Historias f¨¢ciles
Se suele decir que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, sentencia en la que se trata de contrastar el universo gr¨¢fico y el universo verbal, dando una mayor validez al primero de ellos: lo evidente es m¨¢s eficaz que su comentario, lo dado a la intuici¨®n m¨¢s efectivo que lo que requiere de raz¨®n. Pero se suele ignorar que hay tambi¨¦n im¨¢genes verbales, no gr¨¢ficas, y que tambi¨¦n ¨¦stas son m¨¢s eficaces que mil palabras. Subrayo lo de eficaces, eludiendo toda referencia al valor, dos conceptos que en mi particular diccionario no son sin¨®nimos. La imagen verbal suele ser breve, f¨¢cilmente memorizable y, por lo tanto, repetible hasta la saciedad. No requiere de argumentos ni precisa nexos discursivos que establezcan una conexi¨®n l¨®gica entre sus diversas partes. Puede ser una historia breve, una simple caracterizaci¨®n moral, un estereotipo, una met¨¢fora de reconocimiento. En cualquier caso, es siempre el punto de partida o soporte para construir una historia f¨¢cil: f¨¢cil de comprender y f¨¢cil para establecer generalizaciones. La historia f¨¢cil m¨¢s eficaz es aquella que nos permite comprender el mundo y nos brinda de paso el mayor grado de autosatisfacci¨®n.
El problema del PSOE desde las ¨²ltimas elecciones es que no consigue encontrar una historia f¨¢cil que le sea favorable. Peor a¨²n, se est¨¢ topando con m¨¢s de una que le es absolutamente desfavorable. Tuvo ya problemas para dar con ella la noche misma del escrutinio electoral, mientras su oponente se le adelantaba, cort¨¢ndole las alas, con una historia contundente y comprensible: hemos ganado las elecciones; tantas alcald¨ªas, tantas presidencias auton¨®micas y adem¨¢s la perla de la corona. Ante tama?a claridad y contundencia, el PSOE no sab¨ªa hallar su propia historia que contrarrestara a aqu¨¦lla. Desde unas primeras impresiones triunfales, el transcurrir de la noche fue como la trayectoria de un globo que se desinflara, e incluso la sanci¨®n ¨²ltima, su baza, record¨® m¨¢s a un pretexto urdido para salvar los muebles que a la orgullosa declaraci¨®n de una victoria: hab¨ªan conseguido el mayor n¨²mero de votos y eran, por lo tanto, los ganadores. Cierto, hab¨ªan ganado por n¨²mero de votos, pero justito, y adem¨¢s no hab¨ªa grandes torres conquistadas, grandes nombres que a?adir a la vieja n¨®mina. Su n¨²mero de votos sonaba a una recogida de calderilla de ¨²ltima hora, migajas paisanas cogidas de aqu¨ª y de all¨ª e insuficientes para construir un relato sublime.
El PSOE no pudo elaborar una imagen convincente de su triunfo porque esa imagen le fue sustra¨ªda muy h¨¢bilmente. Hasta tres d¨ªas despu¨¦s de las elecciones no supimos con claridad que la otra perla de la corona era suya. El relato de su victoria llegaba con retrasos y balbuceos, pero llegaba al fin; hasta que a los pocos d¨ªas lo que lleg¨® fue la debacle, la historia del mayor desenga?o que conocen los tiempos de nuestra democracia. La historia f¨¢cil de la noche electoral, la historia que se nos cont¨® desde el poder, se recompon¨ªa, y adem¨¢s clarificada, por si alguien ten¨ªa duda alguna. Al Partido Popular -como tambi¨¦n en otra dimensi¨®n al PNV- se le podr¨¢ hundir toda la flota petrolera mundial ante sus costas, pero sabe muy bien que hay frases, relatos, im¨¢genes, que pueden quedar a salvo del chapapote y que son las que valen. Sabe que el rostro del poder se adereza con cuatro historias f¨¢ciles en las que puede caber toda la realidad pol¨ªticamente aprensible, y que esas cuatro historias nunca deben romperse. El poder depende de ellas.
A estas alturas de la comedia, no resulta f¨¢cil ir m¨¢s all¨¢ de lo evidente en lo ocurrido con los dos diputados traidores de la Asamblea de Madrid. Y lo evidente da pie a una historia f¨¢cil que pende como un sambenito sobre el Partido Socialista y de la que no consigue desprenderse: es el partido de los corruptos; no de los tr¨¢nsfugas, que en todas partes los ha habido, sino de los corruptos. Ignoro si ha existido alguna mano urdidora detr¨¢s de esta historia, aunque la oportunidad, los modos y la coherencia del relato son demasiado precisos como para dejarlo todo en manos del azar. Sea como sea, el PSOE sale de estas elecciones apresado en una historia f¨¢cil, a la que s¨®lo podr¨¢ contraponer otra historia f¨¢cil si desea ganar alg¨²n d¨ªa las elecciones. Una explicaci¨®n alambicada de lo ocurrido no podr¨¢ anular la imagen implacable que ha ca¨ªdo sobre ¨¦l. Tendr¨ªa que probar que su partido oponente lo es el de los corruptores, el de los corruptos legales y el de gente sin escr¨²pulos, el del nudo poder. Dif¨ªcil tarea, pero aun si lo lograra tendr¨ªa, eso s¨ª, que seguir limpiando. Su casa, por supuesto.
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