Granada, ciudad en espera
Los granadinos viven bajo las promesas de grandes proyectos que con frecuencia llegan tarde o no llegan
Se puede comenzar una radiograf¨ªa de Granada contando lo que ya no es. No es, en primer lugar, la ciudad barata que pueden recordar quienes la visitaron y no han vuelto en alg¨²n tiempo. En la mente de esos turistas, el paradigma de la baratura de Granada lo representaban, por ejemplo, los bares, donde con tres cervezas y sus tapas pod¨ªa darse uno por comido. Los precios del tapeo han variado al alza.
Otro producto usualmente barato ha sido la vivienda. Tampoco es ya lo que era. Con poco suelo urbanizable y muchos estudiantes a la busca de piso, el negocio inmobiliario es m¨¢s negocio que nunca para promotores y propietarios. Granada es, ya, una ciudad pr¨¢cticamente tan cara como cualquier otra.
El PSOE promovi¨® la Granada Ol¨ªmpica, el PP promete una Exposici¨®n Universal
Pero si algo caracteriza a Granada es que su progreso se ha buscado siempre a trav¨¦s de grandes proyectos. La ciudad vive en una espera permanente, con algo grande a punto de hacerse realidad. De esos planes, unos se consolidan; otros se dilatan y es dif¨ªcil apostar si se cumplir¨¢n o no; otros, sencillamente, se desvanecen. Dos ejemplos electorales pueden valer. En el mandato anterior, el PSOE se dej¨® caer con la Granada Ol¨ªmpica 2012; en ¨¦sta, el PP promete una Exposici¨®n Universal para ese mismo a?o.
Daniel Gil de Avalle un luthier que fabrica instrumentos de cuerda de forma artesana y que vende su trabajo en todo el mundo, tiene una opini¨®n tajante sobre estas grandes obras: "De los grandes proyectos que nos cuentan, la mitad son cosas ficticias, poco s¨®lidas. Adem¨¢s, la mayor parte de esas propuestas est¨¢n financiados desde fuera, ya sea por la Junta o por el Gobierno".
Otra gran inversi¨®n, algo m¨¢s cerca que las anteriores pero a¨²n en fase de limbo, es el metro ligero, un transporte que, a pesar del nombre, ir¨¢ por superficie y que unir¨ªa las ciudades del ¨¢rea metropolitana con la capital. El metro est¨¢ a¨²n en fase de resoluci¨®n de alegaciones al trazado. Nadie puede dar una fecha de puesta en marcha. Una segunda circunvalaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ en debate; y un gran espacio esc¨¦nico y un rock¨®dromo y un palacio de hielo y un funicular a la sierra... Todo a lo grande, todo en espera.
Un gran proyecto s¨ª se ha materializado. El campus de Ciencias de la Salud est¨¢ a seis u ocho a?os de convertirse en una realidad operativa. El campus se configurar¨¢ como un gran espacio destinado a albergar todo lo relacionado con los servicios biosanitarios. Un segundo macroproyecto apenas se vislumbra en camino: el tren de alta velocidad que unir¨¢ Granada con Madrid. Como es habitual, la Junta por el Gobierno, el Gobierno por la Junta, nadie sabe cuando la ciudad ver¨¢ el primer AVE. Entre tanto, la conexi¨®n en tren con Madrid es cada vez m¨¢s pobre. Jos¨¦ Luis L¨®pez, un estudiante que pasea por el Realejo comenta que "mientras ellos se pelean, nosotros seguimos cogiendo el autob¨²s para ir a Madrid".
La carest¨ªa de la vivienda, el caos del tr¨¢fico y la falta de empleo son las principales quejas de los granadinos. La empresa de tasaciones inmobiliarias Tinsa sit¨²a el valor del metro cuadrado de vivienda usada en la ciudad en 1.183,6 euros, lo que equivale al dudoso honor del metro cuadrado usado m¨¢s caro de Andaluc¨ªa. Quiz¨¢ por ello todas las ciudades de la periferia suben en poblaci¨®n, mientras la capital pierde.
El precio de la vivienda est¨¢ obligando a muchos a alejarse unos kil¨®metros en busca de residencia. "Tuve que buscar vivienda fuera de Granada, porque aqu¨ª no pod¨ªa comprar", cuenta Lucas, un profesional que va y viene cada d¨ªa a trabajar a la capital.
Los n¨²meros dicen que el padr¨®n de residentes baj¨® en la capital casi 3.000 personas entre enero de 2001 y de 2002. El frutero Alfonso Vega Reyes tiene esa misma percepci¨®n. Vega, que vende fruta al aire libre en el barrio del Realejo, opina que "queda menos gente en el barrio". "La zona est¨¢ cada vez m¨¢s despoblada", a?ade.
Crist¨®bal L¨®pez, profesor de secundaria, considera que "una buena labor contra esta tendencia de abandono de la ciudad es la rehabilitaci¨®n del centro que se est¨¢ llevando adelante con el Plan Urban".
La cultura es un ¨¢mbito en el que la situaci¨®n ha ido a mejor. Con alg¨²n concierto u obra de teatro pr¨¢cticamente siempre en cartel, Pilar, profesora de m¨²sica, dice: "De no tener donde ir, hemos pasado a que, a veces, hay que decidirse por un espect¨¢culo y dejar otro".
Alfonso Vega, el frutero, reconoce que "la ciudad est¨¢ cambiando y se hacen cosas buenas". Excepto en el tr¨¢fico: "El tr¨¢fico no lo solucion¨® Jara, [alcalde del PSOE hace a?os], no lo solucion¨® D¨ªaz Berbel [alcalde del PP hasta hace cuatro a?os] y no lo solucionar¨¢ nadie. Lo que hay que hacer es que la gente ande", termina Vega. Efectivamente, en Granada, hace a?os que las aceras dejaron de pertenecer a los peatones y que pasaron a ser zona de aparcamiento. Tambi¨¦n el aparcamiento en doble fila es una pr¨¢ctica habitual en el centro de la ciudad; nuestro frutero resume bien la situaci¨®n: "A veces hay que hacer una gincana para poder circular". Una ciudad mediana como Granada deber¨ªa ser muy buena para el paseo. El ruido y el tr¨¢fico no lo facilitan, aunque siempre quedan los jardines y parques. Granada cuenta con un gran parque, el Garc¨ªa Lorca , precioso en esta ¨¦poca, y algunos m¨¢s peque?os diseminados por la ciudad. Manolo Robles sabe del asunto. Tiene 35 a?os y trabaja en una de las dos empresas que tiene el mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad. Manolo cree que "hay m¨¢s jardines que hace unos a?os". ?sa es una buena noticia. Sin embargo, tambi¨¦n est¨¢ la parte oscura, porque seg¨²n Robles, "hay menos gente para cuidarlos que antes y falta personal".
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