La marcha atr¨¢s del PP sobre la Carta Municipal de Barcelona solivianta la campa?a

"Vamos mal". La frase, dicha ayer por Joan Clos, resume el sentimiento que se tiene en el Ayuntamiento tras conocer las ¨²ltimas modificaciones introducidas por el Gobierno central en el anteproyecto de Ley de Modernizaci¨®n del Gobierno Local, que no incluye el desarrollo de la Carta Municipal de Barcelona. El texto regula la situaci¨®n de los gobiernos locales de forma homog¨¦nea en todas las ciudades de m¨¢s de 250.000 habitantes y deja claro que Barcelona puede tener mayores competencias, pero siempre que procedan del ¨¢mbito auton¨®mico. La nueva redacci¨®n del anteproyecto deja a Barcelona sin las competencias previstas en la Carta Municipal cuya aplicaci¨®n depende del Gobierno central y entre las que figuran las relativas a la financiaci¨®n, seguridad ciudadana y justicia. La marcha atr¨¢s del PP en esta materia centr¨® ayer la campa?a electoral.

"Esto supone que los barceloneses deber¨¢n seguir pagando con sus impuestos las funciones de capitalidad que Barcelona realiza pero que el Gobierno no le reconoce", explic¨® el portavoz municipal Ernest Maragall. "Es evidente", explic¨®, "que el Gobierno ha decidido eliminar aspectos esenciales de las peticiones de la Carta Municipal, pero lo grave es que la Carta era un todo, no una mera lista de asuntos. Si se eliminan los principales, todo queda en casi nada". Maragall entiende que se trata de una "afrenta a Barcelona" en abierta oposici¨®n a lo decidido, con los votos del propio PP, en el pleno municipal y en el Parlament. Maragall tambi¨¦n dijo que la direcci¨®n del PSOE votar¨¢ en contra del anteproyecto.

El proyecto de Carta Municipal fue aprobado por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento barcelon¨¦s y en el Parlament, pero el Partido Popular de Catalu?a no ha podido convencer a sus compa?eros del resto de Espa?a para que respetaran sus compromisos.

El alcalde Joan Clos asegur¨® ayer que ha recibido una carta del ministro de la Funci¨®n P¨²blica, Javier Arenas, en la que le convoca a una reuni¨®n, junto a un representante del Gobierno catal¨¢n. Tras anunciar esta reuni¨®n, Clos resumi¨® su opini¨®n con dos palabras: "Vamos mal". El alcalde record¨® que el ¨²ltimo encuentro se produjo hace un a?o y puso en duda que con esta frecuencia de reuniones se pueda llegar a alguna parte. Clos acus¨® al Gobierno central de buscar la "uniformizaci¨®n" con este anteproyecto de ley y dijo que esto tan s¨®lo reconocer¨ªa, en el caso de Barcelona, el tramo de la Carta Municipal ya aprobado por el Parlament. El alcalde record¨® que, "hist¨®ricamente, Barcelona siempre ha tenido un r¨¦gimen especial". En su opini¨®n, la "oposici¨®n" del PP a la Carta "es ideol¨®gica y un problema de discrepancia pol¨ªtica de fondo". "Como no quieren rechazarla expl¨ªcitamente, hacen ver que s¨ª la apoyan", denunci¨®, recordando que el PP vot¨® a favor de la Carta en el Ayuntamiento y en el Parlament. "Ahora, el PP de Madrid desmiente esta posici¨®n favorable", subray¨®. El tambi¨¦n alcaldable por el PSC admiti¨® que "con el PP en el Gobierno ser¨¢ dif¨ªcil" conseguir la Carta y "habr¨¢ que esperar a un cambio en el Ejecutivo", aunque prometi¨®: "Seguiremos intentando convencer a todos los gobiernos".

La decisi¨®n tomada por el PP se produce al d¨ªa siguiente de la carta de Arenas a Clos. "Un intento de salvar la cara", dijo Ernest Maragall, que recomend¨® al candidato popular, Alberto Fern¨¢ndez, "que se esconda hasta despu¨¦s de las elecciones", a la vista de que "su propio partido lo niega y le ningunea sin compasi¨®n". Maragall cree que el anteproyecto es la consecuencia de "la mayor¨ªa absoluta del PP y su connivencia con CiU, que le ha venido apoyando en los ¨²ltimos siete a?os, lo que da alas a los populares". Termin¨® pidiendo a los barceloneses "que voten lo que quieran, menos al partido que insulta de este modo a Barcelona, que es el PP".

El presidente del PP catal¨¢n, Josep Piqu¨¦, consider¨® de "sentido com¨²n" abordar la Carta Municipal de Barcelona tras las elecciones municipales y constat¨® la voluntad del Gobierno de que Barcelona tega todas las competencias que necesita, informa Efe.