Una gesti¨®n irrelevante
El empleo del adjetivo irrelevante, que tanto emplean ¨²ltimamente Bush y Aznar, es la mejor definici¨®n que se pueda dar de los tres mandatos de ?lvarez del Manzano y del PP al frente del Ayuntamiento. Irrelevancia que su mismo partido se ha encargado de poner de manifiesto al dejarle vivir como un alma en pena el final de su mandato, a la espera de un premio de consolaci¨®n. Porque Madrid, Villa y Corte cuya historia est¨¢ tan ligada a la capitalidad de Espa?a, tuvo buenos alcaldes, desde Carlos III, hasta el republicano Pedro Rico. El franquismo nos humill¨® una vez m¨¢s, colocando a ex jefes de la polic¨ªa pol¨ªtica; en la democracia, Tierno Galv¨¢n dio a Madrid una dimensi¨®n ciudadana y universal que contrasta con la capital, provinciana y anquilosada que deja el alcalde saliente como legado.
La primera y fundamental cr¨ªtica es el empobrecimiento democr¨¢tico, con la subordinaci¨®n de la ciudad a los intereses creados y dominantes -grandes constructoras, especuladores y grandes superficies- y el vaciamiento de la participaci¨®n ciudadana en la vida municipal. Los plenos de la Junta de Distrito se han burocratizado, para la gente es casi imposible intervenir y debatir los presupuestos en una ciudad que no gasta en inversi¨®n m¨¢s de la mitad de lo presupuestado. Los consejos sectoriales creados en los 80 languidecen o han desaparecido, la burocracia se mantiene en la ¨¦poca imperial por su rigidez e inflexibilidad -vuelva Vd., el a?o que viene para las licencias municipales- y el proceso de desconcentraci¨®n en las juntas municipales es casi inexistente.
El espacio p¨²blico como centro de convivencia ha ido perdiendo su papel de Plaza Mayor para convertirse en espacio para el negocio. La mejor muestra de esta concepci¨®n es la almoneda de los servicios p¨²blicos. Todos los de car¨¢cter ambiental se prestan a trav¨¦s de concesionarios (depuraci¨®n de aguas residuales, tratamiento de residuos, limpieza, mantenimiento de zonas verdes...), lo que supone largos plazos de vinculaci¨®n con determinadas empresas, siempre las mismas, con cuant¨ªas desorbitadas de costes que no tienen parang¨®n con el coste por habitante en otras ciudades espa?olas. De momento, se salva el Canal de Isabel II. Otros servicios p¨²blicos, como la informaci¨®n municipal, se convierten en una invasi¨®n de chirimbolos, soportes para la publicidad privada con unos c¨¢nones irrisorios.
La seguridad, para el que se la pueda pagar; ?se puede consentir un ambiente Chicago a?os 30?
Se denigra y se degrada lo p¨²blico subordin¨¢ndolo a los grandes intereses privados, con desprecio de los peque?os. Esta situaci¨®n justifica la preocupaci¨®n de la mayor parte de los alcaldes de las capitales europeas -con la notoria excepci¨®n de un Madrid aislado e introvertido- sobre la inclusi¨®n de los servicios de inter¨¦s general en la Constituci¨®n Europea en proceso de elaboraci¨®n y su garant¨ªa para todos los ciudadanos, frente al poder de monopolios privados que pueden reemplazar a los p¨²blicos sin garant¨ªas de servicio.
La p¨¦rdida del sentido de lo colectivo mina la vida en comunidad, con una indisciplina generalizada en el cumplimiento de las normas, consentida, cuando no favorecida, por las autoridades municipales. M¨¢s de la mitad de los negocios funcionan sin licencia de apertura, aparcamientos en doble o tercera fila, pasos de cebra, paradas de autob¨²s, no respeto de los espacios de carga y descarga, falta de vigilancia en los horarios de locales nocturnos, por no hablar de la soluci¨®n municipal al fen¨®meno botell¨®n. ?No se podr¨ªa intentar desarrollar una pol¨ªtica cultural que cambiara este tratamiento peyorativo de la juventud? Adem¨¢s, la multiplicaci¨®n de obras y zanjas en la v¨ªa p¨²blica ha consagrado la broma del c¨®mico americano que deseaba encontrar el tesoro de una vez. En esta cuesti¨®n, no se comprende la falta de planificaci¨®n ni de control.
La pol¨ªtica urban¨ªstica dise?ada en el Plan General de 1997 es un perfecto reflejo de esta mentalidad y juego de intereses creados, planteando un modelo urbano en el que todo el t¨¦rmino puede ser ocupado, con sucesivas modificaciones (operaciones Chamart¨ªn o Valdebebas que agravan la situaci¨®n), idea que se compadece mal con el caos circulatorio existente, que requiere un uso racionado y racional del suelo. La Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de marzo, que anulaba las modificaciones a?adidas por el Gobierno Gallard¨®n, contiene una completa argumentaci¨®n en defensa de lo p¨²blico. En cuanto a la dimensi¨®n social de la pol¨ªtica de vivienda, la gesti¨®n es inexistente y, sobre todo, expulsa a los j¨®venes de la ciudad.
Un ¨²ltimo cap¨ªtulo es la corrupci¨®n y, peor a¨²n, la actitud ante la corrupci¨®n. De los casos que han llegado a los Tribunales y han sido objeto de sentencia, destacan la escandalosa privatizaci¨®n de la Funeraria, la indebida gesti¨®n de los fondos europeos en el IMEFE, o el uso irregular de fondos por parte del alcalde. Ni una palabra de excusas, ni la aceptaci¨®n de la obligaci¨®n de reembolsar el alcance y los perjuicios, cuando los cargos p¨²blicos electivos deben ser los primeros en predicar con el ejemplo. El ciudadano que reclama ante Hacienda debe pagar por adelantado normalmente, raz¨®n de m¨¢s cuando se manejan fondos p¨²blicos. Muestra de que, en su organizaci¨®n global, el Ayuntamiento ha estado regido con comportamientos que distan mucho de los com¨²nmente aceptados en otras Administraciones P¨²blicas. Por eso es imprescindible un cambio.
Enrique Bar¨®n Crespo es candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid
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