Los tres tenores

Si Duran Lleida fuera uno de los tres tenores, ser¨ªa Pavarotti. Los agudos son su pasi¨®n, especialmente los fines de semanas, que es cuando mejor se oyen desde las redacciones. Como el de M¨®dena, entona un discurso vibrante, met¨¢lico, directo, en busca de la resonancia craneal, que es la que m¨¢s casta?a pega (el cr¨¢neo de Duran es grande). Un tenor de pinyol, capaz de afrontar sin pesta?ear los ocho do de pecho de Pour mon ?me de La fille du regiment. Su l¨ªmite est¨¢ en la media voz: ah¨ª no matiza.

Si Artur Mas fuera tenor ser¨ªa Carreras, el nostre. Un tenor l¨ªrico, pero hacia dentro, nada que ver con el g¨¦nero gladiador. Consciente de sus l¨ªmites, se demora poco en los extremos de la tesitura y cuando lo hace (cuando habla del "bozal" o los "buitres") fa patir. Lo suyo s¨ª es la media voz. Ideal para el papel de Rodolfo. No Valentino, sino el de La boh¨¨me. Es disciplinado y tenaz. Se adapta con facilidad a cualquier reparto. Karajan consagr¨® a Carreras, Pujol a Mas.

Si Pujol fuera tenor, indudablemente ser¨ªa Pl¨¢cido Domingo. Y aunque ¨¦ste sea de Madrid, el s¨ªmil no se pone para fastidiar. De los tres, es el que posee el repertorio m¨¢s extenso. Deambula por la ¨®pera francesa, italiana, alemana y el g¨¦nero chico con igual soltura. Es el m¨¢s veterano y el que menos acusa el paso de los a?os. Es tambi¨¦n el m¨¢s dram¨¢tico. Otelo: "Ni¨²n mi tema" ["Que nadie me tema"] canta al final de la obra, a sabiendas de que todo el mundo le teme hasta el final de la obra. Por si quedaba alguna duda, resulta que, de los tres tenores, Pl¨¢cido es el ¨²nico que adem¨¢s dirige la orquesta.