Hacia un poder local andalucista
La consolidaci¨®n de un poder pol¨ªtico aut¨®nomo en Andaluc¨ªa es un reto para todos aquellos que no aceptamos la persistencia de una situaci¨®n de dependencia de nuestra tierra que impide desarrollar con plenitud todas sus potencialidades. El periodo transcurrido desde que la movilizaci¨®n del pueblo andaluz arranc¨® al poder central una autonom¨ªa de primera nos muestra con claridad que no es suficiente tener instituciones de autogobierno, sino que adem¨¢s, precisamos un poder pol¨ªtico aut¨®nomo, sin hipotecas, que las sustente.
Es cada vez m¨¢s evidente que el encadenamiento de Andaluc¨ªa a estrategias pol¨ªticas y econ¨®micas ajenas a nuestros intereses no hace sino relegarnos a un papel marginal en la configuraci¨®n de Espa?a y Europa y esto conlleva inexorablemente la ampliaci¨®n del importante diferencial que nos separa de las regiones desarrolladas de nuestro entorno.
Los medios de comunicaci¨®n son escasamente receptivos al proyecto del PA, intentando relegarnos a la marginalidad.
No es suficiente tener instituciones de autogobierno, sino que, adem¨¢s, precisamos un poder pol¨ªtico aut¨®nomo.
En este sentido es paradigm¨¢tico el cambio de discurso pol¨ªtico del PSOE dependiendo del inquilino de la Moncloa. Durante el largo periodo de gobierno Gonz¨¢lez, los dirigentes socialistas utilizaron su amplio poder institucional para desmovilizar al pueblo andaluz cercenando de ra¨ªz sus movimientos reivindicativos. Tras el triunfo del aznarismo se produjo un radical cambio de estrategia instrumentalizando las instituciones andaluzas en aras a una pol¨ªtica de confrontaci¨®n con el gobierno de Madrid que les permitiera recuperar el poder perdido. Del seguidismo incondicional hab¨ªamos pasado a la confrontaci¨®n permanente.
El PP, aunque nunca ha gobernado en Andaluc¨ªa, tampoco ha sido ajeno a esta transmutaci¨®n, y su discurso pseudo-andalucista del periodo Gonz¨¢lez se ha reconvertido en una posici¨®n numantina de respaldo de unas pol¨ªticas de Madrid que marginan permanentemente a nuestra tierra.
Para PSOE y PP Andaluc¨ªa no es, en definitiva, sino un campo de batalla donde dirimir sus confrontaciones pol¨ªticas con el objetivo de alcanzar o mantenerse en la Moncloa.
El proyecto andalucista, siendo considerado por un amplio sector de la poblaci¨®n andaluza como instrumento necesario para defender nuestros intereses colectivos sin hipotecas externas, no termina de alcanzar la credibilidad necesaria para ser una opci¨®n real de gobierno para Andaluc¨ªa. Muchos andaluces, a¨²n siendo conscientes de la necesidad de un partido andalucista fuerte que llene de contenido nuestras instituciones de autogobierno y realice una pol¨ªtica efectiva de reivindicaci¨®n ante el gobierno de Madrid, ajena a las vicisitudes de sumisi¨®n o confrontaci¨®n que han practicado los dos partidos centralistas, se dejan arrastrar por la falsa confrontaci¨®n PSOE-PP, las dos caras de una misma moneda cuyos intereses no est¨¢n en Andaluc¨ªa.
Siendo el PA la ¨²nica alternativa capaz de superar la hegemon¨ªa de un Partido Socialista tan eficaz a la hora de ejercer un f¨¦rreo control pol¨ªtico y social como incapaz para conseguir un poder pol¨ªtico real para nuestra tierra y la incapacidad de un Partido Popular tan ajeno a los intereses de Andaluc¨ªa, se hace imprescindible un nuevo impulso que nos permita consolidar un poder andaluz.
La inexistencia de grandes empresas medi¨¢ticas que tengan sus intereses primigenios en Andaluc¨ªa hace que, salvo muy contadas excepciones, nuestros medios de comunicaci¨®n sean escasamente receptivos al proyecto andalucista, intentando relegarnos con frecuencia a la marginalidad, al provocar el PA una distorsi¨®n en el bipartidismo que pretenden imponernos. A esto contribuyen las estrategias coincidentes de PP y PSOE para evitar unas elecciones donde Andaluc¨ªa sea la protagonista, con sus problemas y sus demandas de futuro, haciendo reiteradamente coincidir las elecciones auton¨®micas con otras de ¨¢mbito estatal y de esta forma solapar un debate estrictamente andaluz.
Es precisamente este control medi¨¢tico ejercido por el PP y el PSOE y su intencionado enmascaramiento de los problemas reales de los andaluces y de las causas que los producen y perpet¨²an, el que se le escapa en gran medida en las elecciones locales. Cuando se trata de elegir a los regidores municipales la partida se juega en condiciones menos desequilibradas, pues la exuberancia de medios al alcance de los partidos centralistas y sus intentos de excluir del debate a todas las alternativas ajenas a su confrontaci¨®n bipartidista estatal, tienen como contrapeso la credibilidad y proximidad de los candidatos andalucistas, su conocimiento de las demandas de sus conciudadanos y su capacidad para dar alternativas. Estas circunstancias han facilitado la elecci¨®n de numerosos alcaldes y alcaldesas andalucistas y los ciudadanos han comprobado su talante abierto, su capacidad de gesti¨®n y la defensa de los intereses de su municipio con car¨¢cter prevalente sobre otros compromisos. Por ello la t¨®nica habitual es que cuando los ciudadanos eligen un gobierno municipal andalucista, elecci¨®n tras elecci¨®n siguen revalid¨¢ndole su apoyo.
Las elecciones del pr¨®ximo 25 de mayo son una nueva oportunidad de extender y consolidar el proyecto andalucista por toda nuestra amplia geograf¨ªa. El esfuerzo realizado por nuestra organizaci¨®n va a permitir presentar candidaturas en municipios que representan mas del 90% de la poblaci¨®n andaluza. Son equipos de mujeres y hombres que tienen la firme voluntad de servir, ser ¨²tiles, a sus conciudadanos; que aportan "ideas nuevas" para sus municipios; que defienden proyectos abiertos y participativos capaces de movilizar los recursos humanos y econ¨®micos de sus pueblos y ciudades; que apuestan por un desarrollo sostenible ligado a la protecci¨®n de nuestros recursos naturales; que van a impulsar la construcci¨®n de infraestructuras y equipamientos p¨²blicos; que tienen una clara conciencia de la necesidad de defender nuestras se?as de identidad; que quieren desarrollar una en¨¦rgica pol¨ªtica de solidaridad social; que van a ser aliados incondicionales de nuestra juventud; que creen firmemente en la igualdad efectiva de nuestras mujeres. En definitiva, contribuir al progreso de Andaluc¨ªa pueblo a pueblo, ciudad a ciudad.
A partir de ganarnos la confianza de nuestros vecinos con una gesti¨®n municipal abierta, transparente y eficaz el camino es m¨¢s f¨¢cil. La credibilidad alcanzada en la pol¨ªtica local se va trasladando progresivamente a las elecciones andaluzas, las estatales y las europeas. El avance hacia un poder andaluz se vuelve imparable.
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