Hedningarna acerca a Ortigueira el hechizo de los bosques escandinavos

El grupo sueco-fin¨¦s Hedningarna celebra sus 15 a?os de vida sobre los escenarios en un conf¨ªn tan sugerente como su tel¨²rico h¨¢bitat natural. Los Paganos -que as¨ª se traduce el nombre de este sexteto- constituyen una de las mayores atracciones en la presente edici¨®n del Festival de Ortigueira (A Coru?a), que se prolonga durante todo este pr¨®ximo fin de semana con un cartel espectacular.

Adem¨¢s de los escandinavos, actuar¨¢n a orillas del cabo Ortegal los irlandeses Altan, el gaitero Hevia y la h¨²ngara M¨¢rta S¨¦besty¨¦n, ma?ana; Xos¨¦ Manuel Budi?o y Shooglenifty, el s¨¢bado, y Rare Folk, Faltriqueira, Fanfare ?iocarlia y Wolfstone, la noche del domingo.

"Nuestra m¨²sica es una mezcla de poes¨ªa y material org¨¢nico", explica el violinista y luthier Anders Norudde. "Evoca los latidos de la tierra, el misterio de los bosques finlandeses o el aroma y la textura de la madera sueca. Pretendemos que el resultado de todo ello sea un pu?ado de melod¨ªas vigorosas, pero a la vez profundas y llenas de sentimientos". Norudde y los dem¨¢s hechiceros de Hedningarna podr¨¢n presentar en Ortigueira el contenido de su m¨¢s reciente publicaci¨®n, 1989-2003, un repaso por lo mejor de sus cinco ¨¢lbumes con un par de temas in¨¦ditos.

"Muchos m¨²sicos nos han confesado su fascinaci¨®n por Ortigueira, y eso no ha hecho sino agrandar nuestra curiosidad", reconoce la finlandesa Liisa Matveinen, una de las dos vocalistas de la banda. Y a?ade: "Por el norte de Europa encuentras un p¨²blico muy pudoroso. Tras la actuaci¨®n se acercan a decirte que les ha parecido fant¨¢stico, pero durante el concierto parecen estar a punto de dormirse. En Espa?a han comprendido que nuestra m¨²sica, siendo seria, no necesita escucharse de un modo reverencial".

Hedningarna ha consumido cuatro a?os desde la aparici¨®n de su anterior trabajo de estudio, Karelia visa (1999), pero en esta gira adelantar¨¢n ya algunos ingredientes de su futura producci¨®n discogr¨¢fica. "Estamos trabajando en m¨²sicas con cien o doscientos a?os de antig¨¹edad, para luego improvisar a nuestra manera", resume Norudde. "Indudablemente, el resultado no es el mismo que esperar¨ªan escuchar nuestros tatarabuelos. Hay que evitar las concepciones demasiado rom¨¢nticas del folk".

Todas las actuaciones volver¨¢n a ser de libre acceso, y la organizaci¨®n conf¨ªa en superar la asistencia de 2002, en que se alcanzaron 70.000 visitantes.