Una investigaci¨®n halla las claves gen¨¦ticas que provocan la met¨¢stasis en el c¨¢ncer
El equipo del cient¨ªfico Joan Massagu¨¦ explora una nueva v¨ªa para futuros tratamientos
No existe un ¨²nico gen responsable de las met¨¢stasis, los temidos tumores secundarios que aparecen en ¨®rganos vitales a veces a?os despu¨¦s del tumor original y que causan la mayor parte de las muertes por c¨¢ncer. Lo que existe es un "paquete de genes", algo as¨ª como una caja de herramientas, que posibilita que la c¨¦lula tumoral se instale en un punto distante y modifique su entorno para proliferar y formar un nuevo tumor. As¨ª se desprende de una laboriosa investigaci¨®n dirigida por Joan Massagu¨¦, director del programa de Biolog¨ªa Celular del prestigioso Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, que publica hoy la revista cient¨ªfica Cancer Cell.
Los resultados obtenidos sugieren que la combinaci¨®n de genes no s¨®lo es espec¨ªfica de cada paciente sino que, adem¨¢s, lo es de cada ¨®rgano afectado y podr¨ªa serlo de cada tipo de tumor descrito. El trabajo aporta pistas de enorme valor para el desarrollo de nuevas terapias.
"Es la investigaci¨®n m¨¢s importante de nuestro laboratorio en los ¨²ltimos cinco a?os", resume el investigador catal¨¢n, uno de los m¨¢s citados del mundo en el ¨¢rea biom¨¦dica por sus decisivas contribuciones en la biolog¨ªa del c¨¢ncer. "Aunque lo que se publica no es m¨¢s que un caso concreto", a?ade, "establece una sistem¨¢tica y un m¨¦todo generales para la caracterizaci¨®n de cualquier tipo de met¨¢stasis en cualquier paciente".
Los chips de ADN, unos peque?os dispositivos que permiten visualizar los genes que est¨¢n activos en un tejido determinado, han revelado las combinaciones de genes que causan las met¨¢stasis. Cuando se bloquea la acci¨®n de uno o varios de esos genes la c¨¦lula tumoral pierde parte de su capacidad para colonizar y proliferar en puntos distantes, lo cual aporta pistas "de extraordinario inter¨¦s" para futuras terapias.
Los experimentos del equipo de Massagu¨¦, en los que tambi¨¦n ha intervenido el pat¨®logo molecular espa?ol Carlos Cord¨®n-Cardo, se han fundamentado en la l¨ªnea celular MDA-MB-231, perteneciente a una enferma de c¨¢ncer de mama ya fallecida y que se utiliza de forma regular como modelo para el estudio, entre otros, de las met¨¢stasis de hueso derivadas de este tipo de tumor. La l¨ªnea celular fue inyectada al torrente sangu¨ªneo de ratones inmunodeprimidos con el objetivo de provocar met¨¢stasis en hueso y luego caracterizar los genes de las c¨¦lulas con actividad tumoral.
A pesar de que en la literatura cient¨ªfica existe la descripci¨®n de numerosos genes considerados candidatos a provocar met¨¢stasis, el equipo de Massagu¨¦ ignor¨® deliberadamente esa informaci¨®n. "Quer¨ªamos ver qu¨¦ genes presentan actividad por encima de lo normal", dice el investigador.
En sucesivas etapas, Massagu¨¦ fue comprobando c¨®mo emerg¨ªa un reducido grupo de genes que actuaban de forma "necesariamente colaborativa", como si uno a uno fueran incapaces de provocar las met¨¢stasis. La comprobaci¨®n se extendi¨® incluso para el caso de tumores primarios cuya firma gen¨¦tica se?alaba "pobre prognosis", es decir, un indicativo bajo de agresividad, algo que no ha sorprendido al investigador. La firma gen¨¦tica se basa en indicadores que se?alan el nivel de agresividad de un tumor y apuntan la probabilidad de que acabe provocando met¨¢stasis, pero "nada dice de las herramientas" que precisa la c¨¦lula tumoral para formarlas.
"Nuestra contribuci¨®n no s¨®lo se?ala los genes que muestran mayor actividad, sino que aclara los mecanismos a trav¨¦s de los cuales la c¨¦lula metast¨¢sica adquiere la capacidad de serlo". En el caso de las met¨¢stasis ¨®seas del c¨¢ncer de mama, el objeto central de su investigaci¨®n, los cient¨ªficos han visto que los genes sobreexpresados son los mismos que en c¨¦lulas sanas contribuyen a la formaci¨®n de nuevos vasos sangu¨ªneos, facilitar el movimiento de c¨¦lulas dentro de los tejidos, alimentar tejidos que crecen o posibilitar que c¨¦lulas que circulan por el torrente sangu¨ªneo se alojen en la m¨¦dula ¨®sea.
Un nivel de actividad superior a lo normal de estos mismos genes (entre ellos la interleuquina 11 y el factor CTFG) en las c¨¦lulas tumorales provoca, entre otros fen¨®menos, la destrucci¨®n de la matriz extracelular, que mantiene unidas a las c¨¦lulas sanas, la r¨¢pida formaci¨®n de nuevos vasos sangu¨ªneos (angiog¨¦nesis) y la disoluci¨®n del hueso. Dicho de otro modo: las c¨¦lulas, una vez ancladas, "escupen" prote¨ªnas que modifican su microentorno inmediato para facilitar el crecimiento de un nuevo tumor.
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