Una excursi¨®n para resolver las dudas

?Qui¨¦n se ha llevado mi queso? fue un ¨¦xito de ventas hace un par de navidades. Los responsables de muchas empresas se volvieron locos por esta f¨¢bula que a trav¨¦s de dos ratoncitos ejemplificaba la teor¨ªa del cambio en las organizaciones. La misma editorial que se apunt¨® este ¨¦xito ha reeditado en Espa?a un t¨ªtulo anterior del mismo autor, el estadounidense Spencer Johnson.

S¨ª o no. Gu¨ªa pr¨¢ctica para tomar decisiones se olvida de los animales y recurre a un joven "brillante" para protagonizar su historia. Un joven abrumado por las decisiones que debe tomar y empe?ado en acertar con ellas para tener m¨¢s ¨¦xito y reducir el estr¨¦s.

El proceso de aprendizaje de este protagonista sin nombre es una excursi¨®n -La Excursi¨®n, escribe el autor-, un encuentro con un gu¨ªa "extraordinario", hombre de negocios de ¨¦xito y famoso excursionista, que tiene el secreto -un m¨¦todo de autoayuda- para ser eficaz en la toma decisiones. A lo largo de la ascensi¨®n y descenso a una monta?a se lo transmitir¨¢ al joven.

El autor comienza con algunas lecciones b¨¢sicas sobre el asunto. Y un tanto obvias. La primera es que para tomar una decisi¨®n mejor hay que abandonar otra desafortunada. La segunda, que toda mala decisi¨®n se explica porque quien la toma confunde con realidades lo que son s¨®lo ilusiones.

Con estas m¨¢ximas en la mochila, el joven puede inciar su ascenso. Empieza el juego. El autor propone un sistema de preguntas, f¨¢cil y aplicable a todas las decisiones. Eso s¨ª, s¨®lo se pueden responder con un s¨ª o un no. No valen medias tintas.

La primera es casi metaf¨ªsica: ?estoy atendiendo a una necesidad real con la decisi¨®n que voy a tomar? Seg¨²n el autor, hay que distinguir entre necesidades y deseos y decir no a todo lo que no ayude a conseguir ese objetivo verdadero. La capacidad para decidir depende, pues, de lo claro que se tiene el objetivo, por lo cual el sistema puede resultar inservible si la confusi¨®n est¨¢ en este punto.

Esta pregunta pr¨¢ctica implica otras dos cuestiones insoslayables: ?me estoy informando de las opciones disponibles? y ?lo estoy pensando a fondo? A fuerza de repertirlas a lo largo de la primera parte del libro, ning¨²n lector podr¨¢ olvidarlas.

?sta es s¨®lo la primera parte del sistema, la parte pr¨¢ctica. La segunda se basa, c¨®mo no, en otra pregunta, si bien m¨¢s personal: ?refleja mi decisi¨®n que estoy siendo honesto conmigo mismo, que conf¨ªo en mi intuci¨®n y que merezco algo mejor?

Es el equilibrio entre esa parte racional -?usa la cabeza!- y la emocional -?consulta al coraz¨®n!- el ¨²nico camino para tomar una decisi¨®n mejor. Y luego, claro, actuar en consecuencia.

Lleno de peque?os res¨²menes y esquemas pr¨¢cticos para que a ning¨²n lector se le escape la f¨®rmula m¨¢gica, el libro se acerca mucho a cualquiera de autoayuda, con m¨¢ximas repartidas por todas sus p¨¢ginas para que el lector se las pueda repetir a s¨ª mismo cuantas veces quiera. De lectura r¨¢pida y f¨¢cil -abundan los di¨¢logos imposibles entre maestro y alumno y entre ¨¦ste y sus compa?eros de excursi¨®n-, resulta sin embargo pesado por momentos. Para algunos se trata de filosof¨ªa basura; para otros, de un estilo did¨¢ctico. Para el autor, sin un duda, un fil¨®n que, a?os m¨¢s tarde de este intento, le ha convertido en un escritor de best-sellers.