Una exposici¨®n muestra la capacidad de inspiraci¨®n del ajedrez en el arte
La Gilbert Collection de Londres exhibe 19 juegos de Duchamp, Man Ray y otros artistas
"No todos los artistas son jugadores de ajedrez, pero todos los ajedrecistas son, indudablemente, artistas", proclam¨® en 1952 Marcel Duchamp, pionero del conceptualismo moderno y confeso maniaco del popular juego de mesa. En una singular exposici¨®n en la Gilbert Collection, ubicada en Somerset House de Londres, se exploran m¨¢s de cien a?os de interconexi¨®n entre el ajedrez y los creadores art¨ªsticos, en particular los exponentes del arte moderno y contempor¨¢neo. Se han reunido 19 juegos creados por Duchamp, Man Ray, Yoko Ono y Damien Hirst, entre otros.
"Estoy preparado para convertirme en un maniaco del ajedrez", escribi¨® Marcel Duchamp
"El tablero de ajedrez nos proporciona un escenario en el que se pueden contar m¨²ltiples historias"
La disposici¨®n de las figuras sobre los tableros traza un movimiento de una partida virtual entre Napole¨®n y el general Bertrand en la isla de Santa Helena en 1820. El exiliado emperador mueve blancas y, en la jugada final, sobre un dise?o de Maurizio Cattelan, con figuras en la imagen de Hitler, Al Capone, Superman o la Madre Teresa, su reina amenazar¨¢ con un jaque mate al rey de su rival. La ap¨®crifa partida da pie a la Gilbert Collection a ordenar cronol¨®gica y estil¨ªsticamente los 19 juegos de ajedrez, en la exposici¨®n El arte del ajedrez, deteni¨¦ndose en los hitos m¨¢s relevantes en la evoluci¨®n de este peculiar arte desde el siglo XIX hasta nuestros d¨ªas. A lo largo de cuatro salas se exponen desde el ¨²nico Faberg¨¦ dise?ado en la Rusia zarista hasta dise?os carentes de elementos decorativos de la Bauhaus o las grotescas figuras de los hermanos Jake y Dinos Chapman, una versi¨®n diminuta de sus pol¨¦micas esculturas de adolescentes er¨®ticamente transfigurados.
La muestra se abre hoy al p¨²blico con una partida entre dos estrellas del juego, el ucranio Sergei Karjakin y el brit¨¢nico David Howell, de 13 y 12 a?os, respectivamente.
"El tablero de ajedrez", escribe en el cat¨¢logo de la exposici¨®n Ernst Strouhal, profesor de la Universidad de Viena, "nos proporciona un escenario en el que se pueden contar m¨²ltiples historias. Nos habla del orden de las sociedades, de la lucha del hombre con la muerte, sobre amor y sexo y sobre la forma en que se desarrolla el juego de la pol¨ªtica".
En los juegos expuestos en Londres se contraponen ideolog¨ªas pertinentes a cada fase hist¨®rica. As¨ª, tras la revoluci¨®n rusa de 1917, la escultora Natalia Danko y su hermana Yelena se hacen eco del llamado estilo proletario en dos prototipos: Capitalistas contra comunistas y Ciudad y campo. En este ¨²ltimo, con figuras de porcelana, el rey y la reina est¨¢n representados como trabajadores de una f¨¢brica; los peones, como bombillas de luz; las torres, como contenedores de agua... Las fichas contrarias adoptan equivalentes rurales, como silos de grano en el caso de las torres y botellas de leche para los peones.
Cinco d¨¦cadas m¨¢s tarde, Yoko Ono brindar¨ªa un homenaje al pacifismo con Juego de ajedrez blanco, donde desaparece la rivalidad crom¨¢tica. "Para jugar", advierte la entonces portavoz del movimiento Fluxus, "siempre que se pueda recordar la posici¨®n de las piezas". Su dise?o, en madera barnizada en blanco, incluye mesa y sillas.
Las connotaciones ideol¨®gicas perduran hasta nuestros d¨ªas. En Juego de cocina, del californiano Paul McCarthy, botellas de salsa de tomate, zumo y agua, adem¨¢s de restos dom¨¦sticos como un salero, un lim¨®n o un mechero, toman posiciones sobre un tablero rescatado del suelo de la cocina de su creador. El conjunto de piezas resta cualquier noci¨®n del ajedrez como juego elitista y parece un simulacro de la sociedad consumista.
Enlaza tambi¨¦n con los readymade de Duchamp. En particular, con un dise?o de 1937 que el artista franc¨¦s identific¨® como "ajedrez mental". "Estoy preparado para convertirme en un maniaco del ajedrez. Todo mi entorno toma la forma del rey o la reina, y el mundo exterior no tiene m¨¢s inter¨¦s para m¨ª que su transformaci¨®n en posiciones ganadoras o perdedoras", escribi¨® en 1919, al instalarse en Buenos Aires para dedicarse de lleno al ajedrez.
A partir de entonces, el juego de mesa ser¨ªa una obsesi¨®n para Duchamp, que lleg¨® a competir profesionalmente y obtener el t¨ªtulo de maestro en el torneo franc¨¦s de 1925. Con sus manos tall¨® unas figuras en madera relativamente tradicionales, y en 1943, un juego de cartera con fichas planas y 64 perforaciones a modo de escaques. Su amigo Man Ray se interes¨® m¨¢s por el dise?o que por el juego, y entre sus creaciones destaca una colecci¨®n de figuras abstractas que present¨® en la exposici¨®n Im¨¢genes del ajedrez, en 1944, en Nueva York. De esta muestra tambi¨¦n se ha recuperado un juego de viaje de Alexander Calder, con piezas construidas con clavos y restos del mango de una escoba.
El juego del ajedrez no s¨®lo ha inspirado a artistas pl¨¢sticos, sino, como se?ala el profesor Strouhalt, "ha producido una poderosa resonancia cultural, como met¨¢fora en la literatura y filosof¨ªa y como inspiraci¨®n de la pintura y las artes aplicadas". Lewis Carroll habla de ajedrez en su cuento A trav¨¦s del espejo y J. K. Rowling introduce una partida entre los obst¨¢culos que debe superar Harry Potter para vencer al mal.
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