La delincuencia no entra en campa?a
Las ventajosas estad¨ªsticas oficiales apartan la inseguridad com¨²n de la discusi¨®n electoral, mientras resurge la 'kale borroka'
Justo en la frontera entre el anterior mandato y el que ahora termina, Vitoria traslad¨® a Bilbao un testigo enfundado en sangre. El manto del miedo hizo que durante unos calurosos meses del verano de 1998 la capital de Euskadi, envidiada por sus niveles de vida, se enfrentara cara a cara a la indeseada cr¨®nica de sucesos.
El caso del asesinato del anciano Acacio Pereira dio paso al crimen de las tragaperras, que dej¨® sin vida en un enorme charco de sangre al empresario Agust¨ªn Ruiz con un destornillador clavado en su cuerpo. Justo un a?o despu¨¦s, el 24 de mayo de 1999 mor¨ªa acuchillada en Vitoria la abogada Bego?a Rubio y entraba de nuevo en la escena del crimen el asesino confeso Koldo Larra?aga, detenido por la Ertzaintza en Madrid cinco d¨ªas despu¨¦s.
La tasa de delitos en San Francisco cuadruplica la media de todo el Pa¨ªs Vasco
Con la detenci¨®n de Larra?aga, los vitorianos volvieron a respirar. Tocaba a su fin la alarma social vivida en los estertores del anterior mandato municipal. Pero tras el verano de 1999, con las nuevas corporaciones reci¨¦n estrenadas, el manto del miedo comenz¨® a cubrir la capital vizca¨ªna. El caso de Laura Orue, con novedades tras la operaci¨®n de esta semana de la Polic¨ªa Municipal [m¨¢s informaci¨®n en p¨¢gina 7], abri¨® la espita del miedo entre las j¨®venes bilba¨ªnas en septiembre de ese a?o. Dos meses despu¨¦s, el salvaje asesinato, ya resuelto, de la estudiante de Econ¨®micas Virginia Acebes, violada y acuchillada en 52 ocasiones en Artxanda, elevaba varios enteros la psicosis entre las j¨®venes y sus familias.
20 homicidios
Ese a?o de transici¨®n de mandatos, 1998, se produjeron en el Pa¨ªs Vasco 20 homicidios. La Ertzaintza logr¨® poner a los presuntos culpables en manos de la justicia en 13 de los casos. El 2000 acab¨® con 12 cr¨ªmenes, todos ellos resueltos por la polic¨ªa vasca. Al a?o siguiente, la Ertzaintza puso a disposici¨®n judicial a los presuntos autores de ocho de los nueve homicidios registrados. En 2002, se registraron cinco cr¨ªmenes y en todos ellos la polic¨ªa captur¨® a los presuntos culpables.
Sin embargo, el delito estrella en todas las estad¨ªsticas sobre seguridad ciudadana sigue siendo el robo (delito contra el patrimonio). De los 850 municipios espa?oles que superaban en 2002 el ratio anual de criminalidad en Espa?a -48,80 delitos por cada 1.000 habitantes, seg¨²n el Ministerio del Interior; 98,82 en 2001, si se atiende a las estad¨ªsticas vascas-, s¨®lo tres eran de Euskadi. Por detr¨¢s en esa lista s¨®lo estaban Asturias, Ceuta y Melilla, con un pueblo cada una. Y pese a que el robo es caballo ganador entre los delitos en cualquier municipio que se analice en Espa?a, la citada encuesta del Gobierno vasco revelaba que el 27,2% de los vascos situaban la kale borroka como el principal motivo de inseguridad ciudadana, a mucha distancia de los robos.
?sa es la doble realidad de la moneda de la inseguridad en Euskadi. Seg¨²n datos de Interior, entre 1995 y 1997 se registraron en el Pa¨ªs Vasco 3.291 sabotajes. Los dos a?os siguientes, los de la tregua de ETA, se redujeron a 687, mientras que ya en 2000 ascendieron a 610, seg¨²n la memoria de la Fiscal¨ªa General.
La delincuencia com¨²n sale bien parada en las encuestas y en la estad¨ªsticas, pero la violencia callejera, que no hab¨ªa parado de crecer en la ¨²ltima d¨¦cada hasta 2002, s¨®lo ha comenzado a declinar para pasar casi a desaparecer este a?o tras las sucesivas operaciones de la Ertzaintza y la Guardia Civil entre septiembre y noviembre pasados, en las que se desarticularon una docena de comandos Y. Y ha rebrotado en la recta final de esta campa?a electoral.
Pero no en todos los barrios luce el sol de la estad¨ªstica con la misma fuerza. "El volumen de delitos y faltas conocidos por la Ertzaintza que tienen lugar en el barrio de San Francisco es elevad¨ªsimo y dif¨ªcilmente soportable, m¨¢s todav¨ªa si tenemos en cuenta la dedicaci¨®n especial a trav¨¦s de dispositivos especiales" que la Ertzaintza y la Polic¨ªa Municipal "ha prestado y sigue prestando en la zona". Es una de las conclusiones de un ambicioso estudio publicado por el Departamento de Interior en 2001 sobre la incidencia de la delincuencia en San Francisco-Bilbao La Vieja. La tasa de delitos por mil habitantes se desorbita en este barrio bilba¨ªno: 226,3, mientras que la media de todo el municipio s¨®lo llega a 54,1 y era casi de 54 en todo el Pa¨ªs Vasco.
El barrio que ning¨²n alcalde desear¨ªa tener entre sus distritos, pero que corresponde al n¨²mero 5 de Bilbao y a su alcalde, I?aki Azkuna.
Un joven escualido con la mirada perdida se mantiene milagrosamente en pie apoyado en su pierna derecha como si de un flamenco se tratara. Ha consumido una papelina de hero¨ªna. A un paso del yonqui, en la esquina de siempre, dos subsaharianos que charlan en una lengua ininteligible se confunden con la negrura de la noche. En la zona conviven oriundos de hasta 42 pa¨ªses subsaharianos. Una furgoneta de la Ertzaintza sigue aparcada en un callej¨®n cercano. Dos prostitutas entradas en a?os encaminan sus caderas hacia las escaleras que les conducir¨¢n al club de alterne. Es la fotograf¨ªa de una noche cualquiera en un barrio, San Francisco, donde 7 de cada 10 infracciones penales est¨¢n relacionadas con el narcotr¨¢fico.
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