C¨®mo se cuecen las medidas
El contenido de las medidas econ¨®micas adoptadas en el Consejo de Ministros del viernes 25 de abril, ha sido suficientemente criticado. Su populismo ha sido reconocido por sus propios autores en la presentaci¨®n, cuando el ministro de Econom¨ªa explicaba c¨®mo, "para cada grupo de espa?oles el Gobierno tiene una medida", o cuando el presidente del Gobierno recordaba en un mitin que en Espa?a hay tres millones de aut¨®nomos. La verdad es que no se puede decir que sea un caso de populismo barato, ya que una de las medidas aumentar¨¢ el fraude en los fondos de la Seguridad Social de tal forma, que probablemente sea el mismo Gobierno actual el que tenga que dar marcha atr¨¢s en poco tiempo.
Tambi¨¦n han sido criticadas las medidas sobre el alquiler, no s¨®lo porque no atacan el fondo del problema -el mal funcionamiento de ese mercado-, sino porque los subsidios se dirigen m¨¢s a la oferta que a la demanda, e incluso dentro de la oferta, se preocupan de una parte -la empresarial- que es marginal. Finalmente, la creaci¨®n de la cuenta-empresa a imitaci¨®n de la cuenta-vivienda delata una vieja concepci¨®n de lo que debe ser la empresa que necesita nuestro pa¨ªs, como si en estos momentos tuviera sentido esperar dos a?os desde que un emprendedor tiene una idea hasta que la pone en pr¨¢ctica.
Si el contenido de las medidas es un desvar¨ªo, ello se debe a la forma en que se cuecen las mismas. Lo absurdo de las medidas aprobadas no puede deberse a la incapacidad de nuestros gobernantes, sino a los inadecuados procedimientos de aprobaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica. La receta de aprobar paquetes de medidas tiene sentido en momentos de m¨¢xima urgencia y cuando las distintas medidas est¨¢n relacionadas -por ejemplo, una restricci¨®n fiscal junto a una devaluaci¨®n-, pero no cuando no tienen nada que ver unas con otras, como es el caso que comentamos, salvo que c¨ªnicamente se reconozca su conexi¨®n electoral.
Las medidas salen defectuosas cuando no se examinan dentro del an¨¢lisis de los mercados o sectores a los que se aplican, como los problemas de las mujeres con ni?os peque?os, la creaci¨®n de empresas o el mercado de alquiler. Seguro que si, como se hace en otros pa¨ªses, se analizasen los problemas sobre la base de estudios t¨¦cnicos, las aportaciones de la oposici¨®n parlamentarias y los grupos de interesados, el resultado, sin estar garantizado, tendr¨ªa mayores posibilidades de tener alg¨²n sentido.
La queja de la banca espa?ola sobre las medidas relativas a la concesi¨®n y cambio de cr¨¦ditos hipotecarios muestra el error en el procedimiento. El problema no es que la banca no est¨¦ de acuerdo con decisiones del Gobierno, pues l¨®gicamente la mayor¨ªa parlamentaria ha sido elegida para llevar adelante lo que cree que es positivo para el pa¨ªs, sino el de no haber escuchado a los interesados, el de no haber hecho el m¨ªnimo estudio t¨¦cnico, el de no tener un debate con los dem¨¢s partidos pol¨ªticos, como si todo esto fuera a perjudicar las propias medidas.
Muy al contrario, siempre que hay estudio y debate hay m¨¢s garant¨ªas de que no salgan engendros. Precisamente este mes, la OCDE ha hecho p¨²blico su informe anual sobre Espa?a d¨®nde, al analizar la pol¨ªtica educativa, se?ala dos defectos de la llamada Ley de Calidad de la Educaci¨®n, que justamente hab¨ªan sido las m¨¢s criticadas por la oposici¨®n: aumentar las repeticiones de curso y sacar a los menos dotados fuera del itinerario de la educaci¨®n general. Si estas medidas se hubieran debatido tranquilamente, si se hubieran utilizado los estudios de la OCDE, seguramente se habr¨ªa hecho caso a la oposici¨®n en su petici¨®n de no introducir esas medidas en la ley, no tanto por razones ideol¨®gicas, como por el respaldo de estudios t¨¦cnicos de organizaciones como la OCDE, que no son precisamente izquierdistas. Ahora que se habla tanto de la necesidad de cambiar los talantes y las formas de la pol¨ªtica hay que decir que el procedimiento de estudiar y escuchar antes de aprobar las medidas no garantiza un ¨®ptimo resultado, pero, la mayor¨ªa de las veces, asegura que las tonter¨ªas se queden en el camino.
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