?Hacia d¨®nde va la econom¨ªa espa?ola? Competitividad y productividad
Los datos sobre coyuntura econ¨®mica indican que no estamos mal, sobre todo al compararnos con nuestros principales socios de la UE. La tasa de crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2003 ha sido del 2,1%, lejos del 3% que preve¨ªa el Gobierno para este a?o, aunque m¨¢s de un punto superior a la media de la UE. Pero la pregunta ?hacia d¨®nde va la econom¨ªa espa?ola? tiene una respuesta menos reconfortante.
Los factores que explican el crecimiento diferencial de Espa?a han llegado a su l¨ªmite. ?Cu¨¢nto m¨¢s dar¨¢ de s¨ª la demanda interna, dada la intensidad del aumento del endeudamiento de las familias? ?Cu¨¢nto m¨¢s tirar¨¢ la construcci¨®n, cuando los an¨¢lisis del Banco de Espa?a indican que al final de 2002 el precio de la vivienda estaba entre el 8% y el 17% por encima de su nivel de equilibrio a largo plazo? ?Cu¨¢nto m¨¢s podremos soportar el crecimiento del d¨¦ficit exterior?
"No hemos recuperado el nivel relativo de inversi¨®n en investigaci¨®n de principios de los 90. Hemos perdido mucho tiempo"
"Los ¨²ltimos datos se?alan un deterioro del 1,9% en la competitividad de nuestras exportaciones frente al conjunto de la OCDE"
Centr¨¦monos en este ¨²ltimo problema. Los ¨²ltimos datos se?alan un deterioro del 1,9% en la competitividad de nuestras exportaciones frente al conjunto de la OCDE. Una parte importante del deterioro se explica por la apreciaci¨®n del euro frente al d¨®lar. Por ello, frente al conjunto de pa¨ªses de la eurozona, el deterioro es del 1,1%, al no influir en este contexto la apreciaci¨®n del euro. Aqu¨ª reluce el principal factor del deterioro de nuestra competitividad: el importante y persistente diferencial de inflaci¨®n tanto con la UE como con la eurozona.
La inflaci¨®n acumulada en Espa?a desde 1997 es el 20,6%, muy superior al 13,2% de la eurozona. Esta brecha es a¨²n m¨¢s preocupante con nuestros principales socios comerciales: el doble que en Francia (10,4%) y m¨¢s del doble que en Alemania (8,7%). Esto ten¨ªa que acabar repercutiendo en nuestra competitividad exterior, y la tasa de evoluci¨®n de las exportaciones registra los resultados m¨¢s bajos en muchos a?os. Ahora, la apreciaci¨®n del euro no ha hecho sino desbordar una situaci¨®n ya muy deteriorada.
Hay consenso en que tenemos un problema de competitividad, causado b¨¢sicamente por nuestra inflaci¨®n. Algunos creen que la inflaci¨®n es un fen¨®meno estrictamente monetario. Aun as¨ª, recomiendan reducir los costes salariales, por si acaso esto fuese a tener alg¨²n efecto para combatir la inflaci¨®n. Y como la inflaci¨®n no es, de hecho, s¨®lo un fen¨®meno monetario, es posible que recortar los costes salariales ayude a reducirla. Pero, ?cu¨¢nto costar¨ªa romper a¨²n m¨¢s la paz social que ha presidido la moderaci¨®n salarial, principal factor explicativo de la reciente etapa de crecimiento econ¨®mico? Es m¨¢s, ?hasta d¨®nde estar¨ªa dispuesta a llegar la sociedad espa?ola para poder competir en costes laborales con los inminentes socios europeos del Este? ?ste es un camino que Espa?a no podr¨ªa recorrer sin un alto grado de conflictividad social con costes econ¨®micos considerables.
Para abordar nuestros problemas de competitividad es mucho m¨¢s ¨²til enfatizar algunas pol¨ªticas, entre las que destaca la contribuci¨®n p¨²blica a la mejora de la productividad privada. Desde 1997 la productividad del empleo en la eurozona ha crecido casi el doble que en Espa?a, que est¨¢ en la cola de la UE. ?En qu¨¦ no hemos hecho lo suficiente y habr¨ªa que hacer m¨¢s en este terreno? Hay que actuar sobre los principales factores que mejoran la productividad: la inversi¨®n en capital humano y en investigaci¨®n.
Es necesario aumentar el esfuerzo que dedicamos a la formaci¨®n. La poblaci¨®n con estudios secundarios en Espa?a no pasa del 20%. Aun as¨ª, el gasto educativo se ha reducido respecto al PIB. La mejora de la educaci¨®n en Espa?a requiere reformas de diferentes tipos; una de ellas es aumentar el esfuerzo inversor. Algo similar, a¨²n m¨¢s acentuado, sucede con la inversi¨®n en investigaci¨®n. Para 2003 se prev¨¦ que sea el 0,9% del PIB, muy por debajo de la media de la UE, que est¨¢ en torno al 2%. Es cierto que la investigaci¨®n es un bien superior y crece m¨¢s a medida que los pa¨ªses se hacen m¨¢s ricos. Pero en Espa?a a¨²n no hemos recuperado el nivel relativo de inversi¨®n en investigaci¨®n de principios de los noventa. Hemos perdido mucho tiempo en este terreno, y es necesario actuar con rapidez para recuperarlo.
Este tipo de pol¨ªticas no tiene efectos inmediatos. Pero buena parte de nuestros problemas actuales se deben a haberlas postergado desde hace a?os, lo que ahora pasa factura en t¨¦rminos de inflaci¨®n diferencial y p¨¦rdida de competitividad. Corregir esta postergaci¨®n contribuir¨ªa a que, dentro de alg¨²n tiempo, nuestros problemas no fuesen tan acentuados.
Germ¨¤ Bel es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Barcelona y diputado del PSC.
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