"A Jos¨¦ Luis Bilbao le seguir¨¢ explotando Azpiegitura"
Hablar de satisfacci¨®n en la familia L¨®pez es quedarse corto. El arquitecto Alberto L¨®pez (Erandio, 1947) estren¨® el lunes categor¨ªa de ciudadano, despu¨¦s de que el Tribunal Supremo fallara que en el caso Azpiegitura no hubo estafa. Desde Alicante, su nuevo destino, contesta gustoso a EL PA?S.
Pregunta. El Supremo ha subrayado "la temeridad y la mala fe" procesal con la que actu¨® el abogado de la Diputaci¨®n.
Respuesta. El abogado de Azpiegitura en este caso, el se?or Fernando Lamikiz, es un ejemplo paradigm¨¢tico de la perversi¨®n profesional a la que se puede llegar por dinero, servilismo y ambici¨®n desmesurada por el ¨¦xito. Para ello tergiverso y deform¨®, utilizando para ello sus conexiones con la prensa. Es el tipo de persona que muere de ¨¦xito.
"Hubo momentos en este caso en los que llegu¨¦ a pensar en quitarme de en medio"
P. La Diputaci¨®n tiene intenci¨®n de proseguir con la demanda civil presentada contra su empresa de entonces.
R. A Altau la llevaron a la quiebra total. De ella, en la ciudad solo quedan los edificios que proyect¨®. De todas maneras a m¨ª me gustar¨ªa que lo hicieran, porque yo dar¨¦ la batalla para defenderla. Y para ello cuento con la mejor de las defensas, que no es otra que la prueba pericial que estuvo en el centro de la causa penal.
P. Incluso la fiscal¨ªa le dio la raz¨®n en el primer juicio al retirar la acusaci¨®n.
R. Las cintas grabadas en los dos juicios y los documentos que las defensas presentaron para defender la inocencia de los imputados fueron una monta?a de razones frente a las que las acusaciones se estrellaron. La verdad es que no presentaron nada, absolutamente nada. Volver a defender aquellos argumentos, ser¨¢ una nueva oportunidad para desenmascarar la mala fe y las malas artes de Bilbao y su gente. ?Qu¨¦ me pueden hacer con su prepotencia? ?Montar otro juicio paralelo? ?Con la prensa por medio? ?Volver¨¢n a seguir tirando por la ventana el dinero p¨²blico?
P. Pues Jos¨¦ Luis Bilbao subraya que la Diputaci¨®n siempre ha actuado movida por la defensa "de los intereses p¨²blicos".
R. Supongo que por eso ha dilapidado en abogados y juicios cientos o miles de millones de pesetas de dinero publico, para aparecer como el vengador justiciero. Siempre he pensado que es un pol¨ªtico de esos que act¨²an sin ideolog¨ªa y sin escr¨²pulos. La pol¨ªtica para ellos se reduce al poder. Ser¨¢ capaz de decir cualquier cosa sin enrojecer. Incluso decir que actu¨® defendiendo los intereses p¨²blicos, cuando se gasto mas dinero en montar el tinglado, que toda la cantidad que se reclamaba. Y todo s¨®lo por intereses personales.
P. La sentencia de la Audiencia de Vizcaya hac¨ªa menci¨®n al problema que suponen los juicios paralelos de las causas judiciales en la prensa.
R. Las garant¨ªas de las que legalmente goza un imputado en el proceso penal pueden ser vulneradas no s¨®lo en el marco estricto del proceso, si no que con ellas pueden tambi¨¦n acabar la prensa y el poder ejecutivo, como sucedi¨® en este caso. Y la justicia no debe de consentirlo. Debe intervenir contra las presiones, los juicios paralelos y las filtraciones, porque todo esto afecta al derecho al juicio justo que todos tenemos. El problema no es que no fuera su competencia como dec¨ªa la sentencia de la Audiencia, el problema es que ante tal avalancha de presiones, los jueces tambi¨¦n tuvieron miedo y no protegieron nuestros derechos. Eramos los m¨¢s d¨¦biles.
P. Pero a la juez instructora el Poder Judicial le sac¨® la cara ante la avalancha de cr¨ªticas.
R. Menci¨®n aparte merece la juez, a la que todos vimos despacharse con la prensa en los juzgados, permitiendo que sus autos llegaran antes a la prensa que a las partes. En mi opini¨®n, el Poder Judicial deber¨ªa investigarla. La justicia nunca protegi¨® nuestros derechos constitucionales. Siempre se nos trato como a culpables. Ver pasearse a Lamikiz, a Bilbao y a su gente por las salas del Palacio de Justicia, parec¨ªa como si las salas fueran suyas. Nunca en mi vida sent¨ª tanta impotencia y tanta verg¨¹enza ajena por la justicia.
P. El problema es que al final el pagano de toda esta historia, aparte de ustedes, claro, es el ciudadano de a pie por las costas que deber¨¢ pagar.
R. Perdone, pero los paganos fuimos nosotros. Lo fueron y lo est¨¢n siendo mis hijos. Lo fue mi madre, que se fue apagando como una vela a lo largo del proceso. Lo fue mi compa?era arquitecta, Isabel Diego, a la que le fue en ello la vida, y a la que un Colegio de Arquitectos miserablemente plegado a la gran patronal que es la Diputaci¨®n, no le echo la mas m¨ªnima mano. Porque ese colegio, como otras muchas instituciones, como la prensa, tiene que pedir p¨²blicamente perd¨®n. Pagana es la ni?a hu¨¦rfana de Isabel. Lo fue tambi¨¦n I?aki [Ere?o], que ha salido de todo esto con su coraz¨®n hecho unos zorros. Lo fueron los catedr¨¢ticos de universidad, apartados de sus c¨¢tedras.
P. ?Se ve con fuerzas para iniciar alg¨²n tipo de batalla por la v¨ªa civil?
R. Trabajar¨¦ todos los d¨ªas, y despu¨¦s, a la hora del descanso, esperar¨¦ sentado en la puerta de mi casa hasta ver pasar por delante a Bilbao y sus gentes con la cabeza gacha.
P. Qu¨¦ le supuso a usted y a su empresa ser acusado e incluso ir a prisi¨®n por este caso?
R. Me lo quitaron todo. Llor¨¦ l¨¢grimas muy amargas de impotencia y de sentir que la gente te volv¨ªa la espalda, se avergonzaba de estar contigo o le daba miedo. Hubo momentos en que llegu¨¦ a pensar en quitarme de en medio. Pero pudo mi orgullo y mi rabia. Ser¨ªa dif¨ªcil caer mas bajo. Ahora el que tiene que tener miedo desde su trono es Bilbao. Tiene ya que estar durmiendo mal, s¨®lo con el temor a perderlo.
P. Creo que su hijo le va a llevar el caso. ?Sabe ya a lo que se enfrenta? Jos¨¦ Luis Bilbao, pr¨®ximo diputado general, acaba de obtener la mayor¨ªa absoluta.
R. ?so s¨®lo es pol¨ªtica, y a los pol¨ªticos tambi¨¦n les llega el momento en que dejan de mandar. Mi hijo es un gran abogado, tiene una enorme capacidad de trabajo y muy mala leche y adem¨¢s esta rodeado de compa?eros de Madrid y Alicante con mucho peso y experiencia. Tambien esta mi abogada de Bilbao, Miren Tubet, a quien nunca le agradecerle bastante sus esfuerzos, pues tengo que recordar, que cogi¨® el caso de oficio. En f¨ªn, que ahora ya no somos los incautos a los que Bilbao se llevo por delante. Y no vivimos en Vizcaya, ni estamos sometidos a chantajes fiscales como a los que nos sometieron. Este pa¨ªs es mas grande que el virreinato de Bilbao y tiene muchos otros tribunales. Bilbao ya no jugar¨¢ siempre sus partidos en casa. La liga, se?or Diputado, es muy larga y nosotros ahora estamos bien entrenados y ademas ahora, tenemos equipo.
P. De este tema ha hablado hasta Xabier Arzalluz. Dice que a Bilbao le han "dado un palo bien grande".
R. Es verdad. Con Arzalluz se podr¨¢ estar o no de acuerdo, pero a diferencia de Bilbao, que s¨®lo es listo, Arzalluz es culto e inteligente. La bomba de relojer¨ªa de Azpiegitura le seguir¨¢ explotando en la cara al flamante diputado, cuando menos se lo espere y como su punto d¨¦bil es su histerismo, acabar¨¢ metiendo la pata porque sus nervios le traicionar¨¢n. Eso es lo que espero.
P. Parece deducirse de sus palabras que tiene confianza en la justicia? No ser¨ªa mejor colgar los b¨¢rtulos y dedicarse s¨®lo al cartab¨®n, el r¨®tring y el papel cebolla.
R. No tengo ninguna confianza en la justicia. Pero creo en la defensa de los derechos de la gente. Quisieron presentarme como un arquitecto y empresario corrupto, pero los que me conocen, saben que desde mi adolescencia, gane o pierda, siempre he sido un luchador de causas sociales justas. Los articulistas ironizaban sobre m¨ª, como queriendo decir: "Mira como el arquitecto rojo, tambien mete la mano en la caja". Era l¨®gico que lo dijeran, la prensa era de ellos. Ahora se limitar¨¢n a cubrir la noticia de la absoluci¨®n, perdida entre un f¨¢rrago de otras noticias, y ma?ana a otra cosa. No dir¨¢n que yo no met¨ª la mano. Y tampoco dir¨¢n que me sigo sintiendo orgulloso de seguir siendo rojo. ?Qu¨¦ le vamos a hacer!
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