Los peque?os levantan la voz

Pedro, de 70 a?os y natural de Robregordo, no sabe qui¨¦n es Rafael Simancas. Tambi¨¦n se encoge de hombros en el bar del pueblo cuando se le pregunta por Fausto Fern¨¢ndez y tan s¨®lo hace un leve movimiento de cejas cuando se le habla de Trinidad Jim¨¦nez. Pedro vive de espaldas a la pol¨ªtica regional y al ajetreo electoral, algo que tambi¨¦n le ocurre a la mayor¨ªa de los 87 habitantes censados en Robregordo, uno de los pueblos m¨¢s peque?os de la regi¨®n y situado en la sierra norte (tambi¨¦n llamada la sierra pobre). En Robregordo estos d¨ªas no hay ni un solo cartel electoral. "Lo hemos hecho a prop¨®sito. Aqu¨ª no tenemos servicio de limpieza y no queremos que luego el pueblo se quede sucio", explica el alcalde del municipio y diputado regional, ?scar Monterrubio (PSOE). "Lo que he hecho ha sido enviar una carta con nuestro planteamiento electoral y luego pues hablo con los vecinos cuando me los encuentro en el bar, en la calle...", se?ala este regidor.

Y es que en estos pueblos tan min¨²sculos funciona mejor el contacto directo de los candidatos con los vecinos que cualquier mitin. "Hola, ?qu¨¦ tal?, ?c¨®mo est¨¢ tu hermana?", pregunta Monterrubio a uno de los pocos vecinos que pasean por las calles de Robregordo. El pueblo presenta un d¨ªa de campa?a a la una de la tarde un aspecto fantasmal. Persianas bajadas, un perro dormitando a la sombra. No se oyen ni gritos de chavales ni sonidos de la radio. Hay algo de movimiento en el bar, donde un televisor ofrece la imagen de Alberto Ruiz-Gallard¨®n a un ¨²nico cliente.

Robregordo es uno de los cuatro municipios de la regi¨®n donde funciona el r¨¦gimen de concejo abierto. Es decir, en los pueblos de menos de 100 habitantes -La Acebeda, Madarcos, Robregordo y La Hiruela- s¨®lo se puede presentar un candidato por partido pol¨ªtico (no hay concejales).

Robregordo es uno de los pocos pueblos peque?os en los que no se presenta ninguna candidatura independiente, ya que en la mayor¨ªa de los municipios peque?os hay al menos un vecino que se presenta al margen de los tres grandes partidos. Es el caso, por ejemplo, de Gascones, donde el actual alcalde Juan Jos¨¦ Brice?o, quiere repetir como regidor por el Partido Independiente Gascones Sierra Norte. Brice?o, transportista y ganadero, tiene claro el problema que sufren estos pueblos: "Aqu¨ª la gente joven no se queda, cada vez hay menos habitantes. Necesitamos subvenciones para no desaparecer", reclama Brice?o, enfrentado pol¨ªticamente a su hermano Francisco Javier, que tambi¨¦n se presenta a las elecciones.

En los ¨²ltimos comicios municipales, celebrados en junio de 1999, los partidos independientes ganaron en 17 pueblos de los 74 de la regi¨®n que tienen menos de un millar de habitantes. Triunfaron en Gascones, pero tambi¨¦n en Torremocha del Jarama o en Berzosa del Lozoya. El PP gan¨® en 36 de estos municipios, el PSOE en 17 e IU tan s¨®lo en uno (Casarrubuelos). El alcalde de esta localidad, Juli¨¢n S¨¢nchez de Diego, metal¨²rgico de 42 a?os, opina que su pueblo necesita, adem¨¢s de un hospital en la cercana localidad de Parla, mejor comunicaci¨®n con la capital. "Hay dos l¨ªneas de transporte, pero con horarios que no son propios del siglo XXI", se queja.

En todos los pueblos con menos de 1.000 habitantes se repite la misma historia: mala comunicaci¨®n, falta de empleo, poblaci¨®n envejecida y subsistencia basada en la agricultura y la ganader¨ªa. En algunos pueblos, incluso, tienen problemas para recibir con nitidez la se?al de televisi¨®n. Horcajo, Robregordo y La Acebeda compraron un repetidor hace siete a?os porque en estos pueblos s¨®lo ve¨ªan, y mal, TVE-1 y La 2. Para comprar fruta o pescado, los vecinos tienen que esperar un d¨ªa determinado, que es cuando viene la furgoneta con la mercanc¨ªa de Madrid.

Cualquier m¨ªnimo cambio en estos pueblos min¨²sculos supone una revoluci¨®n para sus habitantes. El municipio m¨¢s peque?o de la regi¨®n, Madarcos (30 habitantes), sufri¨® una convulsi¨®n el pasado mes de octubre cuando Telef¨®nica decidi¨® retirar la ¨²nica cabina que hab¨ªa en el pueblo. D¨ªas despu¨¦s, la compa?¨ªa zanj¨® la pol¨¦mica instalando un aparato nuevo.

Ning¨²n candidato de peso ha elegido durante la campa?a estas localidades para apoyar a los l¨ªderes locales. Los alcaldes de los pueblos peque?os saben que su trabajo no es plato de gusto. Muchas veces est¨¢n solos. Tienen que quitarle tiempo al trabajo, estar encima de los vecinos, desplazarse a Madrid para pelear por una subvenci¨®n... Todo por una tarea por la que la mayor¨ªa no cobra un sueldo y s¨®lo algunos afortunados perciben algo de dinero de los presupuestos municipales.