Bush y Putin se acercan
Vlad¨ªmir Putin es el ¨²nico de los integrantes del frente del rechazo contra EE UU en la guerra de Irak que ha logrado capear las iras estadounidenses, como ha quedado escenificado en la visita de Bush a los fastos de San Petersburgo. Washington sigue el gui¨®n formulado gr¨¢ficamente tras su victoria: "Castigar a Francia, ignorar a Alemania y perdonar a Rusia". En los ¨²ltimos meses, el jefe del Kremlin ha conseguido a la vez mejorar sus relaciones con Par¨ªs y Berl¨ªn sin poner en peligro sus lazos relativamente privilegiados con la Casa Blanca.
Una de las razones del perd¨®n a Rusia es que Putin ha sido menos estridente en su oposici¨®n a los designios de EE UU que Chirac o Schr?der. La decisiva, sin embargo, es que Bush percibe a Mosc¨² como elemento imprescindible en la soluci¨®n de los contenciosos que m¨¢s le preocupan, se trate de la cruzada antiterrorista, de Corea del Norte -donde se valoran los oficios mediadores del Kremlin- o, sobre todo, de Ir¨¢n, cuya aventura nuclear militar, que obsesiona a la Casa Blanca, es inconcebible sin el uranio y la tecnolog¨ªa suministrados por el Kremlin. Putin dio ayer garant¨ªas al presidente estadounidense sobre el papel ruso, pero no accedi¨® a congelar su cooperaci¨®n con el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s. Por lo dem¨¢s, la agenda bilateral entre Washington y Mosc¨² carece en estos momentos de aristas, una vez que ambos han ratificado el tratado sobre reducci¨®n de sus arsenales estrat¨¦gicos firmado hace un a?o.
Lo preocupante es que Washington sea incapaz de aplicar el mismo rasero de ecuanimidad a sus relaciones con los dos pa¨ªses m¨¢s influyentes de la Uni¨®n Europea. En este sentido, Evian es una oportunidad para que Bush restablezca un nivel de comunicaci¨®n aceptable con Par¨ªs y Berl¨ªn. El ilimitado poder¨ªo militar estadounidense no tiene correspondencia en el terreno econ¨®mico, y los desaf¨ªos globales de nuestra ¨¦poca -desde el terrorismo hasta el sida, pasando por la situaci¨®n terminal de ?frica o las insoportables desigualdades del comercio- exigen la recomposici¨®n del entendimiento entre EE UU y la vieja Europa.
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