El imperio de Kelme se tambalea
Un pleito por despido saca a relucir la dif¨ªcil situaci¨®n financiera de la multinacional ilicitana
El grupo Kelme, dedicado a la fabricaci¨®n y comercializaci¨®n de prendas y calzado deportivo, atraviesa una situaci¨®n delicada, pr¨®xima a la quiebra. El fulgurante ¨¦xito de la marca creada en 1977 se tambalea. El consejero delegado, en el curso de un pleito por despido, asegur¨® que el grupo arrastra unas deudas de 32 millones de euros y registr¨® unas p¨¦rdidas de cinco millones en los dos ¨²ltimos ejercicios. Ni siquiera una inyecci¨®n de fondos avalada por la Generalitat Valenciana logr¨® detener la sangr¨ªa. La otra parte denuncia beneficios no reconocidos.
"La situaci¨®n de Kelme roza la quiebra t¨¦cnica y la operatividad de la entidad se debe a la voluntad de las entidades bancarias", dice la empresa
El asalto al mercado japon¨¦s, los centros de producci¨®n en Rusia o la creaci¨®n de un equipo de atletismo jalonan su historia empresarial
Una peque?a empresa fundada en 1963 para fabricar y comercializar calzado en general, como cientos de otras que nacen y mueren cada a?o en Elche, Elda y otras localidades de las comarcas alicantinas del Vinalop¨®, se convirti¨® en plataforma del lanzamiento de Kelme en 1977. Y la apuesta por la marca funcion¨®.Los hermanos Jos¨¦ y Diego Quiles levantaron una aut¨¦ntica multinacional. Los zapatos de tiempo libre y el patrocinio de alevines de futbolista dieron paso al calzado deportivo en 1979 y a la creaci¨®n de un equipo ciclista profesional. El ¨¦xito de la marca fue tal que la empresa ampli¨® el negocio a las prendas deportivas en 1983.
El asalto al mercado japon¨¦s, las negociaciones para montar centros de producci¨®n en Rusia, que cristalizaron en 1995, o la creaci¨®n de un equipo de atletismo, en 1987, que inclu¨ªa figuras como Sandra Myers o Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez, jalonan una historia empresarial que acumulaba un ¨¦xito tras otro.
Nueve empresas distintas constituyen el grupo Kelme en la actualidad. Las filiales se extienden desde Brasil a Rusia o Estados Unidos, con presencia en nueve pa¨ªses. Kelme cuenta con distribuidores en Suecia, en Singapur y en otros siete pa¨ªses que no alcanzan sus filiales. Y esgrime con orgullo los logros de sus equipos de dise?o en la mejora de calzados deportivos.
Cuando el sector del calzado empez¨® a sufrir la cruda competencia asi¨¢tica, que se aprecia notablemente desde hace un par de a?os en Elche y su comarca, los peque?os industriales miraban con envidia a los vecinos que hab¨ªan logrado constituir una marca. Pero tambi¨¦n los grandes empezaron a sufrir.
Los problemas del grupo han salido a luz con crudeza a lo largo de la semana pasada en el curso de un pleito por el despido de un trabajador en Elche.
Javier V¨¢zquez-Doredo, un ejecutivo que se incorpor¨® al grupo como consejero delegado hace apenas un a?o, explic¨® abiertamente ante el tribunal que el grupo arrastra deudas por valor de 32 millones de euros y que los dos ¨²ltimos ejercicios se han cerrado con p¨¦rdidas superiores a cinco millones de euros que, seg¨²n sus datos, se extiende a las nueve empresas del grupo.
La empresa lleg¨® a presentar un informe pericial en el juzgado que afirmaba sin ambages: "Hoy por hoy, la situaci¨®n de Kelme roza la quiebra t¨¦cnica y la operatividad de la entidad se debe a la voluntad de las entidades bancarias, porque si ejecutan sus cr¨¦ditos s¨®lo quedar¨¢ cerrar las puertas". El perito a?ad¨ªa que las ¨²ltimas inversiones del grupo "no se hab¨ªan realizado conforme a la teor¨ªa financiera b¨¢sica".
V¨¢zquez-Doredo cit¨® sucesivas ca¨ªdas de ventas desde 1999, cuando el grupo facturaba 55 millones de euros, hasta 2002, cuando la facturaci¨®n alcanz¨® 38 millones. Y explic¨® que la situaci¨®n del grupo se complic¨® con la adquisici¨®n de un edificio para la sede social del grupo sobre una parcela de 22.000 metros cuadrados en Elche Pol¨ªgono Industrial valorado en nueve millones de euros; con una serie de inversiones en filiales de otros ocho millones y con la compra de instalaciones para nuevas factor¨ªas de Kelme en Rusia, que consumieron otros diez millones de euros.
Las fallidas decisiones inversoras llevaron al grupo casi al paroxismo en mayo de 2002, cuando la deuda acumulada creci¨® hasta los 43,5 millones. La suspensi¨®n de pagos se salv¨® gracias a los malabarismos de la Generalitat Valenciana. El Instituto Valenciano de Finanzas, una entidad p¨²blica, aval¨® un cr¨¦dito de nueve millones de euros al grupo Kelme que asumieron Bancaixa y la CAM, las dos grandes cajas de ahorro valencianas.
Al tiempo se renegociaron otros 14,4 millones de euros de deuda con diversas entidades bancarias. Los 23,4 millones de obligaciones parec¨ªan asumibles. Pero la inyecci¨®n de fondos nunca lleg¨® a las arcas de la multinacional ilicitana.
El administrador impuesto por la Generalitat Valenciana en Kelme, Jorge Reig, explic¨® que el dinero sirvi¨® en su momento para cancelar deudas pendientes con las propias entidades que concedieron el cr¨¦dito. El grupo s¨®lo ingreso 1,5 millones.
La Generalitat Valenciana impuso la profesionalizaci¨®n de la direcci¨®n de la empresa de los hermanos Quiles, que arrastraban una serie de fracasos. La oficina comercial de Kelme en Miami, que dirig¨ªa el hijo de uno de los propietarios, acumul¨® tal volumen de p¨¦rdidas que tuvo que cerrar sus puertas. Los Quiles tambi¨¦n llevaron a cabo una serie de inversiones inmobiliarias sin acierto. La familia adquiri¨® m¨¢s de 2,2 millones de metros cuadrados de suelo entre los t¨¦rminos municipales de Alicante y Elche. La compra del terreno, en principio destinado a la edificaci¨®n, supuso otro golpe a las finanzas familiares, puesto que fue catalogado como zona de inter¨¦s ecol¨®gico y protegido por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que proh¨ªbe la edificaci¨®n.
Pero el aparente desastre fue puesto en entredicho por el representante legal del trabajadore despedido, quien lleg¨® a afirmar que Kelme no registra el 50% de los ingresos que obtiene. El abogado mostr¨® ante la magistrada varias facturas donde el precio de venta de los productos no alcanza ni la mitad del valor medio de fabricaci¨®n y otras varias emitidas a clientes donde no se refleja el IVA abonado.
El clandestinaje, la econom¨ªa sumergida, es una tradici¨®n en la comarca. Pero el volumen del grupo y el calibre de la marca exige nuevos modos. Y el consejero delegado esgrime un plan de saneamiento para reducir la deuda a nueve millones en 2008 y augura una evoluci¨®n positiva del margen operativo, pero pide dos a?os "hasta alcanzar el equilibrio y crecimiento deseado".
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