Crisis en los editores madrile?os por el nuevo responsable de CEDRO
Dimiten el presidente y dos vocales del Gremio de Madrid
El nombramiento de Josep Maria Puig de la Bellacasa como presidente del Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos (CEDRO) ha provocado una crisis en el Gremio de Editores de Madrid. Puig es el presidente del Gremio de Editores de Catalu?a, y los madrile?os aseguran que ha sido impuesto por los catalanes. Han dimitido el presidente del gremio madrile?o, Juan de Isasa, y los vocales Emiliano Mart¨ªnez y Ofelia Grande.
"Desde Barcelona se ha generado una crisis en Madrid", afirm¨® ayer Federico Ib¨¢?ez, de Castalia y l¨ªder de los peque?os editores de Madrid. "Nadie del gremio madrile?o estuvo de acuerdo en que Josep Maria Puig de la Bellacasa fuera el nuevo presidente de CEDRO, precisamente porque es el presidente del gremio de editores catalanes, y el Centro de Derechos Reprogr¨¢ficos no debe depender de una instituci¨®n tan fuerte, tiene que ser independiente".
La historia es muy compleja y ha dejado heridas abiertas en editores de ambos lados, que, como explic¨® Antonio Roche, de Biblioteca Nueva y ahora presidente en funciones del gremio madrile?o, "no se pueden tapar con esparadrapo, hay que dejarlas curar".
CEDRO, que defiende los derechos reprogr¨¢ficos de editores, autores, traductores y revistas, alterna, seg¨²n un pacto no escrito, un presidente que procede de los editores con otro de los autores, que permanece cuatro a?os en el cargo. Desde 1999 ocupaba el puesto el escritor Juan Moll¨¢, as¨ª que este junio tocaba renovar y deb¨ªa ser un editor el nuevo responsable. "Los colegas catalanes sugirieron que, ya que los anteriores presidentes de CEDRO hab¨ªan sido de Madrid, en esta ocasi¨®n ten¨ªa que ser un catal¨¢n", dijo Roche. Hasta aqu¨ª todos estuvieron de acuerdo.
Compaginar cargos
El conflicto empez¨® cuando se present¨® el nombre de Puig de la Bellacasa, director general de Ediciones Multimedia, que pertenece al Grupo Planeta. Roche reconoci¨® que los editores catalanes buscaron a otro candidato y se pens¨® en Josep Llu¨ªs Monreal, presidente del Grupo Oc¨¦ano, pero no fue posible. "Entonces, la junta directiva del gremio decidi¨® que fuera yo", declar¨® Puig de la Bellacasa, "ya que hab¨ªa sido durante cuatro a?os tesorero de CEDRO. En principio, s¨¦ que no es bueno compaginar las presidencias de CEDRO y del gremio de los editores catalanes, pero esto es lo que hay. Tambi¨¦n Juan Moll¨¢ fue presidente de CEDRO y de la Asociaci¨®n Colegial de Escritores".
Los editores madrile?os insistieron en que eso no era posible, pero coincidieron los consultados, no hubo negociaci¨®n posible. "Era ¨¦l o nada", afirm¨® Federico Ib¨¢?ez.
As¨ª la cosas, el presidente del Gremio de Editores de Madrid, Juan de Isasa, del Grupo SM, decidi¨® aceptar, aunque tampoco estaba de acuerdo. "Cuando fui presidente de la Federaci¨®n de Gremios se me propuso serlo tambi¨¦n de CEDRO y no acept¨¦. Pero creo que no se debe romper la baraja, al final se acepta y no pasa nada". Pero s¨ª paso, y De Isasa acab¨® dimitiendo y renunciaron tambi¨¦n dos vocales de la junta directiva: Emiliano Mart¨ªnez, de Santillana, y Ofelia Grande, de Siruela. "Present¨¦ mi renuncia por estar en desacuerdo con la actuaci¨®n y procedimiento seguidos para formar la candidatura a CEDRO, que, en mi opini¨®n, ha sido impuesta", afirm¨® Mart¨ªnez. Grande prefiri¨® no hacer declaraciones.
La guerra de los peque?os
El nombramiento de Josep Maria Puig de la Bellacasa al frente de CEDRO fue "el detonante final" de la dimisi¨®n del presidente del Gremio de Editores de Madrid, Juan de Isasa, seg¨²n afirm¨® ¨¦ste ayer, pero hay mucho m¨¢s. Hay una cuesti¨®n de fondo de c¨®mo deben funcionar los gremios, un problema de representatividad.
Cuando De Isasa, "por no romper la baraja", acept¨® la candidatura de Puig de la Bellacasa, los peque?os editores del gremio madrile?o exigieron tener dos representantes en la junta directiva de CEDRO en lugar de uno. La propuesta fue rechazada. Si entraba otro "peque?o independiente", se quedaba fuera un representante de las revistas. Los peque?os armaron la marimorena.
"Esto no es una ONG", declar¨® De Isasa. "Es una asociaci¨®n de empresarios que defienden intereses razonables. El d¨ªa que se vayan cuatro empresas grandes, se ha ido el 80% de la federaci¨®n". Antonio Roche, presidente en funciones del gremio madrile?o, opin¨® de manera parecida. "No se puede actuar asambleariamente. Yo s¨¦ que Biblioteca Nueva, mi editorial, no puede tener el mismo peso que el Grupo Planeta".
Federico Ib¨¢?ez, l¨ªder de los peque?os editores, disinti¨®. "Defend¨ª una mayor representaci¨®n de los independientes, porque cada vez son m¨¢s numerosos, porque han aparecido m¨²ltiples formas editoriales y creo que el futuro es de las microempresas frente a los grupos. En este sentido, hay una crisis de representatividad".
Puig de la Bellacasa coincidi¨® con sus colegas De Isasa y Roche. "La lucha de peque?os contra grandes parece inevitable, pero la pol¨ªtica de los grandes es ayudar a los peque?os. No se puede dar un espect¨¢culo bochornoso porque s¨®lo haya en la junta de CEDRO un representante de los independientes".
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