Euskadi aclara en las elecciones locales el futuro del plan soberanista de Ibarretxe
La ilegalizaci¨®n abre un panorama in¨¦dito para las instituciones y para la izquierda 'abertzale'
Euskadi acude hoy a las urnas para elegir a 2.566 concejales (26 m¨¢s que hace cuatro a?os por los cambios de poblaci¨®n) y 153 junteros con la vista puesta m¨¢s en el futuro del plan soberanista del lehendakari y en el resultado pr¨¢ctico de la ilegalizaci¨®n de Batasuna que en la gobernaci¨®n de las instituciones locales. El PNV se presenta con la nada oculta intenci¨®n de que sirvan para dar un respaldo medible en votos a la propuesta de libre asociaci¨®n con Espa?a que Ibarretxe present¨® en septiembre pasado en el Parlamento aut¨®nomo y en cuya elaboraci¨®n articulada trabaja actualmente.
Dirigentes del PP creen que deben plantear a los socialistas un acuerdo global de alianzas
Aunque el propio lehendakari dijo que ser¨ªa un error ver estos comicios como la "rev¨¢lida" de las auton¨®micas de 2001 y un test para su iniciativa, los principales candidatos nacionalistas pusieron desde el principio en el n¨²cleo de su campa?a la propuesta de Ibarretxe.
El PNV necesita un buen resultado que pueda presentar, siquiera indirectamente, como un aval ciudadano a sus pretensiones, toda vez que el plan que ha convertido en eje de su actuaci¨®n va a tener que negociarlo incluso con sus dos socios de gobierno. Su aspiraci¨®n es acercarse lo m¨¢s posible al hist¨®rico resultado que la coalici¨®n PNV-EA obtuvo, conducida por el propio Ibarretxe y cuando m¨¢s ve¨ªa peligrar su hegemon¨ªa, en las auton¨®micas de 2001. Nunca en 24 a?os de elecciones en Euskadi una candidatura hab¨ªa rebasado los 600.000 votos. Ello explica la insistencia del lehendakari, que se ha implicado personalmente muy a fondo en la campa?a, en presentar al PP y al PSE como una alianza dispuesta a "echar" al nacionalismo de las instituciones, en un intento de repetir aquella magna movilizaci¨®n de su electorado (la "marea" de votos que no ha dejado de reclamar Ibarretxe durante la campa?a).
Repetir ese ¨¦xito supone imperiosamente para el nacionalismo democr¨¢tico pescar en las aguas del voto independentista como hizo entonces.
La oposici¨®n frontal del PNV y EA a la ley de Partidos y la ilegalizaci¨®n de Batasuna y las iniciativas que contra ella han impulsado desde el Gobierno vasco no suponen s¨®lo un rechazo ideol¨®gico. Es, ante todo, una apuesta por seguir recibiendo sufragios descolgados de la izquierda abertzale por la persistencia del terrorismo. Junto a esa oposici¨®n, las dos formaciones nacionalistas y el propio Ejecutivo han prodigado los gui?os al mundo radical y los llamamientos a que vean el voto nulo como un apoyo a los designios del PP.Con esos votos y movilizando al m¨¢ximo a sus propias filas podr¨ªa la coalici¨®n PNV-EA intentar el asalto de ?lava. Ibarretxe precisa que los suyos recuperen esta provincia si no quiere que su plan quede seriamente tocado en apoyo territorial.Este reto cuenta con otro handicap: la necesidad de una victoria por mayor¨ªa absoluta para evitar que un acuerdo entre PP y PSE les cierre el paso aun siendo la lista m¨¢s votada. En 1999, se quedaron a 441 papeletas de los populares. Esa mayor¨ªa absoluta se presenta muy dif¨ªcil para todos los contendientes, lo que har¨¢ entrar en juego la mec¨¢nica de pactos, como reconoce el mismo Ibarretxe al instar repetidas veces a sus rivales a que aclaren si entre sus intenciones figura impedirles gobernar pese a obtener, en su caso, m¨¢s sufragios.
Tomando en consideraci¨®n s¨®lo los comicios celebrados desde 1999, los nacionalistas democr¨¢ticos han logrado siempre su porcentaje m¨¢s bajo de las tres provincias en ?lava y su mejor resultado en ella (33,85%) lo consiguieron en las auton¨®micas de 2001. Con todo, la lista de PNV-EA s¨®lo le sac¨® entonces 2.095 votos al PP. "La joya de la corona es ?lava, pero no s¨®lo para nosotros, sino para todos", indica un dirigente popular.
Los comicios de hoy abren un panorama institucional in¨¦dito derivado de la ilegalizaci¨®n de Batasuna. Desde que se cierren las urnas, la izquierda abertzale cede su poder local (alcaldes y concejales pasan a serlo en funciones), lo que le va a obligar a una pr¨¢ctica pol¨ªtica nueva. Pero adem¨¢s, el poder de ayuntamientos y diputaciones se va a resolver en un juego entre dos bloques nunca antes visto: de un lado, populares y socialistas; de otro, las fuerzas del tripartito.
El PP se muestra confiado en que la guerra en Irak le pase aqu¨ª una factura menor que en otras comunidades. "Nuestro votante es fiel y ha roto muchos tab¨²es para apoyarnos. Creo que perderemos menos votos que en otros sitios", reconoce una fuente de la direcci¨®n del partido en Euskadi. Dirigentes socialistas coinciden en parte en esta apreciaci¨®n.
Movilizar al electorado
Los populares piensan que el PNV les ha hecho "un favor" al enfocar su campa?a en el plan Ibarretxe, ya que ello puede movilizar m¨¢s a su electorado. Candidatos del PP asumen que van a necesitar ampliar ahora su distancia con el PNV para "ver lo que hace el PSOE". Las diferencias entre ambos partidos se han profundizado, aunque les siga uniendo su oposici¨®n a los planes soberanistas de Ibarretxe y los acuerdos a nivel estatal en el Pacto Antiterrorista."La sociedad nos va a decir con su voto que lo que quiere es que pactemos", agrega la citada fuente de la direcci¨®n popular, aunque duda de "si Zapatero entiende que con esto
[la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco] no se puede jugar". Dirigentes del PP consideran que su partido debe plantear a los socialistas un acuerdo global de alianzas v¨¢lido para toda Euskadi. "No vale apoyar a unos s¨ª y a otros no, que nos apoyen en ?lava y luego Od¨®n Elorza haga lo que quiera", dice uno de ellos.
Los socialistas no han querido ni o¨ªr hablar de posibles combinaciones postelectorales, de ning¨²n tipo de pacto. "Vamos a intentar obtener el mejor resultado y s¨®lo hablaremos de acuerdos despu¨¦s de que los ciudadanos se pronuncien en las urnas. Hacerlo antes es gratuito", recalca un miembro de su ejecutiva. "No aventuremos nada, estas elecciones son muy abiertas y confiamos en tener un excelente resultado", a?ade, aun dejando clara la pr¨¢ctica imposibilidad de ning¨²n acuerdo con el nacionalismo si el PNV no var¨ªa su actual estrategia.
El PSE ha puesto su acento en marcar una distancia tanto de populares como de peneuvistas y reclamar el centro pol¨ªtico. "Somos el ¨²nico partido que presenta una alternativa cre¨ªble", indica el mismo dirigente socialista.
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