Una huelga salvaje en el metro y los trenes de cercan¨ªas estrangula Par¨ªs y su regi¨®n
Empresas estatales, ense?anza y sanidad, punta de lanza en la protesta de las pensiones
Millones de personas se vieron atrapadas ayer en Par¨ªs y sus alrededores por un paro salvaje del metro y de los trenes de cercan¨ªas, llevado a cabo al d¨ªa siguiente de la jornada nacional contra la reforma de las pensiones, en ese caso celebrada con los debidos preavisos. Los aeropuertos y los servicios de ferrocarriles fueron normaliz¨¢ndose progresivamente en la mayor¨ªa del territorio, pero la regi¨®n de Par¨ªs, poblada por m¨¢s de diez millones de personas, se vio estrangulada por falta de transporte p¨²blico. Los sindicatos de este sector anuncian m¨¢s paros.
El recurso al coche privado se tradujo en el colapso de las autopistas y carreteras de acceso a la capital. Por la ma?ana hubo 195 kil¨®metros de atascos en la regi¨®n parisiense, seg¨²n el Centro de Informaci¨®n de Carreteras, equivalente a lo que ocurre en un d¨ªa punta de vacaciones. Las autoridades se pasaron la tarde lanzando recomendaciones a los ciudadanos para moverse lo menos posible y lograron evitar un caos comparable por la noche, durante el movimiento natural de regreso a los hogares. Los efectos del conflicto en los aeropuertos repercutieron en Espa?a hasta la tarde ayer, y a lo largo de esta jornada provocaron la cancelaci¨®n de 64 vuelos y retrasos en 457, seg¨²n Aeropuertos Nacionales (AENA).
Una de las estrategias gubernamentales que ha fracasado es el intento de separar la reforma del sistema general de pensiones respecto a los reg¨ªmenes especiales que rigen en las grandes empresas p¨²blicas francesas. Los trabajadores de ferrocarriles, del metro de Par¨ªs o del grupo el¨¦ctrico EDF, junto con el grueso de los profesores y de los profesionales de la sanidad, se han convertido justamente en la punta de lanza de la protesta, demostrando as¨ª que prefieren defenderse "preventivamente", todos juntos, antes que permitir la separaci¨®n caso por caso.
Para el ministro de Transportes, Gilles de Robien, la huelga de ayer fue "ilegal", pero no explic¨® qu¨¦ consecuencias comporta esa valoraci¨®n. Otras fuentes estiman que el Ejecutivo se dispone a aprovechar la indignaci¨®n ciudadana por el paro salvaje para forzar la regulaci¨®n de los servicios m¨ªnimos, que legalmente no son exigibles en Francia. "No se puede pedir el mantenimiento de un servicio p¨²blico a la francesa y dar despu¨¦s al mundo esta imagen de que todo se para de repente", argument¨® Jacques Barrot, jefe de la mayor¨ªa parlamentaria.
El Gobierno reemprendi¨® anoche las negociaciones con los sindicatos, bajo la amenaza de nuevas perturbaciones ciudadanas. El Ejecutivo liberal-conservador considera imposible aplazar la adopci¨®n de medidas que permitan financiar el d¨¦ficit de la Seguridad Social, aunque haya que hacerlo en momentos de escaso crecimiento econ¨®mico, argumentando que el Gobierno de izquierda perdi¨® la oportunidad de realizarlo en la bisagra entre los dos siglos, cuando el producto interior bruto crec¨ªa a m¨¢s del 3% anual y el desempleo ca¨ªa en picado.
Retraso de la jubilaci¨®n
Un a?o despu¨¦s de la conquista del poder por la derecha, la situaci¨®n se ha invertido: el paro crece velozmente (9,3% en este momento, como en los a?os noventa) y el crecimiento econ¨®mico es mucho m¨¢s d¨¦bil. Sin pleno empleo, el alargamiento de la duraci¨®n de las cotizaciones hasta 42 a?os en 2020, como prev¨¦ el proyecto gubernamental, implica que muchos trabajadores no conseguir¨¢n cotizar tanto tiempo y habr¨¢n de aceptar las penalizaciones previstas por ello (6% menos de pensi¨®n por cada a?o de contribuci¨®n que falte), con el resultado pr¨¢ctico de que habr¨¢n de jubilarse con un nivel de pensi¨®n bastante m¨¢s bajo que el actual. La ecuaci¨®n del proyecto gubernamental s¨®lo es posible si el paro retrocede al 6% en 2010 y de forma duradera, apuesta que el vespertino Le Monde calificaba ayer de "arriesgada".
M¨¢s all¨¢ de los sectores que encabezan la protesta contra las pensiones, el plan del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin afecta de lleno a dos de las conquistas sociales que los franceses cre¨ªan s¨®lidamente asentadas, a saber: el derecho de jubilarse a los 60 a?os como m¨¢ximo (la edad media de retiro est¨¢ de hecho en 58), cuando la esperanza de gozar de buena salud todav¨ªa es elevada, y con una garant¨ªa econ¨®mica relativamente cuantiosa.
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