El Museo Oteiza resume la evoluci¨®n del escultor con 580 obras de su ingente legado
La fundaci¨®n, un cubo de hormig¨®n que dise?¨® S¨¢enz de Oiza, se abre ma?ana al p¨²blico
El sue?o del escultor Jorge Oteiza, fallecido el pasado 9 de abril, la exhibici¨®n de la secuencia hist¨®rica de su trabajo escult¨®rico y experimental, comenz¨® ayer a hacerse realidad en la localidad navarra de Alzuza. La Fundaci¨®n-Museo Jorge Oteiza, entidad privada de capital p¨²blico que gestiona el legado que el artista guipuzcoano don¨® en su d¨ªa al pueblo navarro, se inaugur¨® oficialmente con una selecci¨®n de 580 piezas de sus ingentes fondos: 1.679 esculturas, 2.000 estudios del laboratorio de tizas, cerca de 5.000 libros procedentes de la biblioteca personal del autor, adem¨¢s de una extensa hemeroteca e innumerables escritos, en fase de catalogaci¨®n. El museo se abrir¨¢ al p¨²blico ma?ana, s¨¢bado.
El anhelo de Oteiza (1908-2003), cuyos restos mortales descansan a escasos metros del recinto del museo, ha quedado recogido en este edificio, la obra p¨®stuma de su ¨ªntimo amigo el arquitecto navarro Francisco Javier S¨¢enz de Oiza, que dise?¨® para ¨¦l un gran cubo de color sanguina cuyo espacio central reproduce el t¨²nel-estudio de la bas¨ªlica guipuzcoana de Arantzazu, donde ambos se conocieron.
La exposici¨®n inaugural recoge un total de 130 esculturas, 400 tizas y 50 dibujos, exhibidos siguiendo el proyecto muse¨ªstico dise?ado por los arquitectos Marisa y Vicente S¨¢enz Guerra -hijos de S¨¢enz de Oiza-, Concha Lapayese y Dar¨ªo Gazapo. Los fondos expuestos se ir¨¢n renovando con el tiempo y, tras el pr¨®ximo verano, el acceso al recinto se realizar¨¢, como fue el deseo del propio Oteiza, a trav¨¦s de su casa-taller. Igualmente, se abrir¨¢ el centro de documentaci¨®n.
Una reproducci¨®n de dos de los ap¨®stoles realizados por Oteiza para el santuario de Arantzazu, las im¨¢genes monumentales de san Pedro y san Pablo, recibe a los visitantes en el exterior del complejo de Alzuza, cuyo costo ha ascendido a 8,9 millones de euros, financiados ¨ªntegramente por el Gobierno foral.
Autoridades, familiares y amigos del escultor pudieron ayer contemplar en la entrada del museo el mural Formas lentas cay¨¦ndose y levant¨¢ndose en el laberinto, una pieza de cemento hidr¨¢ulico, hierro y madera de 81 por 482 cent¨ªmetros, realizada por Oteiza en la d¨¦cada de los cincuenta y que ha sido donada al museo por Juan Huarte, presidente de la fundaci¨®n. Esta pieza s¨®lo se hab¨ªa podido contemplar p¨²blicamente en 1988 en la antol¨®gica organizada por la Fundaci¨®n La Caixa.
En el laberinto
Desde ah¨ª se inicia un recorrido libre, no cronol¨®gico, que permite m¨²ltiples lecturas e induce a una provocativa desorientaci¨®n espacial del espectador. "Respetamos las complicidades art¨ªsticas y personales de Jorge y Paco S¨¢enz de Oiza", se?al¨® el director del museo, Alberto Rosales, "y se ha recreado deliberadamente un laberinto arquitect¨®nico para que el espectador transite por la evoluci¨®n creativa de Oteiza en todas sus dimensiones".
La muestra de la fundaci¨®n abarca toda la trayectoria del artista, seleccionando desde obras figurativas de los a?os treinta hasta las piezas finales que culminaron en 1959 su Prop¨®sito Experimental. Desde entonces, el escultor no cre¨® ninguna obra nueva al considerar que ya estaba concluida su experimentaci¨®n art¨ªstica con el espacio.
Las salas albergan piezas de la serie Maclas, destacadas cajas
metaf¨ªsicas; varios cientos de sus tizas, as¨ª como las escasas obras creadas sobre vidrio en sus experimentaciones sobre la idea de pared-luz. Una de las sorpresas del visitante ser¨¢ poder contemplar la faceta de Oteiza como dibujante y gran caricaturista. "Se daban por perdidos, pero los dibujos de Jorge se han recuperado y se exhiben 50 de ellos", explic¨® Rosales.
Contemplando el exterior del recinto, el presidente del patronato de la Fundaci¨®n-Museo, Juan Huarte, manifest¨® que Oteiza y S¨¢enz de Oiza fueron dos creadores "irrepetibles" y calific¨® de "dos joyas superpuestas" el contenido y el continente de un museo llamado, en su opini¨®n, a convertirse en visita obligada para todas las escuelas de arquitectura del mundo y para todos los amantes de la escultura.
El museo es producto de un mandato que el propio Oteiza incluy¨® en los estatutos de la fundaci¨®n, y que abarca, adem¨¢s de la ordenaci¨®n y catalogaci¨®n de su obra, la elaboraci¨®n de un plan de "formaci¨®n est¨¦tica del ni?o", el estudio de los lenguajes art¨ªsticos, "especialmente del euskera como ¨²nico lenguaje preindoeuropeo subsistente en Europa", y la difusi¨®n internacional de su obra. Este ¨²ltimo aspecto ha generado una gran controversia, al oponerse el sector de la fundaci¨®n af¨ªn al Gobierno navarro, de UPN, la marca navarra del PP, a la gira internacional que Oteiza firm¨® con la galeria Marlborough y que debe comenzar este mes en Nueva York.
A la inauguraci¨®n de la Fundaci¨®n-Museo asisti¨® la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, as¨ª como autoridades navarras, familiares de Oteiza y diversos artistas. No se presentaron, en cambio, los cuatro vocales cr¨ªticos del patronato de la fundaci¨®n: Xabier Morr¨¢s, Jaione Apalategi, Juan Antonio Urbeltz y Jos¨¦ ?ngel Irigaray. Todos ellos, junto a Carlos Catal¨¢n, albacea del escultor, apadrinaron en Pamplona la creaci¨®n de la Asociaci¨®n de Amigos de Jorge Oteiza, una instituci¨®n independiente presidida por el escultor N¨¦stor Basterretxea, con sede en San Sebasti¨¢n, destinada, seg¨²n subray¨® su vicepresidente, Juan Pablo Zabala, a velar por el cumplimiento de los objetivos que Oteiza quiso para su pensamiento y obra.
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