Vidas moldeadas por el barro
Empresarios y trabajadores de ladrillares de Sevilla se resisten al cierre de sus f¨¢bricas
"La Giralda est¨¢ hecha con estos ladrillos", asegura Antonio Le¨®n, empresario de 69 a?os, mientras los se?ala. En un camino bacheado que corre paralelo a la ribera del Guadalquivir entre Tomares, Camas y San Juan de Aznalfarache se localizan los tres ladrillares que trat¨® de cerrar el martes la Consejer¨ªa de Medio Ambiente porque "carecen de licencia y representan un peligro para la salud". Los t¨¦cnicos, la Guardia Civil y la polic¨ªa fueron recibidos con una barricada de pal¨¦s de madera y la oposici¨®n de m¨¢s de un centenar de trabajadores. Las fuerzas de seguridad optaron por levantar acta y marcharse dada la tensi¨®n. Medio Ambiente afirma que no se trata de algo sorpresivo, sino que parte de 1995. Y asegura que desde la resoluci¨®n del ¨²ltimo expediente, en diciembre de 2002, ha enviado cuatro avisos para que cesasen voluntariamente sus actividades. S¨®lo una de las 11 f¨¢bricas en total afectadas ha cerrado.
La f¨¢brica de los Le¨®n es un negocio familiar. Anselmo Gelo, conocido de la familia, de 64 a?os, lleva 50 dando forma a los ladrillos de adobe. Es peque?o y delgado como un junco y tiene la piel cuarteada por el sol y la vida. Dice que tiene el "bicho del ladrillo dentro" y que no sabe hacer otra cosa. El trabajo es duro, unas 14 horas cada d¨ªa. La jornada empieza a las cuatro de la madrugada. Amasan el barro y le a?aden c¨¢scaras de arroz para darle consistencia, luego, con un molde de dos piezas le dan forma y lo dejan secar. Cuando cuajan las piezas las levantan y transportan al horno en una carretilla para cocerlas. Ellos son toda la maquinaria. Es un trabajo de temporada, afirma Le¨®n, porque en d¨ªas de mal tiempo el ladrillo no seca y por eso su temporada es el verano. Los ladrillos, de tipo r¨²stico, se venden a unos 15 c¨¦ntimos.
Instalaciones ilegales
Lucrecio Fern¨¢ndez, secretario de la Delegaci¨®n de Medio Ambiente, asegura que se trata de instalaciones ilegales, sin licencias, que carecen de autorizaci¨®n, y que, adem¨¢s, se niegan a someterse a un informe ambiental.
Cuatro de las f¨¢bricas tienen previsto pedir la suspensi¨®n de la orden de cierre. Estas empresas sostienen que Medio Ambiente no ha probado en ning¨²n an¨¢lisis que el humo que emiten sea "pernicioso", aunque admiten que s¨ª "puede ser molesto".
El empresario Manuel Erena afirma que muchos de los trabajadores no han hecho otra cosa en su vida y que se ver¨¢n abocados a la ruina. Los afectados han lanzado la idea de que la Junta ofrezca una l¨ªnea de cr¨¦dito para que las empresas compren hornos el¨¦ctricos o de gas.
Medio Ambiente asegura que la idea de los hornos el¨¦ctricos depende de la presentaci¨®n de un proyecto t¨¦cnico, que no se ha expuesto, y que las empresas deber¨ªan haber ofrecido informes sobre las mediciones de sus emisiones, que no han realizado. "Estamos al final de un proceso administrativo" que viene de largo, dice Fern¨¢ndez, quien a?ade que los empresarios han tenido tiempo para acondicionar sus instalaciones. "Tambi¨¦n nos debemos a los ciudadanos que han denuncias las columnas de humo en la SE-30", concluye.
Le¨®n dice que no se utilizan gomas ni pl¨¢stico porque tizna el adobe, igual que la pintura. "El ladrillo", explica, "se cose con calor, no con llamas, que es lo que produce el pl¨¢stico". Asegura que naci¨® all¨ª mismo, en un cuarto. "Si nos cierran, se acab¨®, nadie quiere un trabajo tan duro".
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