El precio
Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que explicar a los iraqu¨ªes que gracias a sus muertos, mutilados y destrucciones, el presidente Aznar consigui¨® que los miembros de Herri Batasuna no pudieran entrar en Estados Unidos y fueran bloqueadas sus cuentas bancarias en ese pa¨ªs, si las tuvieran. Pero antes de explicar a los iraqu¨ªes este cap¨ªtulo de la Historia Universal de la Usura, deber¨ªamos asumirlo nosotros mismos, ya que el rayo que no cesa, Federico Trillo, sigue enviando soldados espa?oles a Irak, ya no para repartir agua, sino para sentar el nuevo orden, casi el mismo que impuso el Baas, pero m¨¢s trascendental, m¨¢s religioso.
No conviene distraer demasiada atenci¨®n en la calderilla antibatasuna pagada por Bush a cambio de la foto de las Azores y de la burla de los deseos antib¨¦licos del 90% de espa?oles, porque a las puertas del Gobierno espa?ol forman cola m¨¢s de 200 empresarios nativos dispuestos a sacar beneficios de la reconstrucci¨®n de Irak. Pronto podremos saber, espero, los nombres y apellidos de los ingentes beneficios que el hermano de Bush prometi¨® a los espa?oles si se apuntaban a la causa del bien, de la libertad duradera, de la justicia infinita. Mientras tanto, asistimos a la conmovedora escena de una veintena de miembros de la familia Aznar colocada bajo pontificio palio e indulgencia, por especial empe?o de la Conferencia Episcopal Espa?ola, que es, nunca mejor dicho o supuesto, una cruz.
De momento ya est¨¢ claro que Estados Unidos va a reconstruir m¨¢s que nadie, seguido del Reino Unido y, a una larga distancia, Polonia, porque tambi¨¦n los polacos enviaron terminators a la guerra de anexi¨®n de Irak. Algo quedar¨¢ para los empresarios y militares espa?oles, migajas reconstructoras para los primeros y un papel terminator secundario para los segundos, situados bajo mando brit¨¢nico. El profesor Manuel Castells ha bautizado la pol¨ªtica aznarista en Euskadi como una suerte de palestinizaci¨®n, a?ado yo que por ultimar, habida cuenta de que todav¨ªa no han aparecido misiles inteligentes sobre los cielos de Euskadi, pero que el sentido del precio que tiene el aznarismo es tal vez la amenaza pol¨ªtica m¨¢s grave que jam¨¢s se ha cernido sobre la, hasta ahora, pen¨²ltima democracia espa?ola.
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