La huelga del metal en el este de Alemania afecta ya a la industria del autom¨®vil del oeste
BMW reduce su producci¨®n, y Volkswagen estudia la misma medida por falta de suministros
Una de las empresas en huelga, la Federal Mogul en Dresde, ha llegado incluso a organizar un puente a¨¦reo con helic¨®pteros para facilitar la posibilidad de trabajar a los obreros que no siguieron las ¨®rdenes del sindicato.
La huelga se endurece en el Este de Alemania y tiene un efecto domin¨® sobre la industria del autom¨®vil en el Oeste, que se queda sin abastecimiento de las f¨¢bricas del Este. Obreros de la BMW en Baviera manifestaban ante las c¨¢maras de televisi¨®n su indignaci¨®n por quedarse sin trabajo como consecuencia de la huelga de sus colegas del Este. Los patronos del metal amenazan con que est¨¢n en peligro los puestos de trabajo y advierten de que est¨¢n dispuestos a replantearse la pol¨ªtica de inversiones en el Este de Alemania. Desde la reunificaci¨®n, los fabricantes de autom¨®viles invirtieron en el Este 10.500 millones de euros.
Condena
Pol¨ªticos del Gobierno y la oposici¨®n han formado una especie de gran coalici¨®n al condenar la huelga y echar pestes contra el IG Metall. En contra de los usos habituales en Alemania de dejar a las partes, sindicatos y patronos, la negociaci¨®n salarial, los pol¨ªticos se pronuncian de forma abierta. El fin de semana el canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der (SPD), advirti¨® de la necesidad de llegar a un acuerdo y dijo que no entend¨ªa la huelga en estos momentos de crisis de la econom¨ªa. Su contrincante derrotado en las elecciones generales del pasado 22 de septiembre, el primer ministro socialcristiano de Baviera, Edmund Stoiber (CSU), manifest¨®: "Una huelga en esta situaci¨®n encaja en el paisaje lo mismo que una nevada en verano". El democristiano Georg Milbradt, primer ministro de Sajonia, atac¨® con dureza al IG Metall, al que acusa de querer hundir la econom¨ªa de ese Estado federado, muy afectado por las huelgas.
Los empresarios acusan al IG Metall de haber importado piquetes del Oeste de Alemania para impedir la entrada a los obreros que no quieren hacer huelga. Un tribunal oblig¨® a dejar un callej¨®n de al menos tres metros para que pasen los obreros que quieren trabajar y amenaz¨® al presidente del IG Metall, Klaus Zwickel, con una multa o pena de c¨¢rcel por la actuaci¨®n de los piquetes.
Guerra a los piquetes
El enfrentamiento es duro. As¨ª, por ejemplo, la direcci¨®n de la planta de fabricaci¨®n de Dresde, en el Este de Alemania, de la empresa Federal Mogul, que produce piezas para los coches de Daimler Benz y Renault, entre otros, ha declarado la guerra a los piquetes de IG Metall. Para asegurar la producci¨®n, un centenar de trabajadores duerme en el interior de la f¨¢brica. Adem¨¢s, la empresa ha organizado un puente a¨¦reo con helic¨®pteros para introducir alimentos y para que entren los que desean trabajar.
Friedel Martiny, gerente de la planta donde trabajan unos 350 asalariados, se considera sitiado por los piquetes. En conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S, Martiny se mostraba combativo. A la objeci¨®n de si no costaba m¨¢s caro hacer llegar a los obreros con helic¨®pteros que soportar la huelga, respondi¨®: "No nos fijamos en eso. No es tan caro como se piensa. Se trata de emitir una se?al pol¨ªtica, tambi¨¦n hacia nuestros clientes, de que somos capaces de asegurar los suministros. Si tenemos que renunciar a los clientes, tendremos muchos problemas. Por eso hacemos todo lo posible para atender los pedidos".
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