinde.
M¨¢s informaci¨®n sobre el festival en http://seco.sinroot.net/cinesocial/ y en el tel¨¦fono 696509402.
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