La 'Gran V¨ªa' del Himalaya
Al principio, todo era emocionante. Aquellas noticias del Everest, esas bellas fotograf¨ªas de la cumbre, estaban grabadas en mi coraz¨®n desde peque?o. Todos, seguramente, so?¨¢bamos con poner el pie en ese m¨ªtico techo del mundo, entonces pleno de romanticismo, lleno de se?ales positivas, de inquietudes sin freno. El choque fue brutal. La primera vez, cuando llegue a la cumbre con ayuda de ox¨ªgeno artificial, no estuve de acuerdo conmigo mismo. Necesitaba subir sin ox¨ªgeno para romper con la absurda monoton¨ªa del Everest. Lo consegu¨ª en 1993, por el pilar sur-sureste, pero, cuando llegu¨¦ a la cumbre, me peg¨® un baj¨®n impresionante: all¨ª se encontraban 34 personas cuando a m¨ª lo que me apetec¨ªa, despu¨¦s, del esfuerzo, era gozar de la cima, de la soledad del ¨¦xito, conmigo mismo. En aquel momento, de poco me serv¨ªa pensar que yo era la tercera persona de m¨¢s edad en hollar el Everest sin la ayuda del ox¨ªgeno artificial.
Despu¨¦s de cuatro expediciones a esta monta?a m¨ªtica, dos con ¨¦xito, dos con la decepci¨®n de no haberlo conseguido, queda una conclusi¨®n: el Everest ha perdido el romanticismo, la identidad; se ha convertido en una monta?a muy vulnerable, muy equipada. Hace muchos a?os se daba permiso a una sola expedici¨®n. Hoy mismo, ahora mismo, es una ciudad con 34 expediciones intentando llegar. En cierto modo, se ha convertido en la Gran V¨ªa del Himalaya. Se va a lo f¨¢cil, a las v¨ªas tradicionales, aunque el Everest muestre sus dificultades t¨¦cnicas, la cascada de hielo entre el campo base y el campo 1 o el punto clave del escal¨®n Hillary, por ejemplo. Pero hay otras opciones por otras v¨ªas. Cuando subimos en 2001, solo el 3% lo conseguimos sin ox¨ªgeno artificial. De las 187 expediciones que subieron en primavera s¨®lo cuatro lo consiguieron sin esa ayuda.
Nadie puede estar en contra de que todos quieran subir al Everest, de la forma que sea, por el lugar que sea. Pero yo no volver¨¦ a la Gran V¨ªa. Nada que objetar, pero el sue?o del Everest ha terminado.
Juanito Oyarzabal es el primer espa?ol que logr¨® los 14 ochomiles.
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