La ciudad de cine
Girona, de cine. Las estad¨ªsticas de los ¨²ltimos a?os. Siempre en cabeza. Se trate de vivir o, m¨¢s vulgarmente, de trabajar. La ¨²ltima estad¨ªstica, de la revista Actualidad Ec¨®nomica: Girona es el mejor lugar de Espa?a para el trabajo. Por cierto: Lleida sale la segunda en esta encuesta. En todos los despachos del Ayuntamiento leridano hay un ejemplar de la revista, presto para el viajero. En el de Girona, es el viajero el que debe insistir con la noticia. La rutina, que mata al amor.
La cuesti¨®n es que han abierto 34 cines en Girona. Cines en lo que hab¨ªa sido tradicionalmente la pla?a dels cines. Cines en Fontajau. Un cine para el culto, el Truffaut, en el barrio viejo, gestionado por la asociaci¨®n de cr¨ªticos. Hace cinco a?os hab¨ªa ocho cines y la ciudad tiene 78.000 habitantes. El choque frontal de todos estos n¨²meros es, ciertamente, un espect¨¢culo. Los pron¨®sticos.
En algunas horas del d¨ªa, Girona triplica su poblaci¨®n y concentra a 250.000 personas
Hace algunos a?os el escritor Quim Monz¨® escribi¨® un art¨ªculo muy razonable. Ir¨®nico y razonable. Hab¨ªa le¨ªdo algo sobre los planes, a¨²n muy prematuros, del Ayuntamiento de Barcelona respecto a lo que no se llamaba todav¨ªa Marem¨¤gnum. Los planes preve¨ªan algunas delicias para el puerto: entre ellas seis o siete cines de formato reducido. Monz¨® se burlaba de esta visi¨®n municipal. ?Cines! ?Exacto: ahora que cierran! Todos estuvimos de acuerdo con ¨¦l. ?Ingenuos mun¨ªcipes! ?Vendedores de humo! M¨¢s condenas. Las panader¨ªas. Aportaci¨®n al cat¨¢logo del se?or Tom¨¢s Sobrequ¨¦s, que se cuida de la promoci¨®n econ¨®mica de la ciudad de Girona. No hay duda. Hace muy poco tiempo, muy poco, se dijo que iban a cerrar. El desprestigio de la Eucarist¨ªa. El gusto de la gente. Tornadizo. Las dietas. La advertencia: "Nunca se tiene demasiado dinero ni se est¨¢ demasiado delgada". El pan empapuzaba la vida moderna. Nunca hubo, como hoy, tantas panader¨ªas en las ciudades ni tantas clases de pan en las mesas de Espa?a.
M¨¢s cine. El fen¨®meno, el multifen¨®meno, de Soldados de Salamina. En Girona vive Javier Cercas. Hace a?os volvi¨® aqu¨ª porque en Barcelona no encontraba piso. S¨®lo covachas. ?stos eran, entonces, sus derechos de autor. La ciudad ha celebrado con orgullo el ¨¦xito de la novela. Y ha participado con pasi¨®n en el rodaje de la pel¨ªcula de David Trueba. ?El gran disgusto de los extras que no han aparecido en el montaje final! Los 34 cines se llenan con regularidad. Son un buen negocio. Algunos de los empresarios son de la propia ciudad y ya exportan: han abierto salas en San Sebasti¨¢n. Se suele decir que estos cines son de formato reducido. De bolsillo. Bien. La peque?ez s¨®lo afecta al dato, secundario, del n¨²mero de butacas. Por lo dem¨¢s, el n¨²mero de pel¨ªculas ha aumentado exponencialmente. Hasta tal punto que muchas veces se va a estos lugares sin plan fijo: el cine es un lugar de encuentro, donde se deciden aspectos fundamentales de la tarde. ?Dulces o saladas?
El cine como proyecci¨®n simb¨®lica de lo que pasa en Girona. Los datos de Sobrequ¨¦s. Seg¨²n a qu¨¦ horas esta ciudad re¨²ne 250.000 personas. Es decir, multiplica por tres su poblaci¨®n habitual. La percepci¨®n de que la ciudad se ha vuelto un concepto discutible, un lugar cuyos l¨ªmites f¨ªsicos son variables y donde el tiempo tambi¨¦n acota. El ¨¦xito indiscutible de Girona. De su centralidad crecientemente poderosa respecto a pueblos cada vez m¨¢s alejados. El turismo. Aquellos tiempos en que Girona era el destino de la lluvia. Ca¨ªan cuatro gotas en las playas y un rimero triste de turistas se agolpaba a las puertas de la catedral o se aventuraba, m¨¢s raramente, por las callejas ¨²ricas del barrio jud¨ªo. Mero desag¨¹e del cafard. Del mal caf¨¦. Hoy, cuando llueve, deben de acercarse a las playas. Dado que resulta tan irresistiblemente cinematogr¨¢fico.
Con informaciones de Gerard Bagu¨¦.
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