Tierra de nadie entre conciencia y estilo
Mantener una compa?¨ªa de ballet en los niveles de calidad necesarios para mostrar ¨®ptimamente un repertorio de altura internacional es una tarea muy dif¨ªcil. El Ballet de la Comunidad de Madrid que dirige V¨ªctor Ullate recibe importantes ayudas del Gobierno regional en forma de subvenciones estables (las m¨¢s altas del Estado a la danza) y, parad¨®jicamente, cuenta hoy con una escu¨¢lida plantilla que apenas llega a la veintena de bailarines. Es, t¨¦cnica y profesionalmente, un ballet de c¨¢mara, de formato medio tirando a peque?o. Esto obliga a presentar obras que no sobrepasen tal esquema. A esto hay que a?adir la responsabilidad moral de ser la ¨²nica compa?¨ªa de ballet de Espa?a donde a veces se usan las zapatillas de puntas y su potente vocabulario.
Ballet de la Comunidad de Madrid
The vertiginous thrill of exactitude: W. Forsythe / Frank Schubert; Llanto de luna: Lao / Boine Persen; Nostalgie: Ullate / Bola de Nieve; Concertante: Van Manen / Frank Martin; Jaleos: Ullate / Luis Delgado. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 14 de mayo.
Deseo y capacidad
La manera en que bailaron a Forsythe fue deficiente. As¨ª empez¨® una noche que plantea el debate entre la conciencia estil¨ªstica y el respeto a ultranza por las obras, entre el deseo de mostrarlas y la capacidad para asumirlas. Le sigui¨® un estreno de Lao, paso a dos muy cercano a la est¨¦tica de Duato en los dibujos y en el embalaje; tambi¨¦n se vio un solo de Ullate sobre la voz de Bola de Nieve en registro de musical, conectando con el p¨²blico con gui?os de humor y pantomimas descriptivas.
La velada mejor¨® un poco con Van Manen y su sentido pl¨¢stico-musical al usar de manera magistral la m¨²sica del suizo Frank Martin (que, por cierto, estudi¨® de joven con Dalcroze y compuso en 1970 Trois dances, inspirado por el baile flamenco espa?ol). Sobre la Petite symphonie concertante (1945), Van Manen elabora unos m¨®dulos secuenciales que solicitan unos de otros el tr¨¢nsito cor¨¦utico: del solo al d¨²o y de all¨ª al ensemble, con una progresiva fusi¨®n de sombras y bailarines. Eso por fin vali¨® la pena. Hay cierta esperanza entonces.
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