Marbella
Hace ya nueve a?os que vivo en Marbella. Desde entonces, no s¨¦ la de veces que me han hecho la pregunta de por qu¨¦ vivo en esta ciudad. Lo que s¨ª estoy seguro es de que nadie me habr¨ªa preguntado lo mismo si hubiese decidido tener mi casa en Palencia o en Zamora, que esos s¨ª que son lugares ex¨®ticos para alguien que busca un clima agradable, un sitio donde se hacen amigos con facilidad y que est¨¢ lejos de los envilecedores ambientes cortesanos de Madrid y Sevilla.
No hay duda de que Marbella tiene mala fama, y de esto no se le puede echar las culpas a Gil: la ten¨ªa antes de que ¨¦l llegara. Ya entonces, durante el verano, era la meca de los periodistas del cotilleo. Quiz¨¢ por eso, hab¨ªa quienes, tras preguntarme por qu¨¦ viv¨ªa en Marbella, a continuaci¨®n, se interesaban por Rappel, lo que me daba pie para decir que, por lo que sab¨ªa, el supuesto adivino viv¨ªa en Madrid y que s¨®lo pisaba mi pueblo de adopci¨®n en agosto.
Pero es tan desbordante el negocio del cotilleo, que ha rebosado los l¨ªmites del est¨ªo y ha llegado a invadir la campa?a electoral de las municipales. El alcalde-sustituto de Jes¨²s Gil, Juli¨¢n Mu?oz, dedic¨® su intervenci¨®n en el mitin de presentaci¨®n de su candidatura a explicar lo buen padre que era y que su supuesto noviazgo con Isabel Pantoja era cosa "de un vidente y un maric¨®n". Ese es el nivel.
En Marbella, el debate pol¨ªtico -que ya era escaso- ha sido sustituido por el puro cotilleo, con la inestimable colaboraci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica andaluza y su programaci¨®n vespertina, excelente muestra de lo que la segunda modernizaci¨®n puede dar de s¨ª. Canal Sur ha sido incapaz de emitir debates sobre temas calientes como el PER, los problemas de convergencia de Andaluc¨ªa o la mism¨ªsima segunda modernizaci¨®n, pero no ahorra ni un minuto para tenernos informados de la ¨²ltima hora del debate pol¨ªtico-festivo marbell¨ª. Esto es lo que hay.
De las arcas de Marbella han desaparecido 400 millones de euros. Ni se sabe el dinero que el Ayuntamiento debe a la Seguridad Social de las cotizaciones de sus funcionarios y empleados. La ciudad sigue sin actualizar su plan general de ordenaci¨®n urbana. Gil, Mu?oz y un pu?ado de concejales tienen decenas de asuntos pendientes con la Justicia, pero lo ¨²nico que se debate estos d¨ªas es lo del alcalde-sustituto y la Pantoja.
En las ¨²ltimas elecciones, el GIL consigui¨® 87.742 votos en las trece localidades en las que se present¨®, lo que le proporcion¨® 93 concejal¨ªas y 5 diputados provinciales, muchos de los cuales, cuando Gil orden¨® replegarse a Marbella y abandonar sus aventuras expansivas, terminaron pas¨¢ndose al PP, que, por lo visto, a la manera de la antigua Legi¨®n Extranjera, no pregunta a nadie por su pasado. En algunas de las localidades, el GIL casi ni hizo campa?a electoral: Gil protagoniz¨® algunas apariciones fugaces en una limusina blanca -sin duda, la m¨¢s hortera que pudo encontrar- y bast¨® eso para asegurarse la victoria. Siempre he pensado que buena parte de su electorado ten¨ªa problemas de percepci¨®n de la realidad y hac¨ªa buena esa frase de Woody Allen que afirmaba que "la vida no imita al arte, sino a la mala televisi¨®n".
Ahora la duda en Marbella es si este escandalillo beneficiar¨¢ o perjudicar¨¢ al GIL. Me temo lo peor.
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